Hay vida fuera de las pantallas de televisión. Gente real, no
audiencias. Gente que mira, escucha, lee, piensa, razona y toma
decisiones, además de ir por otra lata de cerveza en el frigo. Y gente
que habla sin estar pendiente del foco, el ángulo o los tuits de los
espectadores. Es necesario abandonar, aunque sea un momento, el mundo de
impostación de los platós y salir a la calle a hablar en vivo y
directo, con gente de carne y hueso. Lo saben los pintores: una cosa es
pintar en el estudio y otra hacerlo al aire libre. En el estudio todo es
muy bonito, pero falso. Fuera, salen defectos, pero se es más
auténtico.
Por
un momento, Iglesias ha salido de los platós, de hacer el ganso con
presentadoras impresentables y colegas de faena política mucho peores
que él, pero más avezados en el juego sucio. Y lo ha hecho con un
discurso claro, conciso y muy pertinente. Espero que la experiencia
sirva en el futuro. Los medios, en especial la televisión, multiplican,
difunden, viralizan todo: la mentira, el engaño, la confusión, el
ridículo. La popularidad mediática tiene un precio: te conoce todo el
mundo... y te valoran como a Rajoy, lo cual es tremendamente injusto
para alguien que está en sus antípodas. En cambio, si sales a la calle y
hablas al paso y respondes a lo que te pregunta cualquiera y hablas
claro, descubres que eso es bueno, que puedes llegar mucho más que si
sigues mareando la perdiz por los platós dando a entender lo que no
eres, siendo ambiguo, epiceno, oportunista, con miedo a asustar a unos o
inquietar a otros.
Hablar
claro, en un lenguaje sencillo que entiende todo el mundo, sin
equívocos, te aleja de esos cálculos oportunistas y miserables del
engaño, el embuste y la ocultación en donde el PP y sobre todo C's
siempre ganarán a la competencia porque lo suyo es de necesidad: mienten
o perecen. Que quien puede permitirse la verdad acuda a la falsedad es
un cobarde y nunca hará nada. Si eres de izquierda, di que eres de
izquierda, entre otras cosas porque es imposible ocultarlo y no trates
de engañar a nadie y mucho menos insultando. Solo los de derechas niegan
ser de derechas. Con razón. Los de izquierda que niegan ser de
izquierda no saben ni en dónde están.
Hay
que confiar más en la gente. Abandonar el paternalismo insoportable de
quien dice profesar creencias que la mayoría no entiende. La gente,
todos, entendemos muy bien de qué va esto y sabemos quién engaña y quién
no. Parece mentira que tengan que venir otra vez los portugueses a
demostrar a los izquierdistas españoles que se puede ser de izquierda y
ganar elecciones y, además, ponerse de acuerdo entre las distintas
ramas, no insultarse entre sí, respetarse y concertar sus esfuerzos.
Otra cosa es que la derecha portuguesa sepa perder sin hacer trampas
porque eso es típico de todas las derechas. La española es buen ejemplo:
pura trampa, pura mentira y engaño.
Existe
un vacío tremendo en la izquierda española. Los votantes están
desconcertados ante una proliferación absurda de opciones en un guirigay
incomprensible de propuestas e insultos hechas por una caterva de
vanidosos cuyo interés es inversamente proporcional al tamaño de su
ego. Hacer propuestas concretas, claras, viables y de izquierdas
y esas sí, explicarlas, razonarlas, defenderlas es algo elemental.
Cinco de estas ha presentado Iglesias al Consejo Ciudadano de Podemos
pero, sobre todo, a la ciudadanía en su conjunto. De esta forma quizá se
vuelva a dar a mucha gente, harta del esperpento de narcisismos
televisivos, una razón para volver a votar a Podemos y este remonte en
las encuestas.
