Llama la atención el empeño de Pedro Sánchez, del PSOE y su órgano de
propaganda El País en subrayar que corresponde a Mariano Rajoy tomar la
iniciativa para intentar formar gobierno y que, hasta que no se acabe
ese plazo -que institucionalmente no existe ni sabemos lo que dura- el
Partido Socialista no puede intentar formar gobierno.
Todo eso es una
gran mentira, salvo que el PSOE tenga un plan oculto para alcanzar un
pacto con el PP, sin Rajoy y con o sin Ciudadanos en pos de un acuerdo
de gran coalición a dos, o de gobierno tripartito.
Pedro Sánchez, Susana Díaz y la dirección del PSOE no dicen la
verdad. En primer lugar porque una vez que han anunciado públicamente
que este partido no pactaría ni con Rajoy ni con el PP un nuevo gobierno
el turno de Rajoy para intentar presidir y formar un nuevo Ejecutivo se
ha acabado. Salvo que en el PSOE alguien considere que Podemos o los
independentistas catalanes podrían permitir la investidura de Rajoy, lo
que sería asombroso aunque matemáticamente posible.
Entonces ¿por qué insisten en el PSOE en decir que el PP debe agotar
sus plazos para ver si puede formar gobierno cuando los populares no
tienen con quién pactar y la opción de Ciudadanos es insuficiente? Pues
porque alguien en Ferraz, o en otros centros paralelos de poder, está
escondiendo algunas posibles variables de pactos con el PP que en este
momento no desean desvelar, hasta que Rajoy se dé por vencido.
Sobre todo porque si algo está claro para los socialistas es que no
les convienen en absoluto unas nuevas elecciones anticipadas. Porque en
ese caso Podemos se convertiría en líder de la izquierda y la segunda o
primera fuerza política nacional, sumando el casi millón de votos de IU y
una buena parte de los del PSOE, porque este partido entraría en una
crisis de liderazgo, como la que anuncia el enfrentamiento público de
Pedro Sánchez y Susana Díaz.
Entonces ¿cuáles son las fórmula secretas que algunos manejan en el
PSOE para evitar elecciones anticipadas y pactar con el PP a solas o en
compañía de Ciudadanos, sin perder la cara y después de haber dicho que
nunca apoyarían al PP para que Rajoy forme gobierno? Pues no se sabe
pero cabe imaginar que están a la espera de que Rajoy diga que dimite y
renuncia a ser el candidato del PP a presidente del Gobierno. Y que en
su lugar propone a Soraya Sáenz de Santamaría -la ‘operación Menina’ de
la que habló Pablo Iglesias- u otro dirigente como Alberto Núñez Feijoo,
si en el PSOE consideran que la vicepresidenta es más de lo mismo que
Rajoy, en ajustes y políticas de recortes democráticos.
La partida de fondo da la impresión que se está jugando fuera del PP y
del PSOE, en otros centros de poder político -el Palacio de la
Zarzuela- y económico -la cúpula del Ibex-, y que el precio que barajan
para que el PSOE rectifique y acepte un pacto de gobierno ‘a dos’ o ‘a
tres’ (con C's) con el PP es la cabeza y la dimisión de Rajoy, a quien
Sánchez dijo ante toda España que no es una persona honesta.
Pero conociendo al personaje y su capacidad de aguante y espera no da
la impresión que Mariano Rajoy se vaya a inmolar con la facilidad que
lo pretenden algunos. Máxime cuando sabe que unas nuevas elecciones son
una pésima noticia para el PSOE, y puede que buena para el PP una vez
que Ciudadanos ha perdido mucho gas y que el ‘espectro’ del riesgo de
una victoria de Podemos en los nuevos comicios favorecerá al PP. Y nada al PSOE que probablemente quedará convertido en tercer partido nacional
detrás de Podemos, sea quien sea su candidato o candidata. Es decir con
Pedro Sánchez o con Susana Díaz.
Le queda a Sánchez y al PSOE la opción de un pacto con Podemos y con
Ciudadanos con el argumento -que tanto desean Iglesias y Rivera- de una
reforma electoral antes de celebrar nuevos comicios generales. Pero ese
pacto es difícil por varios motivos y esencialmente porque tanto Pablo
Iglesias -que quiere ser el Tsipras español- como Susana Díaz- están
empeñados en hundir a Sánchez. Además si Susana es la que manda en el
PSOE, como dice Iglesias, también se puede decir que en esto de los
pactos en Podemos quien nada es Ada Colau que no le va a permitir a
Iglesias apartar el referéndum catalán que pregona.
Entonces ¿cuál puede ser la solución? Pues que se vayan los dos,
Rajoy y Sánchez, y que pacten Feijóo y Susana con ayuda de Rivera. Lo de
la marcha de Sánchez puede ser relativamente fácil, pero la marcha de
Rajoy es es harina de otro costal, porque el gallego es muy duro de
pelar y sabe dejar pasar el tiempo y esperar.
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