martes, 15 de diciembre de 2015

Un Sánchez insultador dinamitó el debate / Pablo Sebastián *

Nunca habíamos visto en España, Europa y América un debate con tanta agresividad e insultos como los lanzados ayer por Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy en el debate ‘cara a cara’, o ‘a cara de perro,’ que ambos protagonizaron por televisión. Un Sánchez irreconocible en sus modales que acusó a Rajoy de ser una persona indecente e incluso de impedir que las mujeres no hayan podido tener mas hijos durante la pasada legislatura (sic). Un ataque en tromba que desarboló a un Rajoy incapaz de responder con serenidad y que llamó a Sánchez ruin y miserable.

Semejantes modales de Sánchez – que aplaudiran sus seguidores pero no sus adversarios en el interior de PSOE- son ajenos a la vida pública y democrática y han ofrecido la imagen de un dirigente desesperado que sabe que puede perder las elecciones frente al PP y que intentaba frenar el ascenso de Podemos por su izquierda. Pero su comportamiento no le ayudará en el día de las elecciones y puede que, al contrario de lo que pretendía, esa actitud acabe provocando un sentimiento de simpatía a favor de Rajoy entre votantes indecisos que en 2011 apoyaron al PP y en favor de Rivera en el centro izquierda de la política.

De Sánchez hay que decir que empezó muy bien acosando a Rajoy en el campo de la economía y el paro que era el territorio donde el presidente del Gobierno se creía mas seguro, por cuanto creyó que la recuperación de la economía y el empleo era el mayor activo de su mandato y el segmento del debate donde podía triunfar.

Pero cuando Sánchez entró en tromba y de manera insultante en el capitulo de la corrupción y con la inexplicada y falsa acusación de que las mujeres han tenido menos hijos en los pasados cuatro años por culpa del Gobierno de Rajoy, Sánchez perdió la razón. Y ofreció la imagen de una persona irritada que no está en condiciones de ser el ganador de las elecciones ni el presidente del Gobierno de España.

Dicho esto hay que señalar que Rajoy, muy a la defensiva y acorralado por la agresividad de Sánchez, no estuvo bien ni pudo desplegar en semejante situación su discurso de la mejora económica, sino que perdiendo el control se vio en la necesidad de replicar a Sánchez con otros insultos llamándolo ruin, miserable y deleznable, a la vez que defendía su honradez en sus largos años en la vida política y rechazaba los insultos de Sánchez con un ‘hasta aquí hemos llegado’, frase mas propia de un bar que del presidente del Gobierno en funciones.

Los dos ausentes del debate Iglesias y Rivera coincidieron a la hora de afirmar que los insultos de Sánchez -que fue quien montó la bronca- a Rajoy eran de todo punto inaceptables en un debate. Y en su beneficio ambos aprovecharon la bronca y el pésimo debate para decir que este ha sido el último cara a cara del bipartidismo y que ni Rajoy ni Sánchez merecen ser presidentes del Gobierno de España, y puede que en eso tengan razón.

Desde luego semejante bronca va a marcar, a partir de ahora, el resto de la campaña electoral, al tiempo que ha impedido que los españoles que siguieron este debate por televisión conocieran los programas del PP y del PSOE , con lo que el debate resultó un auténtico fiasco -la encuesta de Atresmedia dijo que lo perdieron los dos, aunque dio ventaja a Sánchez- lo que sin duda empeora la merecida mala imagen del bipartidismo español.

¿Qué le ha pasado a Sánchez? Pues que acudió al debate con fama de perdedor y salió en tromba y a por todas y al final se quedó con la fama de insultador, aunque si defendió bien a los sectores mas desfavorecidos de la sociedad. Pero puede que la agresividad de Sánchez haya sido la consecuencia del mal resultado que obtuvo durante los dos anteriores debates a tres y a cuatro, de la presión interna que sufre en el PSOE y del ascenso de Podemos en las últimas encuestas.

Al final, al líder del PSOE le han perdido los malos modales o mala educación politica porque pudo acorralar a Rajoy con la corrupción del PP, que es cierta y con su responsabilidad política en los casos de Bárcenas y Gurtel, pero con otros modales. Y si lo hubiera hecho así habría resultado el claro vencedor. Pero se equivocó en eso y también al decir que todo lo que había hecho el gobierno del PP en la legislatura que se acaba había sido un desastre, lo que dio pie a Rajoy para acusar a Sánchez de dibujar de una España ‘tenebrosa’, cuando en los últimos debates del Congreso Sánchez había reconocido mejoras en la recuperación económica del país.

¿Qué consecuencias se pueden derivarse de este debate para la noche de las elecciones? La respuesta a esta pregunta esencial la darán el domingo 20-D los ciudadanos en las urnas y entonces veremos quien fue el ganador de esta bronca monumental. En la que, el moderador Manuel Campo Vidal -un fan del PSOE, al que hay que jubilar- fue el tercer culpable del desastre porque no impidió tan lamentable espectáculo renunciando a su labor moderadora que en ningún momento existió como tal.

(*) Periodista

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