sábado, 26 de diciembre de 2015

El 80% de las granjas porcinas murcianas cierra y el sector entra en ruina

MURCIA.- COAG Murcia hizo el balance anual de la campaña producto por producto. Por medio de una rueda de prensa, el presidente de la coordinadora, Miguel Padilla, subrayó el mal año del melón y la sandía, con precios que «a veces no han alcanzado los costes de producción». 

En cuanto a los cítricos, el limón ha alcanzado precios rentables durante todo el año; mientras que la naranja ha estado al «límite de rentabilidad»; y el precio de la mandarina «ha bajado espectacularmente y se está perdiendo dinero».
La uva de mesa, que tradicionalmente conserva un buen precio, «preocupa» porque actualmente tampoco alcanza los costes de producción, al igual que el brócoli, cuyo precio en el mercado cubría los costes el pasado mes de noviembre pero se ha desplomado a la mitad desde entonces. Por su parte, las dos variedades de lechuga se encuentran en una situación «ruinosa»; mientras que la alcachofa ha experimentado una bajada «tremenda» durante este mes de diciembre.
Pero preocupa especialmente el sector porcino, que se encuentra en «ruina»; una situación que afecta con especial virulencia a los negocios «independientes», el 80% de los cuales se han visto abocados a la desaparición o a la integración debido al veto ruso y al efecto de los mercados exteriores. El cordero, en cambio, tiene buena aceptación en los mercados exteriores y conserva unos precios «razonables»; mientras que la leche de cabra también mejora sus cifras en el mercado interno de la Región.
Padilla ha calificado de «difícil» este 2015, sobre todo, porque se ha afrontado la reforma de la Política Agraria Común (PAC), que afecta a la Región fundamentalmente en lo que respecta al pago único y al programa de desarrollo rural. Las negociaciones conllevaron «bastante trabajo», según reconoció, pero ambas cuestiones han quedado finalmente «cerradas», aclarando el futuro de ámbitos como la agricultura ecológica, la incorporación de jóvenes a la agricultura o las ayudas agroalimentarias, que son «fundamentales» para que zonas como el Noroeste o el Altiplano «no queden despobladas».
Por otro lado, Padilla calificó de «poco halagüeñas» las perspectivas de cara a los próximos meses para los agricultores, debido a la escasez del agua y teniendo en cuenta que «no acompañan las condiciones climáticas ni las precipitaciones».

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