domingo, 8 de noviembre de 2015

Análisis de las avionetas 'antilluvia' / Juan Pedro Montávez Gómez *

No sabemos si algún día seremos capaces de modificar los regímenes de precipitación a nuestro antojo, pero a día de hoy no es posible. Muchos científicos lo han intentado, y se sigue investigando en el tema tomando como base la microfísica de nubes y realizando tareas conocidas como siembra de nubes. El fundamento físico de partida es sencillo. Las nubes están formadas por millones de pequeñas gotas o núcleos de hielo dependiendo de su temperatura. Para que se forme cada una de estas gotas se necesitan núcleos de condensación además de una atmósfera sobresaturada. 

El método consiste en aportar núcleos de condensación (NC) artificiales que favorezcan dicho proceso (normalmente, ioduro de plata). Para que llueva, esas gotas deben crecer hasta alcanzar un determinado tamaño, y ahí el factor fundamental es el aporte continuo de humedad a la nube. Aportar más NC podría producir distintos efectos. Que haya más NC puede significar más competencia por el agua y que el tamaño final del hielo sea menor. Esta es la hipótesis con la que trabajan los famosos cañones antigranizo. En otras circunstancias podría facilitar la formación de gotas y finalmente de precipitación. Y en otras, que retrasara o cambiara de lugar la precipitación. 

Esto es la teoría, que ya de por sí tiene muchas variantes en función de la temperatura, del tipo de nube, de las condiciones de estabilidad y de la disponibilidad de humedad. Aun teniendo todos esos factores controlados, los estudios indican que implementar un sistema que sea capaz de controlar esto a gran escala es prácticamente imposible, la incertidumbre y la controversia científica es muy grande. Imaginen los volúmenes de aire, las cantidades de agua, y una sola avioneta o varias controlando esto. Imposible. Es lo que muestran muchos investigadores, cuyo deseo inicial era poder controlar la lluvia. 

Otra cuestión es el sonido de las avionetas. Puede ser cierto que se oigan más en situaciones nubosas y estables. Algo que la física puede explicar por la relación de las condiciones atmosféricas con la atenuación y la refracción del sonido en la atmósfera. Además, si se oyen es porque la atmósfera está estable y así es difícil que llueva. Otra razón es que vuelan más bajo por las condiciones de campo visual. La credibilidad de la teoría de las avionetas antilluvia podría ser similar a las rogativas pro-pluvia (procesiones religiosas para que llueva).

(*) Grupo de Modelización Atmosférica Regional del Departamento de Física de la UMU

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