LORCA.-
El geólogo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) Raúl Pérez,
junto a dos miembros del Cuerpo de Bomberos de Madrid, ha descendido
este miércoles al corazón de la falla de Alhama de Murcia, causante de
los terremotos que devastaron Lorca en 2011, para colocar sensores de
temperatura y gas que permitirán conocer el comportamiento subterráneo y
sísmico.
El descenso de Pérez a 80 metros de
profundidad en la "sima del vapor" de la falla de Alhama forma parte del
proyecto 'Sismosima', que él mismo dirige y con el que pretende
establecer correlaciones entre la ocurrencia de terremotos y las
emisiones de gas en las cuevas.
El experto ya ha realizado estudios similares en simas de distintos puntos de España, aunque ninguno del riesgo de éste por la profundidad y nivel de emanaciones de la cueva.
La cavidad es una cueva situada en la localidad murciana de Alhama de Murcia, cerca del entorno histórico del castillo, situada sobre el trazado de esta falla y que está considerada como la cueva kárstica de mayor temperatura del mundo.
Alcanza 43 grados centígrados en su fondo, y además de esta elevada temperatura el dióxido de carbono desplaza el oxígeno, por lo que en su fondo se encuentran porcentajes inferiores al 17 por ciento, ha informado el IGME.
El experto ya ha realizado estudios similares en simas de distintos puntos de España, aunque ninguno del riesgo de éste por la profundidad y nivel de emanaciones de la cueva.
La cavidad es una cueva situada en la localidad murciana de Alhama de Murcia, cerca del entorno histórico del castillo, situada sobre el trazado de esta falla y que está considerada como la cueva kárstica de mayor temperatura del mundo.
Alcanza 43 grados centígrados en su fondo, y además de esta elevada temperatura el dióxido de carbono desplaza el oxígeno, por lo que en su fondo se encuentran porcentajes inferiores al 17 por ciento, ha informado el IGME.
La duración del descenso en la sima no
puede superar las dos horas, aunque la operación está calculada para que
cada "bajada" se prolongue durante un máximo de 40 minutos, con dos
días de diferencia en cada práctica, para garantizar la seguridad de las
tres personas.
El geólogo bajó acompañado de dos miembros del Grupo Especial de Rescate en Altura (GERA) de los bomberos de Madrid, todos ellos dotados de un sistema de respiración autónoma y de protección adecuado a las condiciones de la cueva.
El geólogo bajó acompañado de dos miembros del Grupo Especial de Rescate en Altura (GERA) de los bomberos de Madrid, todos ellos dotados de un sistema de respiración autónoma y de protección adecuado a las condiciones de la cueva.
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