Hoy,
día de reflexión en las elecciones catalanas, es poco lo que Palinuro
tiene para contar porque lo que traía en el buche lo soltó, una parte,
en el acto de la CUP de Argentona y otra en el de Badalona. Espero no lo
tomen a mal l@s lector@s si les pido que escuchen el vídeo de Vila Web.
Eso
en cuanto al contenido. En cuanto a lo otro, la circunstancia, a lo
mejor no hago justicia a mis impresiones y sentimientos. Fue un acto
emocionante. Las intervenciones, tanto las anteriores como las
posteriores, espléndidas. Pero lo verdaderamente decisivo era el
público. La proximidad, el respeto, la simpatía, la comunicación... Esto
va muy en serio.
Las
otras noticias llevan el mismo sentido. El acto de cierre de Junts pel
Sí petó el Paseo de María Cristina en Barcelona. Pase lo que pase el
domingo, la independencia ya ha ganado. El tren de la independencia
salió hace seis años y, si no llega a destino mañana, lo hará pasado
mañana. Pero llegará. No obstante, tengo pocas dudas de que la votación
del domingo reventará expectativas y aniquilará falsas ilusiones
continuistas. El independentismo será mayoritario y es posible que
abrumadoramente mayoritario.
He
seguido viendo sondeos y porras que se cruzan en las redes. La tónica
general es la victoria del "sí". Incluso he visto alguna proyección que
da a la CUP nacional más votos que a Podemos en Catalunya Sí Que Es Pot. Y
no me extrañaría. La CUP está en casa mientras, como Palinuro lleva
diciendo desde el principio, Podemos pincha en Cataluña básicamente
porque no comprende (ni, en el fondo, le interesa) lo que pasa en el
país. Su objetivo sigue siendo España, sin comprender que esa España en
la que quiere ganar, ya no será la misma España a partir del 28 de
septiembre.
Los
partidos dinásticos parecen camino del testimonialismo. Lo cual es
lógico cuando se trata de un país que tiene el alma republicana y se
niega a rendir pleitesía a la dinastía de los Borbones.
En
España nunca se ha vivido nada así. Arranca un tiempo nuevo. Todo va a
cambiar y el viento de la historia barrerá la podredumbre de siglos, la
inercia, la resignación, el fatalismo. Gracias a la puerta que han
abierto los catalanes. Gracias al tesón, al empeño por no aceptar las
imposiciones y los abusos de una España secuestrada por la sempiterna
oligarquía de señoritos, parásitos y bufones a su servicio.
Gracias,
asimismo, en lo que le toca a este gobierno de corruptos, ineptos y
neofranquistas que han pasado cuatro años haciendo lo imposible en pro
del independentismo catalán y, con él, en pro de la independencia y la
dignidad de los otros pueblos de la península.
Lo catalanes ya lo han conseguido. Ahora es la vez de los demás.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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