lunes, 28 de septiembre de 2015

El futuro de Mas en el alero / José Hervás *

Los partidos catalanes partidarios del independentismo, Junts pel Si y la Candidatura d´Unitat Popular (CUP), suman una mayoría absoluta de escaños para gobernar en los próximos años en el Parlamento Catalán, pero no así de votos tras la celebración de laselecciones este 27S. La primera consecuencia de los resultados es que el futuro de Artur Mas está en el alero.

Necesita los votos de la CUP, que ha dicho por ac­tiva y por pa­siva que el President en fun­ciones de la Generalitat no vol­verá a go­bernar con su apoyo.

Además, ten­drán di­fícil ini­ciar el pro­ceso de in­de­pen­dencia como ha­bían anun­ciado du­rante la cam­paña elec­to­ral, pro­ceso que han con­fir­mado van a llevar ade­lante en sus in­ter­ven­ciones los lí­deres de los par­tidos in­de­pen­den­tistas tras co­no­cerse el re­sul­tado del 97 % de los vo­tos.
No será Mas el único que tendrá su fu­turo en cues­tión. El Partido Popular que se ha de­jado 8 es­caños en el ca­mino tendrá que pensar si no ha lle­gado el mo­mento de ju­bilar a los to­do­po­de­rosos Fernández-Díaz.

Artur Mas decía que estas elec­ciones han dado una "gran le­gi­ti­mi­dad" a Junts pel Sí para se­guir con el pro­yecto in­de­pen­den­tista, que ha pro­me­tido em­prender con "sentido de cohe­sión" en Cataluña y "concordia" con España. Pese a que Mas ha in­sis­tido en que se ha con­fir­mado el ca­rácter ple­bis­ci­tario de las elec­ciones ca­ta­lanas cuesta creer sus de­cla­ra­ciones una vez que se ha cons­ta­tado que más de la mitad de los vo­tantes no le han dado man­dato para ha­cerlo.

Estas además no han sido unas elec­ciones cual­quiera si nos ate­nemos a la muy alta par­ti­ci­pa­ción de la ciu­da­danía que ha mar­cado ré­cord con una afluencia del 78,05 % del elec­to­rado. Supone 13 puntos más que en los an­te­riores co­mi­cios au­to­nó­micos de no­viembre de 2012, que ya ha­bían fi­jado má­ximo his­tó­rico.

El gran ven­cedor de estas elec­ciones ha sido Ciudadanos que ob­tiene 25 es­caños desde los 9 con que con­taban la le­gis­la­tura an­te­rior. Pero es una vic­toria mo­ral. Paradójicamente, sus votos no le van a per­mitir pa­ra­lizar las ini­cia­tivas par­la­men­ta­rias que traten de llevar ade­lante Junts pel si y la CUP.

Pero es este úl­timo par­tido, con los 10 dipu­tados ob­te­nidos que con­si­guen dar la ma­yoría en es­caños a los par­ti­da­rios de la in­de­pen­dencia de Cataluña, el que va a jugar un papel clave a partir de este mo­mento de cara a la con­fi­gu­ra­ción del nuevo Gobierno ca­talán y de las ini­cia­tivas fu­tu­ras. Su lí­der, el pe­rio­dista Antonio Baños, se ha ma­ni­fes­tado abier­ta­mente en contra de la de­sig­na­ción de Artur Mas como pre­si­dente de la Generalitat. Es ló­gico que así sea si ana­li­zamos aunque solo sea so­me­ra­mente de donde pro­ceden los votos de uno y otro par­tido.

Mientras Mas re­pre­senta la de­fensa de las ven­tajas de la bur­guesía y el ‘establishment’ ca­talán que tantas atri­bu­ciones le han apor­tado, Baños ha bus­cado los votos de los más cas­ti­gados por la cri­sis, los ra­di­ca­les, los an­ti­ca­pi­ta­lis­tas. Durante la cam­paña y en sus es­critos se ha con­fe­sado par­ti­dario de aban­donar el euro e in­cluso salir de la Unión Europea.

Es claro par­ti­dario de romper con la co­rrup­ción del an­tiguo ré­gimen que re­pre­sentan no solo los par­tidos na­cio­nales es­paño­les, sino tam­bién la bur­guesía ca­ta­lana de toda la vida, con la pa­ra­doja de que ha aca­bado echán­dose en manos de Raül Romeva para que salve a Artur Mas y a Oriol Junqueras.

El pro­ceso, pri­mero para formar el go­bierno de la Generalitat y luego para dar curso a las reivin­di­ca­ciones na­cio­na­lis­tas, ha que­dado en manos de la CUP y de Antonio Baños que ha lo­grado más que tri­plicar los es­caños al pasar de los 3 de la le­gis­la­tura an­te­rior a los 10 de esta.
El par­tido que queda en una po­si­ción re­si­dual en Cataluña es el Partido Popular. El cambio de úl­tima hora al sus­ti­tuir a Alicia Sánchez Camacho por Xavier García Albiol ha lo­grado salvar al par­tido de la de­ba­cle, pero perder 8 es­caños y más de 135.000 vo­tos, justo en las elec­ciones con mayor par­ti­ci­pa­ción de la his­toria exige además de re­fle­xionar tomar de­ci­sio­nes.

El PP, según con­fiesan sus pro­pios com­pañeros de par­tido, ha es­tado mucho tiempo ma­ne­jado por los her­manos Fernández-Díaz que han con­tro­lado en la prác­tica cual­quier mo­vi­miento de peones que se ha rea­li­zado en la con­si­deran su au­to­no­mía. Han nom­brado y qui­tado re­pre­sen­tantes en la ad­mi­nis­tra­ción de los cupos de libre dis­po­si­ción de los po­lí­ticos con enorme dis­cre­ción.

Quienes les veían pa­sear solos con el perro el pa­sado sá­bado por las ca­lles de La Illa en Barcelona ad­vierten que esa so­ledad es pre­mo­ni­toria de los cam­bios que deben pro­du­cirse en el par­tido en Cataluña. Sin Cataluña y sin Andalucía es im­po­sible ganar en las ge­ne­ra­les.
Los so­cia­listas han sa­lido mejor pa­rados de lo pre­visto. La cara hu­mana de su can­di­dato ha lo­grado el mi­la­gro.

(*) Periodista

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