domingo, 10 de enero de 2016

Se va Mas y viene Puigdemont / José Oneto *

En el tiempo de descuento, poco antes de que el árbitro anunciara el final del encuentro, y cuando todos los espectadores daban por hecho que el partido tendría que repetirse a través de unas nuevas elecciones, la CUP (Candidatura de Unidad Popular), dividida y desgastada, ha ganado el Gran Encuentro y ha obligado a Artur Mas a retirarse y renunciar a la Presidencia de la Generalitat. 

Como venían insistiendo los miembros de la facción anticapitalista y antisistema de la CUP, Mas, se ha dado por vencido y ha dado paso a otro miembro de la candidatura de “Junts Pel Si” para ser votado este domingo por la tarde presidente de esa Generalitat que tiene que llevar a cabo la progresiva desconexión de la legalidad española, hasta llegar a la independencia total y escisión de España.

De este modo, después de más de tres meses de negociaciones durante las cuales Mas se ha humillado ante la CUP, aceptando todas sus condiciones, condiciones que iban muchas en contra del pensamiento y de la ideología de lo que significa Convergencia, y tras terminar con su propio partido al que ahora dice que se va a dedicar a reconstruir con su aliado político Unió Democrática de Catalunya, con el prestigio de la Generalitat, y esta misma tarde, con lo que significaba en Cataluña la CUP, Artur Mas y Gavarró ha anunciado que se va, que tira la toalla (da un paso al lado, ha dicho), no aclara si renuncia al escaño e insiste en que no abandona la vida política. Se va, pero se queda.

Los primeros rumores sobre un posible acuerdo comenzaron a extenderse en la tarde del sábado. Según esos rumores habría un preacuerdo alcanzado durante la reunión entre representantes de “Junts Pel Si”, que había acabado a las dos del mediodía, Artur Mas dejaba el Ejecutivo, “daba un paso al lado” y cedía el paso como candidato a otro miembro de Convergencia, el actual alcalde de Gerona, un periodista y filólogo, partidario del soberanismo y actual presidente de la Asociación de Municipios Independentista: Carles Puigdemont. La CUP, tras investir en la tarde de este domingo, horas antes de vencer el plazo para una nueva convocatoria electoral, al nuevo presidente relevaría total o parcialmente a los integrantes más críticos del grupo parlamentario surgido de las elecciones del 27S para garantizar una cierta estabilidad parlamentaria durante la legislatura.

El reglamento del Parlament impone un apretado calendario para hacer realidad este acuerdo este domingo antes de las doce de la noche, algo que exige actuar con rapidez, convocando, como así se ha hecho, un pleno de investidura este sábado, celebrarlo el domingo a partir de las cinco de la tarde e investir al nuevo presidente antes de la medianoche del domingo al lunes. De no haber un candidato, con respaldo suficiente, el lunes el presidente en funciones Artur Mas deberá firmar el decreto de convocatoria de elecciones, aunque en esta ocasión, parece que todo está atado y bien atado por lo que todo tendrá que hacerse con la máxima celeridad.

Según ha explicado el propio Mas en rueda de prensa “el Parlament investirá en la primera votaciónón, a Carles Puigdemont, vinculado a CDC, al municipalismo. Lo ha hecho muy bien como alcalde, tiene experiencia de gestión, sabe lo que quiere decir el contacto directo con la gente, tiene muy claro el proyecto de país, que Cataluña es una nación que tiene derecho a decidir su futuro y que conviene que lo ejerza, y que como objetivo nos debemos plantear que este pazís llegue a ser como todos los países normales de Europa”.

Según Mas, “había un riesgo de inestabilidad permanente, incluso con mi investidura. La CUP habría tenido la sartén por el mango. Este acuerdo da la vuelta a la tortilla y hace que Junts pel Sí controle la estabilidad parlamentaria: existe el compromiso explícito de la CUP de garantizarla. Espero que se cumpla en todo momento”, ha advertido. Ese compromiso consiste en que la CUP se compromete a no votar en ningún caso “con los grupos contrarios al proceso y al derecho a decidir”. Dos de los diputados de la CUP dejarán su acta y se convertirán en asesores del grupo de Junts pel Sí, aunque desde el partido antisistema se aclara que seguirán teniendo a 10 diputados en la Cámara.

Cuando, desde España , se suspiraba porque, en medio de las dificultades nacionales, parecía que el independentismo catalán se ralentizaba, ha ocurrido lo contrario y no se sabe qué actitud tomará a partir de la semana que viene. Por lo pronto, la reacción del Gobierno no se ha hecho esperar y en cierto modo ha fortalecido los argumentos del presidente en funciones, Mariano Rajoy, para la formación de un gobierno de amplia base parlamentaria que haga frente al “desafío independentista”.

(*) Periodista

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