viernes, 11 de diciembre de 2015

El paro, las finanzas públicas y el sector exterior, los grandes desafíos nacionales en 2016

Según el Dossier 'La Caixa' del Informe Mensual de diciembre al análisis de perspectivas del ejercicio que empieza en pocas semanas, para el caso de la economía española, el examen es especialmente difícil este año, puesto que, al escribir estas líneas, aún no conocemos la orientación política del nuevo Gobierno que se formará tras las elecciones del 20 de diciembre. Además del ejercicio de previsiones, por tanto, es oportuno hacer algunas consideraciones sobre el marco económico y financiero al que se van a tener que enfrentar quienes tengan la responsabilidad de gobernar, así como un esbozo sintético de cuáles podrían ser las prioridades de la política económica para 2016.

El en­torno ge­neral se ca­rac­te­ri­zará por unas con­di­ciones mo­ne­ta­rias muy laxas en la eu­ro­zona, con li­quidez abun­dante, tipos de in­terés bajos y un euro dé­bil. El con­texto eco­nó­mico in­ter­na­cio­nal, por su parte, de­biera ser ra­zo­na­ble­mente fa­vo­rable en tér­minos de cre­ci­miento de nues­tros mer­ca­dos, con bajos pre­cios del pe­tróleo y es­caso im­pacto de los pro­blemas que, a buen se­guro, ten­drán al­gunos países emer­gen­tes. Sin em­bargo, es un marco in­ter­na­cional que, en tér­minos po­lí­ti­cos, puede de­parar ines­ta­bi­li­dad, dado que los frentes geo­po­lí­ticos con po­si­bles re­per­cu­siones fi­nan­cieras son múl­ti­ples.

La eco­nomía es­pañola se en­frenta a este con­texto in­ter­na­cional con al­gunas for­ta­lezas y otras tantas de­bi­li­da­des. Para la au­to­es­tima sería bueno re­saltar las for­ta­le­zas, pero me cen­traré en las de­bi­li­da­des, puesto que ahí es donde están los retos por su­pe­rar.

La prin­cipal de­bi­lidad es, sin ningún gé­nero de du­das, la ele­vada tasa de paro que tiene el país. Es una tasa de paro, ade­más, que se ex­plica solo par­cial­mente por la du­reza de la crisis eco­nó­mica, porque tiene un com­po­nente cró­nico que no des­apa­re­cerá con la re­cu­pe­ra­ción. Ante un pro­blema ex­cep­cio­nal, se deben tomar me­didas ex­cep­cio­na­les. En los años de crisis se ha avan­zado algo, pero la mo­der­ni­za­ción de nuestro mer­cado la­boral es el primer reto so­cial y po­lí­tico al que se tiene que hacer frente en la nueva le­gis­la­tura.

Un se­gundo reto son las fi­nanzas pú­bli­cas. Rebasar el 100% de deuda en por­cen­taje del PIB, como ya está su­ce­diendo, acentúa la si­tua­ción de vul­ne­ra­bi­lidad ante cam­bios en la co­yun­tura fi­nan­ciera in­ter­na­cio­nal. Hay dos mo­tivos adi­cio­nales por los cuales la re­forma de las fi­nanzas pú­blicas es­pañolas no puede es­perar más. Por un lado, es pre­ciso co­rregir la ex­ce­siva ines­ta­bi­lidad cí­clica de los in­gresos tri­bu­ta­rios, frente a unos gastos rí­gidos al alza; y, por otro, la re­forma se debe abordar desde la pers­pec­tiva te­rri­to­rial, puesto que el ac­tual sis­tema de fi­nan­cia­ción au­to­nó­mica no pro­mueve la efi­ciencia y es fuente de in­cer­ti­dumbre e ines­ta­bi­lidad po­lí­tica.

El tercer gran desafío es, fi­nal­mente, el sector ex­te­rior. Como miem­bros de la eu­ro­zona, es una obli­ga­ción con­ti­nuar me­jo­rando el su­pe­rávit ex­te­rior para re­ducir la deuda ex­terna. Para ello es pre­ciso con­trolar los costes la­bo­rales uni­ta­rios frente a los de nues­tros com­pe­ti­do­res. Esta exi­gencia no es in­com­pa­tible con un mer­cado in­te­rior ro­busto, puesto que la ex­pan­sión de este úl­timo no debe venir del cre­ci­miento del sa­lario uni­ta­rio, sino del con­junto de la masa sa­la­rial con­forme más y más tra­ba­ja­dores dejen las listas del paro y se in­cor­poren al mer­cado la­bo­ral.

Para 2016, es muy pro­bable que el señor Draghi pro­por­cione un en­torno fi­nan­ciero fa­vo­ra­ble, que mueva a la baja la prima de riesgo y pro­por­cione viento de cola a la eco­nomía es­pañola. El reto para los nuevos res­pon­sa­bles de la po­lí­tica eco­nó­mica será no aco­mo­darse a ese en­torno con­for­ta­ble. Una eco­nomía como la es­pañola, que opera en el exi­gente en­torno de la eu­ro­zona, debe con­ti­nuar las re­formas de tal modo que se con­sigan re­duc­ciones de la prima de riesgo por mé­ritos pro­pios. Estas me­joras son la única ga­rantía para estar re­la­ti­va­mente a res­guardo de los mer­cados si en 2016 se pro­du­jeran epi­so­dios se­rios de ines­ta­bi­li­dad.

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