viernes, 4 de septiembre de 2015

España mantiene su previsión de crecimiento pese a las advertencias de Draghi / José Hervás *

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha descartado por quinta vez en menos de dos semanas que vaya a producirse en España una desaceleración económica en los próximos meses y ha mantenido que el empleo va a ir bien hasta final de año. El presidente se expresaba así solo unas horas antes de que el presidente del Banco Central Europeo revisara a la baja sus previsiones de crecimiento para este año y el que viene.

Mientras Rajoy vuelve a poner de ejemplo las re­formas adop­tadas du­rante su man­dato para jus­ti­ficar su con­fianza en las pre­vi­siones del Gobierno sobre cre­ci­miento, por lo que va a per­se­verar en sus po­lí­ticas eco­nó­mi­cas, Draghi anun­ciaba sólo unas horas des­pués que el BCE re­visa a la baja las pre­vi­siones de cre­ci­miento en la eu­ro­zona. Y lo hace tanto sobre las pre­vi­siones para este año como para los dos pró­xi­mos.

Para Draghi no hay duda de que la re­cu­pe­ra­ción va a pro­se­guir a un ritmo menos vivo que con an­te­rio­ri­dad. Este de­bate sobre las pre­vi­siones se pro­duce por las in­cer­ti­dum­bres que vienen ge­ne­rando la ra­len­ti­za­ción de la eco­nomía china, las dudas sobre los datos que ofrece el país asiá­tico y, por su­puesto, por las in­cer­ti­dum­bres que sigue ge­ne­rando el fu­turo eco­nó­mico de Grecia.

Sorprende que mien­tras la crisis y las in­cer­ti­dum­bres llevan a Rajoy a decir que se man­tiene en sus trece, que cre­ce­remos lo pre­visto de­bido a la for­ta­leza que han con­se­guido sus re­for­mas, el BCE se vea obli­gado a re­bajar una dé­cima las pre­vi­siones de cre­ci­miento para este año, y otras dos tanto el año que viene, como en el 2017.

En cambio según el BCE este año la eco­nomía de la zona euro cre­cerá una dé­cima menos de lo pre­visto para que­darse en un 1,4 %. Estima que cre­cerá en el 2016 un 1,7 %, frente al 1,9 % pre­visto en junio y en el 2017 el cre­ci­miento sería del 1,8 %, frente al 2 % que es­ti­maron a me­diados de año.

Ante estas in­cer­ti­dum­bres, Draghi ha man­te­nido los tipos de in­terés de los prés­tamos del BCE en su nivel his­tó­rico más bajo, aña­diendo que está dis­puesto a in­tro­ducir más es­tí­mulos mo­ne­ta­rios y a mo­di­ficar el pro­grama de compra de deuda. Esta mo­di­fi­ca­ción con­siste en au­mentar hasta el 33 %, desde el 25 %, el lí­mite de deuda pú­blica que pueda com­prar de cada emi­sión, aunque el tope men­sual se sigue man­te­niendo en 60.000 mi­llones de eu­ros.

La buena reac­ción del mer­cado griego, con una subida de la bolsa de Atenas de casi el 4 %, la que mejor ha reac­cio­nado a las me­didas del BCE, evi­dencia el apoyo de los mer­cados a las me­di­das.

Se ex­plican las me­didas por­que, ante la im­po­si­bi­lidad de adoptar me­didas di­rectas de es­ti­mulo de la eco­no­mía, Draghi ha te­nido que dar otro de los úl­timos pasos que él puede dar, para evitar la ra­len­ti­za­ción de la zona euro. De he­cho, el Banco Central y el Fondo Monetario Internacional vienen aler­tando del riesgo de la ra­len­ti­za­ción.

Draghi, que había evi­tado an­ti­cipar su pre­sencia pú­blica des­pués de las va­ca­cio­nes, por lo que no ha acu­dido este año a Jakcson Hole, a la ha­bi­tual reunión in­formal de fin de ve­rano de los go­ber­na­dores cen­trales de todo el mundo, ha vuelto a in­sistir en la ne­ce­sidad de que los go­biernos apli­quen me­didas de es­tí­mulo al cre­ci­miento.

Ante el re­chazo de los go­bier­nos, en es­pe­cial de Alemania, a li­derar una po­lí­tica ac­tiva de re­lan­za­miento, Draghi ha con­fe­sado que dentro de sus li­mi­ta­ciones el BCE está dis­puestos a ac­tuar, pre­pa­rado para ac­tuar y con ca­pa­cidad para ha­cerlo. Pero de mo­mento sigue siendo el único que con sus de­ci­siones pa­rece con­ven­cido de que re­sulta ne­ce­sario hacer algo.


(*) Periodista

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