miércoles, 30 de septiembre de 2015

‘Operación Reloj’ / Marcello

Sin que sirva de precedente, vamos a desvelar el contenido de un recuadro que figura en el apartado en clave ’3,14,16′, es decir, PI, siglas de Pablo Iglesias, de El Informe Pelícano. Algo relativo a la llamada ‘Operación Reloj’, que explica algo relativo al desinfle electoral de Podemos. La cosa va mas o menos así.

Cuando las aguas turbulentas del tsunami catalán que llegarán furiosas a las calles sucias de Madrid se retiren hacia sus aposentos marinos, en la playa que se esconde bajo los adoquines de la Puerta del Sol van a aparecer los cuerpos inertes de los dirigentes políticos que no lograron sobrevivir a las convocatorias electorales del 27-S catalán y diciembre de este año del Señor de 2015 que todavía tiene que dar mucho de sí.

Artur Mas, procesado o sobreseído -habrá vista gorda judicial, ya lo verán- es un firme candidato al martirologio o defenestración por los que fueron sus compañeros de viaje hacia el proceso que nunca existió. Y falta por ver qué ocurre con Mariano Rajoy y Pablo Iglesias porque al señor de la barba blanca y el pelo caoba se le va y se le viene la mirada perdida en el infinito -se lo reprochó Pedro Sánchez en el Congreso- como si tuviera la mente en blanco y la sensación de que España se le escapa de las manos -lo dice Aznar- como el agua y su carrera política se acerca a un dramático final.

Ida la cabeza, bajo su abultada melena, también parece tener el líder venido a menos de Podemos, Pablo Iglesias, ‘coleta morada’, porque tras ser derrotado en Cataluña no ha cesado de desvariar. Dice que será presidente de España (sic), para convocar un referéndum ilegal sobre la independencia de Cataluña. Angelito, aún no se ha percatado que le hicieron la cama con la llamada ‘Operación Reloj’, en referencia a la máquina que da las campanas del nuevo año y que corona el primer edificio de la Puerta del Sol.

A Pablo Iglesias -que le pregunte Raúl del Pozo a su paisano general Félix Sanz- creo que le tendieron una trampa maquiavélica y muy bien diseñada en el otoño de 2013 cuando Podemos subía como la espuma del suflé en el horizonte político español y su sabelotodo Errejón, ‘El Piolín’, daba consejos de prudencia, tacticismo y moderación para no enseñar la piel de lobo -o de perro callejero- antes de tiempo y así no asustar a los votantes que van de la izquierda moderada a los del centro, porque se llegaron a creer, y así lo decía Iglesias sin rubor, que 2015 sería su definitivo año triunfal.

Y pensamos, y puede que esto solo sea ciencia ficción, que fue entonces cuando enanos infiltrados de ‘La Casa’ del amigo de Raúl manipularon los ordenadores de Demoscopia y, como por arte de magia, la encuesta del diario El País de primeros de enero de 2015 presentó a Podemos como primer partido nacional con un ¡28% en intención de voto! Y los muy pardillos mordieron el anzuelo y entraron en locura ‘transversal’ a por los votos de IU, PSOE, Ciudadanos y PP. Y renunciaron a sus bases populares y a los signos de identidad. del 15-M, porque Pablo, Pablito, Pablete, se veía sentado en el despacho oval de la Moncloa mirando fijamente el teléfono rojo por el que el Obama estaba a punto de llamar.
Cayeron en la sigilosa trampa de la ‘Operación Reloj’ y se olvidaron de sus orígenes y de las banderas republicanas de sus padres. Y, en las vísperas de la gran manifestación del 30 de enero en la Puerta del Sol, Iglesias, Errejón y Monedero dieron a sus huestes órdenes expresas de no llevar banderas republicanas para no espantar al electorado más moderado y transversal. ‘Cada cosa a su tiempo’ llegaron a musitar.

El propio Iglesias, en su discurso quijotesco, se preocupó muy mucho de no mencionar la palabra República incluso señalando el histórico balcón de la Puerta del Sol, como si fuera el de Julieta, y él un Romeo encantador que tocaba la mandolina y recitaba versos de caramelo que le dictaba, escondido en la tramoya, un Cyrano de Bergerac.

¿Se imaginan la foto, en los medios y redes sociales de España y de todo el mundo, de 20.000 banderas tricolores inundando la primera plaza española? No sé si fueron los enanos del general de Cuenca, o si se les ocurrió a ellos solos en un ataque de ansiedad ciega de poder. Pero lo cierto es que esa foto peligrosa -que se había detectado en el otoño- y que se temía en los primeros palacios de Madrid, por lo que significaba y podía contaminar al PSOE, se esfumó.

Y no solo eso, Iglesias y sus capitanes no fueron al aniversario del 14 de abril y al día siguiente Pablito le hizo al Rey Felipe VI el salto de la rana en el Parlamento Europeo y le regaló una colección de Juego de Tronos, y el monarca sonrió ante las cabriolas de su simpático bufón.

Son como niños, como unos membrillos sentados a la mesa de póker de Parra con el Cabezón de Elche de croupier. Y ahora no entienden lo que les ha pasado en Barcelona ni la que se les viene encima en Madrid. Y el enano infiltrado que, como el chivito del cuento se escondía, en la caja del reloj de la Puerta del Sol, se monda de risa mientras saca brillo a las bolas doradas que subirán el 2016 entre vítores y aplausos del pueblo de Madrid. Tic, tac, tic, tac, tic, tac. Menudo festín. Adivinanza: ¿quien modificó la base de datos de la encuesta de enero de 2015 que daba un 28 % de votos a Podemos? Esa es la cuestión.

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