lunes, 28 de diciembre de 2015

En Europa y EEUU alucinan con la ‘estrambótica’ situación política en España / A. R. Mendizabal *

A falta de un lío, dos. Desde las elecciones autonómicas del 27-S, Cataluña está atascada. Y desde las generales del 20-D, todos son postureos, exigencias, líneas rojas y amagos de coaliciones, pero la cosa no arranca. Este lunes, los ojos de los expertos internacionales están pendientes de cómo la CUP lleva deshojando ya varias margaritas y de cómo Pedro Sánchez está en un buen atolladero: cualquier paso en falso puede perjudicar gravemente al PSOE.

Es la tesis de un aná­lisis de Adrien Vicente en AFP: ‘Los so­cia­listas es­pañoles se arriesgan a perder votos sea quien sea el pre­si­dente del pró­ximo Gobierno’. Una op­ción en­ve­ne­nada: ‘Formar un pacto con el PP po­dría per­ju­dicar a los so­cia­listas de la misma ma­nera que le ocu­rrió al par­tido griego Pasok, que vio hun­dirse sus apoyos tras unirse en coa­li­ción a los con­ser­va­dores de Nueva Democracia en 2012’.

Pero hay una se­gunda op­ción igual­mente tram­posa por la exi­gencia de Pablo Iglesias de que los so­cia­listas deben aceptar la idea de un re­fe­réndum en Cataluña: ‘Si Sánchez acepta esta con­di­ción, afronta la ira de los ba­rones so­cia­lis­tas, que se oponen ta­jan­te­mente a la de­riva se­pa­ra­tista de Cataluña, como Susana Díaz, líder del go­bierno re­gional de Andalucía, un bas­tión so­cia­lis­ta’. Hay quien opina que la exi­gencia de Podemos ‘se ha de­sig­nado es­pe­cial­mente para hundir a Pedro Sánchez’.

Un edi­to­rial na­vi­deño de The Washington Post se centra en la caída del bi­par­ti­dismo y se hace la pre­gunta del mi­llón: ‘¿Puede España ca­pear su tran­si­ción po­lí­tica post­elec­to­ra­l?’. Al echar la vista atrás, el WP dice que España ha hecho mu­chas cosas desde la muerte de Franco. Es una tra­yec­toria ‘optimista e in­cluso es­ti­mu­lan­te’. Hasta la sa­lida de la crisis está siendo ejem­plar, al ser de los países con mayor cre­ci­miento de la eu­ro­zona.

Pero el 20-D ha de­mos­trado que ‘los es­pañoles no están in­cli­nados a ver las cosas de ma­nera po­si­ti­va’. Y tam­poco si se mira hacia el fu­turo, porque el cre­ci­miento no es su­fi­ciente para en­jugar una cre­ciente deuda pú­blica. Entre las va­rias po­si­bi­li­dades de formar Gobierno, el edi­to­rial men­ciona desde el Ejecutivo mi­no­ri­tario del PP hasta la coa­li­ción de par­tidos de iz­quierda. Esto úl­timo no le gusta nada: ‘Podría llevar a España en di­rec­ción pe­li­grosa, si el flirteo de ideo­ló­gico de Podemos con los iz­quier­distas de Venezuela y Grecia sirve de in­di­cio’.

A la hora de con­testar a su propia pre­gunta, el WP su­giere que los di­ri­gentes po­lí­ticos es­pañoles de­be­rían ac­tuar ‘constructivamente’ y man­tener y am­pliar las re­for­mas. Ahora bien, tam­bién España de­bería re­cibir apoyo ex­terno: ‘Flexibilidad y apoyo de Alemania, y tam­bién de EEUU, ayu­daría a que las ins­ti­tu­ciones de­mo­crá­ticas que tanto han cos­tado pu­dieran afrontar lo que puede ser la tran­si­ción más di­fícil y tras­cen­dental desde la muerte del dic­tador en 1975’.

Otro edi­to­rial en The Christian Science Monitor tam­bién pre­fiere ver el vaso medio lleno: ‘Una lec­ción para Europa en las sor­pren­dentes elec­ciones es­paño­las’. Para este dia­rio, el hecho de que se haya aca­bado con el bi­par­ti­dismo y que los vo­tantes hayan au­pado a dos nuevas for­ma­ciones sig­ni­fica que la ju­ventud ha de­ci­dido mo­vi­li­zarse. Y de ahí pasa al al­tí­simo paro ju­ve­nil, no sólo en España sino en toda Europa, y a la ne­ce­sidad de for­ma­ción, in­no­va­ción y em­pren­di­miento.

En Financial Times, el co­rres­ponsal Tobias Buck alude al ‘punto muerto sobre el nuevo Gobierno de Cataluña’. Y es­cribe: ‘La vo­látil es­cena po­lí­tica ca­ta­lana se su­mergió aún más en el des­con­cierto este do­mingo cuando el campo de los in­de­pen­den­tistas falló otra vez en dejar a un lado sus di­fe­ren­cias para formar un nuevo Gobierno. En esta oca­sión, un solo voto entre 3.030 po­dría haber bas­tado para avan­zar’.

Otro co­rres­pon­sal, Matt Moffett, pu­blica una cró­nica si­milar en The Wall Street Journal, con la par­ti­cu­la­ridad de que sub­raya el efecto in­me­diato del em­pate de la asam­blea de la CUP el do­mingo: pro­por­cionar más in­cer­ti­dumbre a la im­pre­vi­sible es­cena po­lí­tica es­paño­la’. Y lo re­pite: ‘El punto muerto en Cataluña ha atraído un nuevo ele­mento de im­pre­vi­si­bi­lidad al mundo de la otrora es­table po­lí­tica es­paño­la’.

Tercer co­rres­pon­sal, ter­cera cró­nica. Raphael Minder ti­tula en The New York Times: ‘Empate en la vo­ta­ción sobre el líder se­pa­ra­tista ca­talán en España’. Su punto de vista: ‘Un año de sor­pren­dentes re­sul­tados elec­to­rales en España acabó el sá­bado con un dato es­tram­bó­tico: un par­tido ca­talán de ex­trema iz­quierda se di­vidió en dos mi­tades exac­ta­mente iguales en torno a si Artur Mas per­ma­nece como líder de Cataluña y del mo­vi­miento se­ce­sio­nis­ta’.

(*) Periodista

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