jueves, 17 de diciembre de 2015

Si ninguna suma alcanza, elecciones en primavera / Fernando G. Urbaneja *

 El sagaz Marcelo (educado en Scotland Yard) describía ayer ocho posibles combinaciones degobierno con los resultados del domingo, desde uno del PP en solitario, a cinco coaliciones a dos de distinta intensidad y con diferente presidente en cabecera, y hasta dos tripartitos… que son ganas de rizar el rizo. Incluso caben más variantes puestos a explorar posibilidades.

Como la alianza PP-PSOE es manifiestamente inviable para esta temporada, y a la vista de que Rivera dice en público y en privado que no pactará con los antiguos: ni Rajoy ni Sánchez, ni PP ni PSOE, ni siquiera para la investidura, hay que añadir una nueva variante: nuevas elecciones generales con el horizonte de la primavera, dos meses después de la primera elección fallida para Presidente del Gobierno.

Lo único muy probable a estas alturas es que el domingo por la noche el PP será el partido con más votos y escaños y que el lunes no conoceremos el nombre del nuevo Presiente de Gobierno. De manera que el próximo invierno español va a ser interesante en la política, pródigo en apaños e incertidumbres.

Rivera dice que no pactará porque sabe que solo puede a pactar desde la debilidad, como acompañante que carga sobre sus hombros al otro. Su mejor alternativa es dejar debilitarse a los partidos antiguos para ir reforzando y engordando el suyo. Y eso se hace mejor desde la oposición que con alianzas difíciles de gestionar.

Las experiencias en los gobiernos regionales de Madrid y Andalucía no son alentadoras, los que apoyan parece que mandan pero no es así, proyectan sensación de ambigüedad e inconsistencia. Tanto a Ciudadanos como a Podemos les conviene seguir barajando, ganar tiempo, dejar desgastarse a los del bipartidismo, que a medida que se alejen del poder padecerán de tensiones internas, frustraciones, abandonos…

La hipótesis de unas nuevas elecciones en primavera forma parte de las salidas probables al laberinto; pasados cien días a fuego lento unos se endurecerán un poco y otros se irán ablandando como garbanzos. En Europa las situaciones de interinidad con gobiernos provisionales y débiles son de sobra conocidas.

Los gobiernos provisionales tienen la ventaja de que no permiten ocurrencias, se limitan a la administración ordinaria, máxime cuando disfrutan de Presupuestos para el ejercicio, tal y como ocurre en el caso español actual. De manera que Marcelo puede disfrutar de nuevas oportunidades inmediatas para olisquear los talones de estos viejos y nuevos políticos, absorbidos por la magia del debate televisivo con poca conversación, con argumentarios, más que con argumentos.

(*) Periodista

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