Si había pocas posibilidades de que el líder socialista Pedro Sánchez
pudiese lograr formar un Gobierno a la portuguesa, con fuerzas de
izquierdas, tal como viene insistiendo, a pesar de las dificultades y de
las líneas rojas establecidas por el partido de Pablo Iglesias (primero
el referéndum en Cataluña y el reconocimiento del derecho de
autodeterminación y ahora, también, el reconocimiento de cuatro grupos
parlamentarios para sus socios gallegos, vascos, catalanes y
valencianos), el espectáculo protagonizado el miércoles en la
inauguración de las sesiones parlamentarias, dentro y fuera del
Hemiciclo por los diputados de Podemos, faltando a todas las normas de
comportamiento, jurando cada uno como quería, e intentando demostrar a
este sabio y viejo país que el verdadero cambio llegaba con ellos, que
son el verdadero pueblo, frente al resto que sigue siendo “la casta”, le
habrá hecho recapacitar a Sánchez.
Ni él, ni los diputados socialistas podían creerse que Carolina
Bescansa, la número tres del partido, se sacase las dos tetas para dar
de mamar al pequeño Diego, teniendo su despacho en el mismo Congreso, y
una fantástica guardería para todos los funcionarios y empleados de la
casa, y que a la hora de la jura del cargo se estableciese todo un
concurso para ver quién pronunciaba el juramento más original, más
radical o más reivindicativo. La cara de Rajoy era todo un poema. El
rostro de Soraya Sáenz de Santamaría reflejaba incredulidad y sorpresa.
El propio Sánchez salía al final del acto, procurando que no le
abordasen los medios para preguntarle su opinión sobre un espectáculo,
que este jueves ocupa crónicas, reportajes, editoriales y viñetas, no
sólo en la prensa nacional, sino internacional. Si efectivamente, esto
es la Nueva Política, coincidían veteranos diputados e informadores de
varias legislaturas, “apaga y vámonos”. Y el problema no es cómo van
vestidos, o cómo van peinados. El problema es que están convencidos de
que así es la verdadera España que acaba de entrar en el Parlamento.
“Apaga y vámonos, sin intentar siquiera pactar con quienes nos acusan
de habernos metido en el búnker con el Partido Popular, cuando nosotros
no hemos pactado nada con el PP y los puentes con Rajoy están rotos”,
manifestaba indignado un diputado socialista, sorprendido por las
acusaciones falsas de Iglesias, que ponía en duda la seriedad de Podemos
para cumplir cualquier tipo de pacto. “No sólo, porque ponen líneas
rojas, sino porque no tienen interés en ningún tipo de pacto, ya que
están pensando en nuevas elecciones, y porque en caso de acuerdos, no
podemos tener garantías de que cumplan esos acuerdos o lo rompan cuando
les interese para la convocatoria de nuevas elecciones. Es ese
comportamiento lo que va ser imposible cualquier pacto”.
En estos momentos, de todos los partidos, los más interesados en que
hayan unas nuevas elecciones, convencidos de que pueden provocar el
“sorpasso” con el partido socialista, son precisamente los de Podemos,
que han radicalizado sus relaciones con el dirigente socialista Pedro
Sánchez, al que han acusado de meterse en el búnker, (típica expresión
para describir al sector más duro del franquismo), algo que impide
cualquier tipo de negociación. “Una rabieta infantil del niño que no ha
conseguido lo que quería”, le ha respondido el socialista refiriéndose a
la imposición de Iglesias de que había que aprobar la constitución de
cuatro nuevos grupos parlamentarios, aunque fuese en contra del
Reglamento del Congreso.
No piden una reforma del Reglamento para intentar llegar a un
acuerdo. Establecen una nueva línea roja (sin levantar la otra) porque
Pablo Iglesias se ha comprometido con sus socios a algo que no está en
condiciones de garantizar. Ha vendido a sus socios, la cabeza del oso
antes de cazarlo…
Lo que parece cada vez más claro es que o vamos a unas nuevas
elecciones o vamos a una fórmula de Gobierno Partido Popular-Ciudadanos,
con otro candidato que no sea Mariano Rajoy, y con la abstención del
PSOE. Un Gobierno de dos años que aborde una serie de reformas urgentes,
un inicio de reforma de la Constitución, una nueva Ley Electoral e,
incluso una nueva Ley de Educación. Parte de estos puntos están
recogidos en las diecisiete propuestas que el grupo socialista ha
presentado este jueves en el registro del Congreso de los Diputados. Un
paso adelante que ha querido dar Pedro Sánchez, coincidiendo, además,
con la propuesta que ha presentado Podemos, con el nombre de ‘Plan 25 de
emergencia social’.
El nombre de la iniciativa corresponde al espíritu del artículo 25.1
de la Declaración Universal de Derechos Humanos que señala que “toda
persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así
como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la
alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los
servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en
caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de
pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes
de su voluntad”.
(*) Periodista
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