Ese
es el camino. Es verdad que Iglesias sigue teniendo reflejos de
político marrullero, que le hacen reconocer que han cometido errores pero no decir cuáles y resabios cursis de figurín de plató, como cuando dice que salen a ganar,
una tontería obvia, pues nadie sale a perder y que, además, el propio
Podemos ya está desmintiendo por cuanto las propuestas desgranadas en el
Consejo Ciudadano ya se presentan como acuerdos que habrán de ser
negociados con otras fuerzas parlamentarias. Las cinco propuestas son
claras, decisivas, viables: 1ª) reformar el sistema electoral para
hacerlo proporcional de verdad.- 2ª) Garantizar la independencia de la
justicia.- 3ª) Blindar en la Constitución los derechos de la ciudadanía,
especialmente los de la tercera generación.- 4ª) Acabar con la
corrupción de una vez.- 5ª) Realizar un referéndum vinculante en
Cataluña en ejercicio del derecho a decidir de los catalanes.
Es
un programa socialdemócrata, de reforma de la Constitución. Nada de
proceso constituyente. Palinuro, quien prefiere votar en Cataluña, pero
ha de hacerlo en España, lo votaría con algunos matices que habrán de
quedarse para otro post. Pero es de esperar que la experiencia, la
amarga experiencia, nos libre de seguir escuchando baladronadas del
estilo de asaltar los cielos, romper el candado del 78, acabar con la casta y otras necedades de ese calibre.
Hablar claro es bueno, II
En el post anterior
anunciaba mi intención de matizar algunas de las nuevas propuestas
reformistas de Podemos. Lo hago ahora con ánimo constructivo y de modo
sucinto:
Reforma del sistema electoral.
Si de verdad se busca la máxima proporcionalidad, no hay que ir muy
lejos. Basta con copiar el sistema alemán que mezcla el criterio
proporcional y el mayoritario y en todas las clasificaciones del mundo
aparece en el primer o segundo puesto de proporcionalidad, mientras que
el sistema español actual es el último, con menos proporcionalidad que
muchos sistemas mayoritarios, lo que es francamente ridículo.
Independencia de la justicia.
Dejar la composición del órgano disciplinario de la magistratura en
manos de los propios jueces. La composición actual viene del temor que
suscitaba el predominio de jueces franquistas. Ha pasado el tiempo y,
aunque los jueces siguen siendo un estamento conservador, ya son mayoría
los de generaciones posteriores. Supresión de la Audiencia Nacional.
Supresión del Tribunal Constitucional y atribución de la jurisdicción
constitucional con formulación nueva al Tribunal Supremo en una sala
cuya composición quizá pueda fiscalizar el Parlamento.
Blindaje de derechos de la ciudadanía. Reforzar la protección de los derechos económicos y sociales. Especial atención a los medioambientales. Recuperación,
desarrollo y protección del derecho del trabajo, desmantelado por la
derecha. En este campo de derechos, singular atención a la perspectiva
de género que debe hacerse siempre eficaz dejando expedito el recurso a
los tribunales de justicia para su aplicación.
Lucha contra la corrupción.
Aplicación de la legislación penal a los corruptos. Obligación de
declaración de bienes al iniciar todos los cargos públicos, rendición
pública de cuentas y auditorías en los relevos. Aumento substancial del
plazo de prescripción. Obligación de todas las administraciones de
publicar en la red todas sus transacciones económicas. Revisión de la
financiación pública de los partidos.
Cataluña.
Referéndum vinculante de autodeterminación. Es posible, como decíamos
antes, que esta propuesta llegue tarde, pero debe formularse. Es posible
también que, si la situación catalana se enquista en una espiral de
acción independentista/reacción unionista, sean los otros Estados
quienes obliguen al español a celebrar ese referéndum que debió de
haberse convocado hace muchos años.
A estas cinco propuestas reformistas, Palinuro añade dos sustantivas más y una de procedimiento que considera imprescindibles:
Separación real de la Iglesia y el Estado
y supresión de la financiación pública de aquella. Se entiende que ello
implica supresión de las transferencias directas así como del lucro
cesante de sus privilegios de todo tipo.
Celebración de un referéndum para decidir la forma del Estado. Si república o monarquía.
La
cuestión de procedimiento: convocatoria de una convención general
extraordinaria por si todavía existe alguna posibilidad de acordar una
organización territorial española de consenso.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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