Los más altos
representantes de España y Francia, Felipe VI y François Hollande, y la
canciller Merkel, evocaron este lunes, ante el parlamento europeo, la
necesidad de ‘más Europa’ para abordar los problemas que, de distintas
maneras, afectan a cada uno de los países en nombre de los cuales
hablan, y los de carácter europeo, como la crisis de los refugiados y
las potenciales amenazas sobre Europa proyectadas desde la guerra de
Siria.
En
el discurso del rey de España estaba latente la crisis política
entre el Estado español y la Generalidad y el parlamento de
Cataluña. En los casos de Francia y Alemania, estaba latente el
desafío que para cada uno de ellos ha supuesto y supone la crisis de
migración que afecta a Europa, y que ha dado motivos a
desencuentros entre París y Berlín.
El rey afirmó que “la
España democrática de las últimas décadas se ha basado en una
firme voluntad de entendimiento entre los españoles”. Y remachó:
“Soy europeo porque soy español”. El presidente de la
eurocámara, Martin Shultz, halagó los oídos del rey afirmando que
“en estos tiempos difíciles, Europa necesita más que nunca a
España”. Es conocida la toma de posición de Shultz sobre la
inconveniencia del proceso soberanista catalán. El mismo
presidente francés, sin duda sin intencionalidad alguna,
obligaba a evocar la fiebre independentista catalana al recordar
a la cámara la afirmación de su antecesor François Mitterrand,
quien decía que ‘el nacionalismo es la guerra. Su advertencia
sigue siendo útil”, dijo Hollande.
Esta sesión parlamentaria
ha sido particularmente digna de nota en lo que concierne a Francia
y Alemania. Es la primera vez, desde 1989, que los líderes de ambos
países se dirigían de forma simultánea, y casi se diría que
conjunta, al parlamente europeo. La anterior vez fue con ocasión
de la caída del Muro de Berlín, que había dado motivo a recelos entre
franceses y alemanes.
Una Alemania unida fue percibida en Francia como la emergencia de una
nación capaz de reequilibrarse como gran potencia con Francia,
vencedora en la II GM, potencia nuclear y con un puesto permanente
en el Consejo de Seguridad de las NN.UU. Superados los recelos, y
para subrayar su apuesta europea por encima de diferencias
nacionales, el presidente Mitterrand y el canciller Helmut Kohl,
decidieron en aquel año dirigirse amistosa y simultáneamente a
la cámara europea.
“Es precisamente ahora – señaló la
canciller Merkel en la sesión de este 7 de octubre– cuando nos hace
falta más Europa”. Se refería, sin mencionarla, a la crisis de
migrantes y refugiados. Hollande mantuvo la misma línea: “El
debate no es entre menos y más Europa, sino entre la afirmación de
Europa o el fin de Europa”.
Cuatro ejes de acción y un
mercado único de capitales
Un problema que Francia y Alemania miran desde ángulos distintos es el
de la estructura institucional del euro. Hollande es partidario
de crear una forma de gobierno para la zona euro, con parlamento y
presupuesto propios, medida que es vista desde Alemania como
potencial causa de distanciamiento de Londres respecto del
proyecto europeo, dado que el reino Unido debe afrontar en 2017 el
referéndum sobre su permanencia en la Unión o su separación.
Cualquier reforzamiento de los poderes europeos es visto por el
primer ministro Cameron como una disminución de la soberanía
nacional, y por lo tanto leña al fuego para calentar la caldera del
partido anti europeo UKIP.
En este orden institucional, la
posición de compromiso entre Hollande y Merkel quedó establecida
en mayo de este año, cuando ambos dirigieron al presidente de la
comisión, Jean Claude Juncker, un memorándum con “cuatro ejes de
acción”: la política económica, la convergencia de las
políticas económicas nacionales, y las políticas sociales y
fiscales.
La urgencia de las crisis puntuales de los
refugiados y de Siria ha hecho que otros problemas, sobrevenidos
en los últimos tiempos, no hayan sido, en esta ocasión, objeto de
toda la atención que el parlamento europeo deberá darle en los
próximos meses: en concreto, cómo se enfrentará la UE al desafío de
la Unión de Países del Pacífico recién constituida, al tratado de
libre comercio de la Unión con los Estados Unidos antes de que el
mandato del presidente Obama llegue a su fin, y cuándo pondrá en
marcha el proyecto más ambicioso de la actual Comisión: el mercado
único europeo de capitales.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario