lunes, 26 de octubre de 2015

El PSOE rectifica, Podemos cambia y el PP calla / José Hervás *

Nunca desde las primeras elecciones generales con las que España se abría a la democracia en 1977 nos habíamos enfrentado a una situación tan incierta como la que comenzamos a partir de hoy, cuando el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anuncie la convocatoria de elecciones para el próximo 20-D.

Son in­ciertas porque nunca antes se había pro­du­cido una di­vi­sión del voto tal que abriera la po­si­bi­lidad a tres o cuatro par­tidos de di­rigir las ne­go­cia­ciones para la for­ma­ción de Gobierno. Nunca antes la cues­tión ca­ta­lana había lle­gado a los lí­mites a los que ha con­du­cido la po­lí­tica de se­ce­sión o de des­co­ne­xión de España, que han li­de­rado Convergencia Democrática de Cataluña y de Esquerra Republicana.

Y nunca hasta ahora se había afron­tado una crisis eco­nó­mica de tal mag­nitud como la que hemos ve­nido atra­ve­sando desde agosto del 2007 sin que haya el mí­nimo con­senso entre los dos prin­ci­pales par­tidos para hacer frente a la misma.

De la in­cer­ti­dumbre de los pro­gramas eco­nó­micos que vayan a pre­sentar los par­tidos po­lí­ticos nos puede dar una idea, por ejem­plo, el hecho de que el PSOE haya tar­dado menos de 24 horas en rec­ti­ficar una de las ideas prin­ci­pales que lanzó a la hora de pre­sentar su pro­grama la­bo­ral.

El par­tido se ha visto en la obli­ga­ción de ma­tizar a su propio se­cre­tario ge­neral cuando Pedro Sánchez anunció que de­ro­garía la re­forma la­boral lle­vada a cabo por el Gobierno del PP por de­creto. Desde Ferraz se pre­ci­saba que nunca de­bían haber ha­blado de ‘derogar’ la re­forma la­boral sino de hacer una ‘reforma pro­fun­da’.

Del pro­grama eco­nó­mico pre­sen­tado a bombo y pla­tillo por Podemos ya no queda nin­guna de sus lí­neas cen­tra­les. Pablo Iglesias ha pa­sado de su afir­ma­ción de que ‘el cielo no se toma por con­senso, sino por asal­to’, con­cepto con el que Karl Marx des­cribió las as­pi­ra­ciones de la Comuna de ha­cerse con el poder y ges­tionar la eco­nomía desde arriba, a apro­xi­marse a un pro­yecto so­cial­de­mó­crata, según las pro­pias pa­la­bras del líder de Podemos.

Es una in­cóg­nita lo que vaya a pro­poner en Economía el Partido Popular, sobre todo te­niendo en cuenta que quien ha di­señado y apli­cado la re­forma eco­nó­mica y fi­nan­ciera, Luis de Guindos ha reite­rado en va­rias oca­siones que aunque gane el Partido Popular, él no for­mará parte del pró­ximo Gobierno.

Podrían hacer como hizo el can­di­dato ofi­cia­lista ar­gen­tino, Daniel Scioli, en su men­saje de cam­paña más reite­rado en el que pedía ‘una opor­tu­ni­dad. Lo demás dé­jen­melo a mí. Yo sé lo que hay que hacer y como ha­cer­lo’. Qué más da, si la ma­yoría hacen luego lo con­trario de lo que pro­meten en cam­paña. ¿Cuánto iba a bajar los im­puestos el Partido Popular du­rante la cam­paña elec­toral del 20-N del 2011?

Son cues­tiones ma­yo­res. Si nos ate­nemos a lo ex­pre­sado por el Presidente del Banco Central Europeo tras la reunión de su Consejo de Gobierno del pa­sado jueves en Malta, la re­cu­pe­ra­ción eco­nó­mica en Europa de­berá pro­du­cirse a partir de las po­lí­ticas fis­cales y pre­su­pues­ta­rias que lleven a cabo los Estados miem­bros de los países de la Unión Económica y Monetaria.

Draghi ha de­jado claro que el Banco Central Europeo no puede ser el único que con sus po­lí­ticas de es­tí­mulo tire del carro de la eco­nomía eu­ro­pea. Ha an­ti­ci­pado me­didas adi­cio­nales de po­lí­tica mo­ne­ta­ria, con la po­si­bi­lidad de am­pliar el pe­ríodo de vi­gencia de las in­yec­ciones ma­sivas de li­qui­dez, e in­cluso de au­mentar las can­ti­da­des. Pero ha dado a en­tender de nuevo que tam­bién los di­fe­rentes Estados tienen que con­tri­buir. Falta saber cómo lo ha­rán.

El pe­ríodo elec­toral que se abre hasta el día 20-D es la opor­tu­nidad que tienen los par­tidos para ex­plicar como con­ti­nuar sa­liendo de la cri­sis. Si en el ám­bito eco­nó­mico hay in­cer­ti­dum­bres, to­davía las hay ma­yores en el ám­bito fi­nan­ciero, en es­pe­cial de cara a las nuevas exi­gen­cias que se van a im­poner al sec­tor.


(*) Periodista

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