jueves, 15 de octubre de 2015

Desbandada en el PP / Pablo Sebastián *

‘Cuando no está el gato bailan los ratones’. Rajoy se fue a Nueva York a presidir una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU y a completar con ella su colección de fotos e inauguraciones varias de obras públicas que forman parte descarada de la precampaña electoral del PP ante los comicios del 20-D.

Pero mientras Rajoy se hace fotos en ‘la gran manzana’ -en realidad suele estar ausente de la escena política aunque se pasee por Madrid- en el seno de su partido se ha vuelto a armar la parda porque muchos de sus dirigentes caminan a su aire y por su cuenta sin la menor cohesión ni concierto. Confirmando la mala imagen de la desbandada general de sus dirigentes, militantes y votantes que anuncian las últimas encuestas en menoscabo del PP y en beneficio de Ciudadanos y del PSOE.

Ayer, y tras el reciente y estrepitoso batacazo del PP en Cataluña, la presidenta del PP en el País Vasco Arantza Quiroga presentó su dimisión -tras ser criticada por los suyos por defender la convivencia de todos los partidos vascos, Bildu incluido- y a pesar de los esfuerzos de la secretaria general María Dolores de Cospedal, que ha vuelto a quedar desautorizada por enésima vez desde la más alta dirección del PP, tras su empeño inútil de amparar a Quiroga.

La dirección del PP ya no está en Génova 13 sino en la Moncloa, desde donde Rajoy y Moragas dirigen la campaña electoral, en extraña relación con Soraya Sáenz de Santamaría. Otra que va a su aire y que, en ausencia de Rajoy, organizó un mitin electoral en el Congreso de los Diputados -con la indignación de la oposición- y arropada por su claque particular de ministros y altos cargos. Un golpe de mano de la vicepresidenta para auto postularse como la número dos en la lista de Rajoy en Madrid al Congreso de los Diputados, puesto que había pedido Cospedal. La que ya veremos si, cansada de vejaciones, un día de estos da su particular campanada y anuncia que ella también se va.

Y todo esto el mismo día en el que el ministro Cristóbal Montoro asegura que hay dirigentes del PP que se avergüenzan de su propio partido, al tiempo que se lía a palos con Aznar, Margallo y Rato. Y cuando la diputada y colaboradora de Aznar en FAES publica un artículo donde pone a escurrir a Mariano Rajoy tras anunciar que ha dicho al presidente que no quiere ir en sus listas electorales (de la que iba a ser excluida). Lo que ha provocado un nuevo enfrentamiento entre la diputada y otros compañeros que la tildaron de ‘desleal’.

La misma acusación que hace poco lanzaron contra José María Aznar -por boca de la diputada Dolors Monserrat- otros fieles diputados de Mariano Rajoy cuando el ex presidente advirtió a Rajoy seriamente del grave deterioro del PP tras el fracaso electoral en Cataluña -‘el quinto en la legislatura’, dijo-, y el ascenso imparable de Ciudadanos por el centro-derecha de la política.

Y este lamentable espectáculo en el seno del PP ocurre pocas horas después que la Comisión Europea dijera que España no cumplirá sus objetivos de déficit de 2015 ni tampoco el de 2016, a la vista de los Presupuestos impuestos por el Gobierno de Rajoy en el Parlamento, lo que dinamita el mono discurso de Rajoy sobre el éxito de su política económica y la salida de la crisis, como lo han entendido y también aprovechado Rivera y Sánchez para volver a la carga contra el PP y contra Rajoy.

Y también cuando Artur Mas está a punto de comparecer en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, acompañado con 400 alcaldes y de un sinfín de dirigentes políticos secesionistas -de CDC, la CUP y ERC- así como por los miembros de su actual gobierno en funciones, ofreciendo un espectáculo nunca visto de desafío a la Justicia y al Tribunal.

Preguntas:¿quién garantiza el cumplimiento de los compromisos económicos con la UE?; ¿quién y cómo se hace frente al creciente desafío catalán?; ¿quién manda en el Gobierno y en el PP? No se sabe, pero si todo esto sigue así a tan solo dos meses del día 20-D el fracaso electoral del PP será mucho mayor de lo que anuncian las encuestas. Y en ese caso a ver quién y cómo se recompone la vajilla hecha añicos del PP, que corre el riesgo de regresar a los tiempos pasados de Alianza Popular.

Está claro que Rajoy no puede arreglar en dos meses los platos rotos durante los pasados cuatro años. Pero debería evitar el destrozo completo de la vajilla si es que le quedan arrestos y algo de lucidez, lo que está por ver y comprobar.

(*) Periodista

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