jueves, 7 de enero de 2016

La batalla de Pedro Sánchez por su supervivencia política / José Oneto *

Pedro Sánchez, secretario general del Partido Socialista, ha ganado, de momento, su guerra por su supervivencia política personal, tras un serio intento de ser destronado en medio de las negociaciones para la formación de un Gobierno estable, por parte de varios barones que apostaban por la Presidenta andaluza Susana Díaz. Ella pretendía ocupar la secretaría general del partido, casi por aclamación, apoyar eventualmente y desde fuera un Gobierno del Partido Popular de dos años y esperar unas nuevas elecciones generales en las que hubiera podido ser la candidata del PSOE.

La dura resistencia de Sánchez a todas esas maniobras, su aislamiento de diez días que terminó este jueves con un viaje a Portugal para reunirse con el primer ministro portugués, Antonio da Costa, y reclamar desde allí, donde acaba de formarse un gobierno de izquierdas, la formación de una “gran coalición progresista” si Rajoy se ve incapacitado para formar un nuevo Gobierno, ha roto el círculo en el que le habían metido muchas federaciones del partido que han querido terminar con él. 

Al final, han amagado ante la batalla que ha presentado quien insiste en que es el primer secretario general del PSOE que ha sido elegido por la militancia hace solo diecisiete meses, que quiere intentar formar un gobierno de progreso y que si hay nuevas elecciones él será el candidato. Todo un desafío a un sector del partido y, sobre todo, a la Presidenta andaluza Susana Díaz, que ante la confusa situación actual con unas elecciones a la vuelta de la esquina en Cataluña y, con seguridad, en el resto de España, ha decidido no dar un paso adelante.

La ofensiva contra Sánchez, que ha ocasionado a estas alturas un daño irreparable al partido, cuando más unido debería haberse presentado ante la opinión pública, ha sido interpretada como una “auténtica rebelión interna” contra el secretario general, convertido ahora en el ” árbitro” de la situación porque para cualquier salida de la actual crisis hay que contar con él. 

Según “Financial Times”, han pasado más de dos semanas desde que se celebraron las elecciones generales pero, para Sánchez, la batalla por la supervivencia política acaba de empezar. A medida que se ponen en marcha las negociaciones para la formación del próximo gobierno, el líder de los socialistas españoles se ve bajo una intensa presión por parte de sus rivales políticos, tanto de la izquierda como de la derecha. Mientras tanto, su propio partido se encuentra, según el periódico de la City, en un estado parecido a la rebelión abierta.

Algunos de los barones regionales más poderosos han aprovechado este momento de debilidad para optar por el liderazgo de manera velada. Lo que es peor, parecen estar haciendo todo lo posible para que Sánchez llegue a las negociaciones políticas en un estado tan débil que esté condenado a fracasar. La difícil situación de Sánchez es uno de los hilos de una maraña política endemoniadamente complicada que previsiblemente los líderes del partido tardarán meses en deshacer, si es que puede deshacerse de alguna forma.

Es ese intento de deshacer la madeja, lo que ha impulsado a Sánchez a viajar este jueves a Lisboa es comprobar sobre el terreno la experiencia que se ha producido en Portugal donde, a pesar de que Pasos Coelho ha sido el candidato más votado, la izquierda integrada por el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista, sin entrar en el Gobierno, le han dado su apoyo al socialista Antonio da Costa, algo impensable cuando se celebraron las elecciones en noviembre. 

Sánchez quiere seguir ese modelo aunque aquí es mucho más complicado por la propia configuración de Podemos y por su insistencia (vía Ada Colau) en defender el derecho de autodeterminación, una línea roja que el candidato socialista no puede traspasar por mandato expreso del Comité Federal del Partido. El plan de Sánchez está lleno de buena voluntad pero no parece que pueda tener éxito y ya una de las posibles ayudas con las que tendría que contar, la abstención de Ciudadanos, se ha venido abajo tras la declaración de Albert Rivera que ha recordado que la situación española no tiene nada que ver con la portuguesa.

Dentro del PSOE todo un sector en el que están Ximo Puig y el propio Rafael Simancas cree que es muy difícil, por no decir imposible, la formación de esa Coalición de Izquierdas pero hay otros que, como es el caso del Presidente extremeño Fernández Vara, no descartan que pueda cuajar un Ejecutivo de izquierdas, algo que le ha reclamado a Pedro Sánchez José Antonio Pérez Tapias, el tercer candidato a la secretaria general del partido en las primarias en las que también compitió Eduardo Madina. 

En una carta abierta, que firman varios dirigentes socialistas como Odón Elorza o Manuel de la Rocha, le dicen a Sánchez que “un pacto de izquierdas es indispensable para las políticas de reconstrucción social que nuestro país necesita, desde la lucha contra el paro con nuevas políticas económicas, hasta la defensa del Estado de bienestar, así como el logro de un renovado pacto constitucional, dada la crisis del Estado español.”

(*) Periodista

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