El pasado sábado vi el tramo final de La Sexta Noche en el
que intervinieron sucesivamente, en nombre del PSOE, los diputados
murcianos María González Veracruz y Pedro Saura. Me sorprendió mucho que
ambos ignoraran ostensiblemente al representante del PP y arremetieran
con dureza contra la tertuliana de Ciudadanos, a la que no dejaron
respirar mientras la machacaban. Es obvio que lo hicieron de manera
calculada, insistente y hasta con ferocidad en el caso de Saura. ¿Y
esto?
La respuesta venía al final del programa, cuando los presentadores adelantaron las portadas de la prensa del día siguiente. El País
reproducía una encuesta que situaba a Ciudadanos como segunda fuerza
política por detrás del PP y con un crecimiento que se produce en esta
fase a costa del PSOE.
La estrategia socialista de ataque está virando, pues, de Rajoy hacia
Rivera. Es lógico y legítimo que defiendan sus pastos, pero debieran
preguntarse a qué se debe esa intrusión en su electorado. Tal vez sea
que el líder, Pedro Sánchez, se contradice más que habla, presenta
señales muy acusadas de inconsistencia y todavía no sabemos qué quiere
ni adónde va. Es decir, deben hacerse mirar lo suyo antes que imitar al
PP para reivindicar la experiencia como valor, pues esa experiencia ya
conocemos en qué desembocó.
El problema del PSOE no es Ciudadanos. Es el PSOE.
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