El presidente del Gobierno ha insinuado a Carlos Herrera la fecha del
20 de diciembre para las elecciones generales, aunque dejó abierta la
puerta del día 13 que es la fecha con la que ahora están trabajando los
ministerios para cerrar sus cuentas y tener bien preparados todos sus
documentos por si hubiera traspaso de poder a un gobierno del PSOE y en
coalición.
El presidente apura los plazos legales para disfrutar hasta el último
día posible del Palacio de la Moncloa porque sabe que las urnas las
carga el Diablo y no las tiene todas consigo por un doble motivo: porque
teme una coalición del PSOE con Ciudadanos y los nacionalistas, o del
PSOE con Podemos y nacionalistas; y porque no descarta que si el PP
resulta la lista más votada, como parece al día de hoy, y necesita del
apoyo de Ciudadanos, los de Albert Rivera le digan que sí a un pacto con
el PP pero sin Rajoy. Y lo mismo le podría pasar con el PSOE si las
cosas se ponen complicadas y se plantea la llamada ‘gran coalición
PP-PSOE’.
Lo que está claro es que el PP no volverá a tener la mayoría absoluta
-creyeron que era para siempre- y por lo tanto o pactan o no gobiernan
como les ha ocurrido con los pactos que siguieron a las elecciones del
pasado 24 de mayo en ayuntamientos y autonomías. Y ya pueden llorar y
rasgarse las vestiduras con el discurso de la lista más votada porque lo
que marca la Constitución, de la que tanto hablan, es que el gobierno
de la nación le corresponde al candidato a la investidura que obtenga en
el Congreso de los Diputados los apoyos suficientes para gobernar que
son 176 escaños.
O sea, que Rajoy se agarra al cargo hasta el último momento, a ver
qué sale de los comicios catalanes y para tener tiempo de reacción si
los independentistas se hacen con la mayoría del parlamento catalán. Y
también para ver si de aquí a final de año mejoran algo más las cifras
económicas y el presidente puede presentar una completa cuenta de
resultados favorable en crecimiento y empleo y en línea con las líneas
del déficit del 2,9 % que la UE le exige a España.
Además el 20 de diciembre es víspera de Navidad, se supone que habrá
reuniones familiares y que muchos habrán cobrado la paga de final de año
por lo que reinará un cierto optimismo.
En todo caso no se entiende el discurso de Rajoy y del PP en el que
afirman que el PSOE y Podemos ya tienen un pacto para llegar a la
Moncloa porque semejante anuncio -con el que pretenden meterle miedo a
los votantes- es la confirmación de que el PP sabe que existe la
posibilidad real de que el PSOE llegue a la Moncloa por mas que ellos
sean la lista mas votada, como presumen y de momento lo dicen las
encuestas.
Aunque eso de meter miedo no es una buena estrategia y recuerda a los
niños en la oscuridad que asustados intentan asustar a los demás para
sacudirse su propio temor. Y eso es lo que parece que les está pasando a
Rajoy y al PP, que meten miedo a los demás para ver si así logran más
votos y espantan su propio temor. Aunque puede que ya sea tarde para
todo eso porque muchos españoles están curados de espantos y en las
clases medias y las más afectadas por la crisis no se van a dejar
impresionar.
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