Los planes del BCE para alargar el período de compra de deuda pública
más allá del 2016, además de otras medidas adicionales, le vienen muy
bien al Gobierno. Draghi, aunque de forma involuntaria, le ha echado
una mano a Mariano Rajoy al tratar de reducir al máximo las
incertidumbres que se ciernen sobre la recuperación económica.
El solo anuncio de Draghi de que podrán poner en marcha medidas
adicionales ante las incertidumbres que siguen generando los países
emergentes han tenido una respuesta inmediata en los mercados. En el
caso de la Bolsa española ha logrado una subida del 2,05 %. Es la
mayor subida en quince días, con lo que ha vuelto a las ganancias en
el cómputo anual.
Con la inflación en negativo en la eurozona, varios de los miembros
del consejo de Gobierno del BCE, según ha confesado el propio Mario
Draghi, han pedido que estas medidas excepcionales se anunciaran tras
la reunión que el BCE ha mantenido en Malta.
Draghi ha justificado el retraso de cualquier decisión hasta la
reunión del próximo 3 de diciembre, para poder disponer en ese momento
de los datos macroeconómicos de los servicios del Banco Central
Europeo. Pero el mercado se ha adelantado. Da por hecho que habrá
nuevas medidas. Además de prorrogar las medidas de la expansión
cuantitativa, incluso podría aumentarse la cantidad de 60.000 millones
de euros mensuales para comprar deuda.
La decisión deberá tener consecuencias para el sector financiero
europeo. Tras admitir Draghi que se está produciendo una recuperación
de la actividad crediticia en Europa, los expertos prevén que el BCE
incluso incremente la penalización de los depósitos que los bancos
tienen en el BCE.
El conjunto de estas medidas vienen a sumarse a las ya pensadas por el
Gobierno de Mariano Rajoy de llegar al momento de las votaciones del
20-D con más alegría y más dinero en el bolsillo. La recuperación de
una parte de la extra que recibirán los funcionarios este mes, se verá
acompañada dos meses después con la extra de diciembre y el empujón
del Banco Central Europeo que quiere presionar a los bancos y cajas a
que presten más.
Entre algunos miembros del Ejecutivo, como por ejemplo el ministro de
Economía y Competitividad, Luis de Guindos, se advertía cara de gran
satisfacción. Las medidas anunciadas deben favorecer el mantenimiento
del buen ritmo de crecimiento económico que ha conseguido la economía
española.
Pero cuando todavía no se conoce cual pueda ser el resultado final del
caso del 3% en Cataluña, tras la detención del tesorero de
Convergencia Democrática de Cataluña, de quedar más evidente la
financiación ilegal de los nacionalistas catalanes, esta información
podría jugar un papel en la campaña electoral del 20-D incluso
superior a la de los datos económicos y laborales.
Daría la razón a Mariano Rajoy cuando un destacado ideólogo de la
patronal empresarial española le pidió que el Gobierno actuara ante el
cariz que estaba tomando el presidente Mas y Rajoy respondió, 'que se
ahorque solo'.
(*) Periodista
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