martes, 1 de septiembre de 2015

Aunque lo tiene difícil, China pelea por mantener un aumento de su PIB del 7% / Carlos Diaz-Güell *

No es fácil hablar de un país que como China cuenta con una población estimada de 1.375.000 de habitantes -113 millones más que en el año 2000- y que aún hoy sigue manteniendo una tasa de crecimiento de su población del 0,49% (India está en el 1,2%) muy alejada del 2,80% conseguida 1970. Y todo ello bajo un régimen comunista que trata de adecuar su economía a un sui géneris sistema capitalista y de mercado.

Pese a esa com­ple­jidad que tras­mite su po­bla­ción e in­di­ca­dores de­mo­grá­fi­cos, la República Popular China nos ha man­te­nido en­tre­te­nidos du­rante estos meses es­ti­va­les, ha­biendo sido causa y mo­tivo de todo tipo de aná­lisis alar­mistas como con­se­cuencia de una evo­lu­ción bur­sátil a la baja cier­ta­mente lla­ma­tiva.

Lo cierto es que aunque los úl­timos epi­so­dios de caídas bur­sá­tiles han sido con­tun­den­tes, la for­tí­sima re­va­lo­ri­za­ción de los ín­dices en los úl­timos meses no era acorde con la si­tua­ción ma­cro­eco­nó­mica. Pese a ello, su trans­mi­sión a la eco­nomía real a través del con­sumo será li­mi­tada ya que la ca­pi­ta­li­za­ción bur­sátil su­pone el 33% frente al 100% de las eco­no­mías desa­rro­lladas y sólo re­pre­senta el 15% de la ri­queza de los ho­ga­res.

El PIB de China del se­gundo tri­mestre pu­bli­cado en ju­lio, sor­prendía a los ana­listas de re­fe­rencia por man­tener la misma tasa de cre­ci­miento que en el tri­mestre an­te­rior, el 7% in­ter­anual, cuando el con­senso del mer­cado pre­veía un 6,8%. En tér­minos in­ter­tri­mes­tra­les, China creció el 1,7% co­rre­gido de es­ta­cio­na­lidad y el ob­je­tivo de cre­ci­miento del go­bierno sigue siendo el 7% para 2015.

La re­es­truc­tu­ra­ción eco­nó­mica con la adop­ción de dis­tintas me­didas in­tro­du­cidas por el go­bierno para es­ti­mular el cre­ci­miento y evitar el ate­rri­zaje brusco, pa­rece haber sur­tido efecto según una serie de in­di­ca­dores que mues­tran que la ac­ti­vidad ha cam­biado la ten­dencia en el se­gundo tri­mes­tre.

Así, el con­sumo, según el in­di­cador de ventas al por me­nor, ob­serva una ten­dencia po­si­tiva a lo largo del se­gundo tri­mestre al re­gis­trar un au­mento del 10,6% in­ter­anual en junio tras el 10,1% de mayo, y ha es­ta­bi­li­zado su cre­ci­miento en re­la­ción al tri­mestre an­te­rior (10,2% in­ter­anual frente al 10,5% del tri­mestre an­te­rior), aunque está cla­ra­mente por de­bajo de la re­cu­pe­ra­ción vista en 2014. La pro­duc­ción in­dus­trial tam­bién mos­traba un perfil as­cen­dente en el se­gundo tri­mes­tre, pa­sando a ace­lerar el cre­ci­miento hasta el 6,8% in­ter­anual en junio (por en­cima de las pers­pec­tivas del mer­cado, 6%) frente al 5,6% de abril (6,3% en el se­gundo tri­mestre frente 6,4% en el pri­me­ro). En buena parte ésto es el re­sul­tado de la me­jora en los pe­didos ex­te­rio­res.

La in­ver­sión en ac­tivos fijos mostró una ten­dencia a la es­ta­bi­lidad al au­mentar el 11,4% in­ter­anual en junio por se­gundo mes con­se­cu­tivo, si bien lejos del ob­je­tivo del 15% del go­bierno para este año. La re­cu­pe­ra­ción de la in­ver­sión en el sector in­mo­bi­liario es to­davía lenta de­bido al alto nivel del stock que di­fi­culta las nuevas in­ver­sio­nes. Sin em­bargo, se dieron ciertas señales de re­cu­pe­ra­ción en la venta de vi­viendas (16% in­ter­anual en junio por pri­mera vez en más de un año) y los pre­cios em­piezan a mo­derar las caí­das.

El po­tente sector ex­te­rior, por su parte, re­cu­pe­raba algo de tono en el final del se­gundo tri­mes­tre: las ex­por­ta­ciones cre­cieron un 2,8% in­ter­anual en junio des­pués de tres meses de su­ce­sivas caídas y las im­por­ta­ciones mo­de­raron su con­trac­ción (-6,1% in­ter­anual en ju­nio) tras cinco meses co­rre­la­tivos de re­tro­cesos de dos dí­gi­tos. El saldo co­mer­cial re­puntó. Por lo tanto, el sector ex­te­rior ha­bría sido el prin­cipal motor de la eco­nomía en el 2T15.

La evo­lu­ción de los pre­cios preo­cupa, sin ser una prio­ridad en la po­lí­tica mo­ne­ta­ria. El IPC -aumentó en junio el 1,4%- se­guirá cre­ciendo hasta el 2% a fi­nales de año pero con­ti­nuará lejos del ob­je­tivo del 3% del go­bierno.

Por lo que res­pecta a los pre­cios in­dus­triales y el de­flactor del PIB se mues­tran más áto­nos, y re­flejan una eco­nomía dual (sectores con ca­pa­cidad ocio­sa). Asimismo, los sa­la­rios si­guen cre­ciendo por en­cima de la pro­duc­ti­vidad arro­jando dudas sobre el fu­turo de la com­pe­ti­ti­vidad de China.

Las me­didas de re­la­ja­ción mo­ne­taria del Banco Popular de China, no han po­dido evitar la des­ace­le­ra­ción del agre­gado mo­ne­tario M2 (efectivo en cir­cu­la­ción más los de­pó­sitos a la vista de los re­si­dentes en la zona euro, ex­cluidas las ad­mi­nis­tra­ciones cen­tra­les, en en­ti­dades emi­soras de la zona euro mas los de­pó­sitos a plazo fijo de hasta dos años y los de­pó­sitos dis­po­ni­bles con preaviso de hasta tres me­ses).

La de­manda de cré­dito cae en línea con el menor cre­ci­miento y el de­te­rioro de las pers­pec­tivas y se des­ace­le­rará más ya que sigue cre­ciendo por en­cima del PIB no­mi­nal.

A pesar de la li­gera me­jora que mues­tran los in­di­ca­dores y el aco­tado im­pacto del des­plome de los mer­ca­dos, la eco­nomía se­guirá ne­ce­si­tando nuevas me­di­das, tanto de ca­rácter mo­ne­tario como fis­cal, que apun­talen la re­cu­pe­ra­ción en la se­gunda mitad del año, aunque las pers­pec­tivas de al­canzar el 7% del PIB se de­bi­li­tan.

(*) Periodista

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