lunes, 21 de septiembre de 2015

El listón de FT para la independencia de Cataluña se olvida ahora del censo / A.R. Mendizabal

Viva la coherencia empresarial. ¿ O será que los japoneses de Nikkei, nuevos dueños de las famosas cabeceras británicas Financial Times y The Economist, han empezado a reorientar la línea editorial de seriedad mantenida durante tantos años por el Grupo Pearson? Por ejemplo, esto es lo que afirma con dos bemoles un editorial de FT este lunes: ‘El Gobierno nacionalista de Cataluña tiene derecho a comprobar el apetito de su pueblo por una ruptura de España’.

No dice dónde nace ese de­re­cho, en qué fun­da­mento legal y cons­ti­tu­cional se asienta. Tampoco re­cuerda que los ca­ta­lanes de­ci­dieron hace 38 años aprobar la Constitución de 1978 por el 90,46% de vo­tos. Ni si­quiera in­forma de que esa Constitución pro­clama que ese tipo de cues­tiones las tiene que de­cidir el con­junto de los es­paño­les.

Pero hay más. El tí­tulo del edi­to­rial pa­rece tratar de mos­trar so­siego y tem­planza: ‘España y los ca­ta­lanes deben evitar una co­li­sión’. Es un texto que cir­cula por una línea fina entre las exi­gen­cias de los se­pa­ra­tistas y los pe­li­gros que con­lle­varía la in­de­pen­den­cia; entre la ne­ce­sidad de un acuerdo para evitar una crisis y los elo­gios al Gobierno de Rajoy por sus ‘duras re­for­mas’ que han lo­grado que la eco­nomía es­pañola haya em­pe­zado a re­mon­tar.

Pero el ar­gu­mento cen­tral os­cila pe­li­gro­sa­mente a la bi­la­te­ra­li­dad, como si España y Cataluña fueran en­ti­dades si­mi­lares y no una parte de la otra. El autor del edi­to­rial con­si­dera ‘probable’ la ma­yoría in­de­pen­den­tista en las elec­ciones del do­mingo pró­ximo, y sólo se atreve a cri­ticar dos as­pectos del listón que se ha puesto a sí misma la lista de Junts pel Sí: la ma­yoría de es­caños, por un lado, y la tác­tica de la Generalitat de no in­formar abier­ta­mente a los vo­tantes ca­ta­lanes de los costes de la in­de­pen­den­cia.

Dice FT: ‘Los par­tidos se­ce­sio­nistas han fi­jado un um­bral para la vic­toria el do­mingo de­ma­siado bajo al as­pirar a una ma­yoría ab­so­luta de es­caños. No de­be­rían tener de­recho a de­clarar nin­guna vic­toria a menos que se ga­ran­ticen al menos el 50% de todos los votos emi­ti­dos’. Lo que no dice FT es que el propio Estatut fija para de­ci­siones im­por­tantes una ma­yoría de dos ter­cios del Parlament.

De igual ma­nera, FT se deja en el tin­tero cuál es el ba­remo, dónde se pone el listón de par­ti­ci­pa­ción. ¿En el mi­núsculo 33% del censo de vo­tantes que fueron a las urnas en el si­mu­lacro del pa­sado 9 de no­viem­bre? ¿Es que tan pocos pueden de­cidir tanto por tan­tos? ¿No sería más apro­piado, en todo caso, fijar un um­bral de par­ti­ci­pa­ción que di­ri­miera sin lugar a dudas una opi­nión más o menos ge­ne­ra­li­zada?

La línea edi­to­rial del Grupo Pearson se au­to­exigió mayor rigor legal y po­lí­tico en otro edi­to­rial, éste de la re­vista The Economist, el 14 de no­viembre de 2014. Se ins­pi­raba en la nor­ma­tiva ca­na­diense, que habla de una ‘clara ma­yo­ría’ para una po­sible es­ci­sión de Québec, no una ma­yoría sim­ple.

Y pro­ponía un pro­ceso en tres eta­pas. La pri­mera tra­ta­rían de re­com­poner los as­pectos del Estatut que el Tribunal Constitucional echó abajo. La se­gunda bus­caría el nuevo en­caje en una re­forma cons­ti­tu­cio­nal. Y la ter­cera, un re­fe­réndum que fuera legal con una pre­gunta clara ‘y un mí­nimo del 80% de par­ti­ci­pa­ción’. Qué me­nos. El edi­to­rial de este lunes de FT no men­ciona a Canadá y equi­para el caso ca­talán al de Escocia, de nuevo sin com­parar las di­fe­ren­cias sobre le­ga­lidad y le­gi­ti­mi­dad.

No obs­tante, FT sí le pone unos cuantos de­beres a Artur Mas y demás in­de­pen­den­tis­tas: ‘Los par­tidos a favor de la in­de­pen­dencia le deben al pueblo de Cataluña el ser más ho­nestos sobre los costes de la rup­tura. Los se­pa­ra­tistas reivin­dican que cuando Cataluña deje de trans­ferir su re­cau­da­ción fiscal a las re­giones más po­bres de España, habrá más di­nero para gastar en casa. Esto no tiene en cuenta mu­chos de lo desafíos que el nuevo país afron­ta­ría’.

Entre esos desafíos: ‘Una Cataluña in­de­pen­diente ne­ce­si­taría volver a pedir su ad­mi­sión en la UE y en el euro, y su in­greso es­taría lejos de estar ga­ran­ti­zado. Una de­cla­ra­ción de in­de­pen­dencia hun­diría a Barcelona y a Madrid en una crisis cons­ti­tu­cional sin pre­ce­dentes que sin duda so­ca­varía la con­fianza em­pre­sa­rial’.

Como re­su­men, el edi­to­rial pro­clama so­lem­ne­mente: ‘FT cree que la se­ce­sión no va en in­terés de Cataluña, ni de España, ni de la UE’. Para evitar la cri­sis, pro­pone una ‘tercera vía’ entre lo de ahora y la in­de­pen­den­cia, pero sin con­cretar de­ma­siado. Menciona va­ga­mente una mayor au­to­nomía dentro de ‘una nueva Constitución’ y que el Gobierno sea ‘más ge­ne­roso’ en las atri­bu­ciones fis­ca­les.

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