sábado, 2 de enero de 2016

Luis de Guindos se propone para presidir un Gobierno al estilo Mario Monti / José Hervás *

Luis de Guindos, actual ministro de Economía con Mariano Rajoy, es uno de los nombres más repetidos para encabezar la denominada solución Monti en España y poder así formar Gobierno si fracasan todas las opciones tras los complicados resultados electorales del 20-D. Se la conoce por este nombre porque el profesor Mario Monti, que ni siquiera era parlamentario, fue designado presidente del Consejo de Ministros de Italia entre noviembre del 2011 y diciembre de 2012, con apoyo de varios partidos.

Se la conoce por este nombre porque el profesor Mario Monti, que ni siquiera era parlamentario, fue designado presidente del Consejo de Ministros de Italia entre noviembre del 2011 y diciembre de 2012, con apoyo de varios partidos.

En esos 13 meses logró su ob­je­tivo de en­cauzar la re­so­lu­ción de la crisis de la deuda que afron­taba Italia y aprobar el pre­su­puesto del 2013, con el que se tra­taba de poner orden a los pro­blemas de dé­ficit de las cuentas de la re­pú­blica trans­al­pina.

Tras la com­pa­re­cencia de Luis de Guindos este primer día del año ante los mi­cró­fonos de la Cadena Ser, en el que ha­bría ex­puesto las lí­neas maes­tras de su pro­grama eco­nó­mico, no han sido pocos los que han vuelto a in­sistir en el nombre del mi­nistro de Economía en fun­ciones como una de las es­pe­ranzas blancas para formar un go­bierno de tran­si­ción.

Siempre, claro está, que el ac­tual pre­si­dente en fun­cio­nes, Mariano Rajoy, no lo­grara los apoyos ne­ce­sa­rios para formar un go­bierno de am­plio apoyo par­la­men­ta­rio, como él mismo ha plan­teado. De Guindos une a su am­plio cu­rrí­culum po­lí­tico, la ca­pa­ci­ta­ción pro­fe­sional ne­ce­saria para afrontar la ac­tual si­tua­ción de in­cer­ti­dumbre eco­nó­mica.

Aunque en­cuentre no pocos ad­ver­sa­rios, bas­tantes veces por sus mo­dales au­to­ri­ta­rios, entre al­gunos con­se­jeros y altos eje­cu­tivos del Banco de España, así como entre altos di­rec­tivos del banca y del sector in­dus­trial.

Al margen de los mé­ritos de los otros nom­bres que han apa­re­cido hasta ahora como son los de Josep Borrell, Josep Piqué o Alfonso Alonso, a De Guindos se le da por hecho que cuenta ante la si­tua­ción ac­tual con las dos exi­gen­cias clave: co­no­ci­miento téc­nico e in­de­pen­dencia en el ejer­cicio del po­der. O lo que es lo mismo, el saber qué hacer y el querer ha­cerlo.

Lo ha­bría de­mos­trado so­bra­da­mente con su in­de­pen­dencia y ca­pa­cidad de de­ci­sión res­pecto de los grandes po­deres fác­ticos del país cuando de­cidió como afrontar la gra­ví­sima crisis de Bankia, y todo lo que con­lle­vaba para todo el sis­tema fi­nan­ciero es­pañol. Fue el mo­mento en que llegó a con­vocar en su do­mi­cilio per­sonal a los pre­si­dentes de todos los grandes ban­cos, el fa­lle­cido Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé, a los que dio hecho el plan de sal­va­mento de la ma­lo­grada Caja Madrid.

Ahora ha vuelto a des­cribir la si­tua­ción de vul­ne­rable porque España sigue con una tasa de paro del 20% y con unas ne­ce­si­dades de re­novar deuda y emitir nueva para cu­brir el dé­ficit de 400.000 mi­llones de eu­ros.

Sin re­fe­rencia al­guna a quien pueda ser el pre­si­dente del Gobierno ha apo­yado la idea de un go­bierno de coa­li­ción for­mado por PP, PSOE y Ciudadanos, porque daría una enorme es­ta­bi­lidad para cum­plir unos ob­je­tivos de­ter­mi­nados y para un pe­riodo de tiempo de­ter­mi­nado. Por eso para él es una po­si­bi­lidad que no de­bería des­car­tarse.

En su pro­yecto se in­cluye "completar" la re­forma la­boral con po­lí­ticas ac­tivas de em­pleo para poder re­ducir la alta tasa de paro, en la que dos ter­cios de los pa­rados son de larga du­ra­ción, y por la ele­vada tasa de tem­po­ra­lidad en los nuevos con­tra­tos.

En unas cir­cuns­tan­cias como las ac­tuales se en­tiende que no haya que­rido en­trar en po­lé­micas con los pro­gramas elec­to­rales de los par­tidos con los que po­dría tener que llegar a un acuerdo para formar Gobierno. Pero si ha pre­ci­sado que por la vía de los im­pues­tos, como pro­pone el pro­grama del PSOE, no se ga­ran­tiza el fu­turo de la Seguridad Social, lo que sí ga­ran­tiza el em­pleo y el in­cre­mento de la afi­lia­ción, como de­fiende el PP con su ob­je­tivo de crear dos mi­llones de puestos de tra­bajo en la le­gis­la­tura ac­tual.

La mano ten­dida a PSOE, Ciudadanos y PP, pues De Guindos sigue sin estar afi­liado a ningún par­tido, se ha con­ver­tido en cambio en una dura crí­tica a la op­ción de Podemos, para quien si en­traran en el Gobierno ge­ne­ra­rían in­cer­ti­dumbre en un mo­mento en el que los mer­cados tienen que re­novar esas in­gentes can­ti­dades pró­ximas a los 400.000 mi­llones de eu­ros, por todos los con­cep­tos.

Está claro que un au­mento de la prima de riesgo po­dría llevar al traste una parte im­por­tante de las po­lí­ticas so­ciales de cual­quier go­bierno. Si el ahorro en el 2015 sobre las pre­vi­siones ini­ciales suma unos 15.000 mi­llones de eu­ros, no sería des­car­table que la in­tro­duc­ción de in­cer­ti­dum­bres pu­diera cons­tarnos algo si­mi­lar, como mí­nimo este año.

(*) Periodista

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