martes, 12 de enero de 2016

Gregorio es el culpable / Ángel Montiel

Hace unos tres años derribaron la Pescadería de Miguel, y ahora van a por la Lonja de Gregorio. Un establecimiento que se adentra en la playa e incumple, por tanto, la Ley de Costas, vaya por Dios. Deduzco que la ley se aplica de manera selectiva, pues de ser tan estricta no quedaría piedra sobre piedra en el litoral murciano. 

Aparte de que toda ley que no contempla excepciones fundamentadas es una ley injusta. Provoca, como es el caso, más daño que el beneficio que pretende preservar. Hasta la pena de muerte, en los países en que aún pervive, prevé la posibilidad del indulto. Cuando el delegado del Gobierno envíe la máquina demoledora sabrá que está decretando una barbaridad, pero lo hará en nombre de la ley, y dormirá tranquilo. Una vez más, será legal, pero no ético.

Movieron todo el aparato de la Administración para elevar miles de viviendas en Novo Carthago, parte de ellas en terreno protegido y para beneficio de un amiguete generoso, y todavía insisten en que era legal, pero están dispuestos a cargarse un establecimiento popular, que singulariza la zona y constituye un atractivo turístico que no hace daño a nadie, y menos al mar. 

Querían llenar de chaletes La Zerrichera y Cabo Cope contra toda legalidad, pero son implacables con una familia que ya estaba ahí cuando a muchos de los que gobiernan les salieron los dientes. Pretenden cambiar el trazado del AVE sin solicitar informe de impacto ambiental, pero la Lonja de Gregorio es un escándalo que no puede durar un día más. 

Severo Almansa ha hecho un maravilloso libro de fotografías sobre los balnearios del Mar Menor que fueron arrasados en los 80 en nombre de la legalidad y que nadie le publica porque es el testimonio de la infamia. Y seguimos en ella, erre que erre.

Todo esto es normal en un país en que Hacienda somos todos, menos la infanta.

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