MURCIA.- El presidente de COAG Murcia, Miguel Padilla, ha considerado que
el trasvase Tajo-Segura vive una de sus situaciones "más difíciles"
debido a que el acueducto está "prácticamente cerrado" porque las
dotaciones que dan "son una miseria"; mientras que la desalinización
cuenta con una "gran incertidumbre" porque el precio "razonable" de este
recurso "no ha salido todavía", a pesar de que el Ministerio y la
Consejería insisten en que "será pronto".
Además que no se hayan
hecho todavía las compras a otras comunidades de regantes fuera de la
cuenca del Segura, como las del Júcar o Estremera, hacen que la realidad
sea "muy preocupante", según ha indicado Padilla al ser preguntado en
rueda de prensa por el mensaje de "tranquilidad" lanzado a los regantes
por la consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Adela
Martínez-Cachá y el presidente del Sindicato Central de Regantes del
Acueducto Tajo-Segura (Scrats), José Manuel Claver.
Padilla ha
reconocido que podría compartir "un poco" el optimismo del Sindicato
Central de Regantes (Scrats) y de la consejera porque no puede pensar
"otra cosa que no sea esa, es decir, que no vaya a haber soluciones para
el regadío".
"Ahora mismo hay miedo" y, algunas personas, ante la
incertidumbre "se esperan a ver qué pasa, retrasando todo lo posible sus
plantaciones", pero ante el compromiso adquirido con lo semilleros,
solo puede retrasarse siete u ocho días más, "no un mes", destaca
Padilla.
En este sentido, ha remarcado que COAG recibe cada día
"cientos de llamadas de regantes de todos los sitios" porque la
preocupación es "tremenda". Y es que ya no se trata de planificar las
producciones, sino que "ya está plantada, a lo mejor, un 60 o 70 por
ciento de la campaña de invierno".
Los agricultores piden consejo a
COAG y le preguntan si deben guardar la dotación de agua para sacar
adelante lo que ya está plantado, o si deben seguir regando "a ver lo
que pasa". Esta cuestión, según Padilla, "es difícil de contestar",
aunque tiene la esperanza en que se va a alcanzar "un precio razonable
del agua desalada por lo que se oye en el Ministerio".
Además,
confía en que se pueda hacer la compra de agua de otras cuencas y que,
en última instancia, la solidaridad dentro de la cuenca "tendrá que
actuar", sobre todo, en lo que respecta a los pozos del sinclinal de
Calasparra. "Posteriormente, habrá que devolvérsela, sin duda, esto
tiene que ser así", ha añadido.
Padilla,
que confía en llegar hasta enero y "ver qué pasa", ha destacado que los
embalses de Entrepeñas y Buendía cuentan con 332 hectómetros cúbicos
actualmente, y recuerda que "se dejaría de trasvasar al llegar a los 304
hectómetros cúbicos". Sin embargo, reprocha que "se ha dejado de
trasvasar con 350, con 370 y 380 hectómetros cúbicos".
Así,
reconoce que "no cabe la menor duda de que hay que preservar siempre el
agua de beber", pero cree que "no se ha cumplido la seguridad jurídica
que nos garantizaban con el Memorándum del trasvase Tajo-Segura", ya que
este documento dice que "hasta los 304 hectómetros cúbicos se pueden
hacer trasvases".
Si no se encuentran soluciones, ha apostillado,
"algunos deberíamos de dejar donde estamos porque habremos fracasado
totalmente, en el sentido de que habremos arruinado la economía de la
agricultura".
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