miércoles, 30 de septiembre de 2015

El presidente de 'Hansa Urbana' se enfrenta en Alicante a cuatro años y medio por fraude

ALICANTE.- Rafael Galea, presidente de la promotora Hansa Urbana, con importantes intereses en la Región de Murcia e impulsor del controvertido proyecto Novo Carthago a orillas del Mar Menor, se enfrenta a una petición global de cuatro años y medio de cárcel por presuntos delitos fiscal y de falsedad documental, en los que habría incurrido con motivo de una operación inmobiliaria en Alicante, según publica 'La Verdad' en su edición para esta provincia.

Junto a Galea está encausado asimismo el empresario alicantino Enrique Ortiz, también conocido por haber tenido intereses urbanísticos en la Región y por haber desarrollado la 'línea piloto' del tranvía en la ciudad de Murcia y haber concursado para abrir la 'línea 1'.
El juicio del que dependerá la suerte de Galea y Ortiz y de otros cuatro empresarios ha sido fijado por el Juzgado de lo Penal nº 1 de Alicante para los próximos días 19, 20 y 21 de enero.
Mientras Rafael Galea está imputado en Murcia por el 'caso Novo Carthago', en el que se investiga la supuesta recalificación ilegal de unos terrenos junto al Mar Menor, Ortiz está encartado a su vez en tres piezas del 'caso Brugal'. Se trata de las diligencias relacionadas con tramas de presunta corrupción en torno a la recogida de basuras en la Vega Baja, el urbanismo en Alicante (caso que propició la dimisión de la alcaldesa popular Sonia Castedo) y el llamado 'plan Rabasa', respectivamente. Además está imputado en el 'caso Gürtel' por la supuesta financiación ilegal del PP.
La Fiscalía pide provisionalmente para los seis acusados sendas penas de tres años de cárcel por un delito de seis millones de euros contra la Hacienda Pública, así como de un año y medio de prisión por un delito de falsificación en documento mercantil. Igualmente, reclama multas de 10 millones de euros y la pérdida de la posibilidad de gozar de subvenciones, ayudas públicas, beneficios o incentivos tanto fiscales como de la Seguridad Social durante otros cinco años.
Estos hechos se remontan al ejercicio fiscal de 2005 y fueron denunciados por la Agencia Estatal Tributaria. Los sospechosos son los mencionados Rafael Galea y Enrique Ortiz, el cuñado de éste y apoderado de algunas de sus empresas, Miguel Carratalá, y los empresarios Miguel Ballester, Aurelio González Villarejo y Vicente Pérez Cañas.
El fiscal especializado en delitos económicos y tributarios de la Audiencia Provincial de Alicante, Antonio López Nieto, sostiene que todos ellos se confabularon «con ánimo de obtener un beneficio económico derivado de causar un perjuicio a la Hacienda Pública», que ha sido tasado por ésta en 6.105.247 euros.
El presunto fraude fiscal se centra en nueve fincas rústicas ubicadas en el denominado Pau 4 de Alicante, en la Playa de San Juan, que Hansa Urbana SA tenía contabilizadas como «existencias o elementos del activo circulante» y, por tanto, como terrenos destinados a la venta y a la obtención de las consiguientes plusvalías.
Esas nueve parcelas se ubican en una de las zonas de expansión urbanística de Alicante más importante de la pasada década y la propia promotora, participada en su época por la extinta Caja Mediterráneo (CAM), solicitó su recalificación en su día, por lo que tenía la intención de destinarlas a edificación, según el fiscal.
Sin embargo, la propietaria simuló supuestamente, en colaboración con las mercantiles de Ortiz y Villarejo, dos contratos de alquiler de las fincas por un importe cercano a los tres millones de euros a fin de contabilizarlas ante Hacienda como «inmovilizado». Es decir, como activos de la empresa dedicados a servir de forma duradera a la obtención de beneficios mediante el alquiler.
Esa maniobra contable permitió a la inmobiliaria beneficiarse de una deducción fiscal indebida por reinversión de beneficios extraordinarios en el impuesto de sociedades.

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