A algunos íntimos de Murcia les confesó hace meses que era candidato a gobernador del Banco de España por la gracia de De Guindos y, al final, si no se jubila antes de que acabe el año, el asturiano Menéndez, el nuevo patrón que se aventa en lontananza, lo fulminará de inmediato porque lo conoce de tiempo y nunca se pudieron entender. Son tal para cual. El 'paisanu' aquel, aún peor, dicen. Aunque el nuestro en liza le gana en ser un mentiroso compulsivo muy detectado de tiempo por la prensa española especializada que él no ha logrado 'comprar' con la calderilla de siempre bajo la metáfora de 'dar de comer a los cerdos'. Queda claro, sin embargo, que este aprendíz de banquero nunca pudo con los javalíes salvajes, que siempre saben buscar sustento por su cuenta y campan por su independencia en el reino animal.
Alquiló presto un palacete en la Castellana, dijo que por imagen para atraer inversores, y luego tuvo que pasar del 'Palace' a un hotel de viajantes como el 'Mediodía' por orden del Frob cuando lo despojó de todos sus poderes ejecutivos por mor de su 75% en la entidad a cambio de su fuerte inyección de capital y le rebajó también casi todos sus inexplicables privilegios inmemoriales tras demostrar de sobra su incompetencia en la atracción de capital asiático, después de intentarlo según él. El reciente informe del Fondo Monetario Internacional al respecto ha dado la puntilla al cuento recurrente y residual que se daba a relevantes inversores murcianos, seducidos probablemente con extratipos. Ahora veremos como recuperan todo lo perdido quienes creían estar más ante un gurú que ante un trilero. Vendrán los nervios muy pronto y puede que a alguno hasta se le vaya la pinza por la frustración de una expectativa de enriquecimiento inducida por un caradura.
Hace pocos días vino a Murcia a contar en un acto interno precisamente el mismo cuento sobre la Bolsa que, esta vez abiertamente, ya no se creyó nadie por su más que evidente incapacidad para dotar de músculo a su pilotado proyecto después de cinco años de ir embarcando-embaucando a todos los incautos que necesitaban creerle. Y porque las cartas de traslado fuera de Madrid ya estaban cursadas en esa fecha. Ahora, el Frob devuelve a todos esos pardillos a la realidad: 'tú a Murcia y tu a Granada'. Un desastre, la aventura termina en un desastre por inviable ante falta de inversores objetivamente interesados en lo que demasiado pronto se tornó en un bluff a juicio de los propios cuadros intermedios descorazonados por la evolución de lo cantado hace tiempo, dentro y fuera.
El escándalo del pasado verano, que implicaba a uno de ellos en Murcia capital por hacer el negocio por su cuenta (Pero ¿totalmente al margen de alguien de peso en la entidad?) era el síntoma más claro del comienzo de la descomposición de la marca de proyección geográfica cercana. Despido fulminante de ese director, teóricamente por libre, y denuncia en Fiscalía alertaban del estado terminal que ya solo era cosa de diagnosticar antes de aplicar la terapia de choque ahora conocida por el clamor de los burlados sindicatos no esquiroles a partir del pasado 25 de septiembre. El Banco de España ha mandado a todos los 'centrales' a su casa, más como un castigo que como compensación a un esfuerzo personal de muchos de ellos que, finalmente, no ha servido para nada.
Porque el campo de batalla invisible que se atisba se va a llenar muy pronto de cadáveres visibles a manos del nuevo don Pelayo en tierra de moros por recién investido en Cibeles sin menoscabo de Covadonga y al margen del aspirante frustrado a la silla ocupada en dos ocasiones, a principios del siglo XX, por el político murciano Antonio García Alix.
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