miércoles, 2 de septiembre de 2015

Cómo Ecuador quiso burlar a 007 y escamotear a Julian Assange / A.R. Mendizabal

Va una de espías. Es sobre el filtrador filtrado. Sobre el espionaje al Sr. Huésped. Sobre cómo el Gobierno de Ecuador dio asilo diplomático en su embajada en Londres al australiano Julian Assange, el héroe o villano de WikiLeaks con los miles de documentos confidenciales de EEUU aireados a los cuatro vientos. Y sobre el plan de escape pese a los 50 policías británicos que vigilan la sede diplomática desde que ese Sr. Huésped se refugió allí en 2012 para no responder de unos cargos por presuntos delitos sexuales en Suecia.

De pillo a pi­llo, pero a tres ban­das. Por un lado, los fun­cio­na­rios de la em­ba­jada tienen que con­vivir con la pre­sencia de Assange en el re­cinto, que tam­poco es tan grande, lo que ha pro­vo­cado en estos tres años al­gunos in­ci­den­tes. Ha ha­bido dis­cu­sio­nes, ha ha­bido gri­tos, ha ha­bido com­por­ta­miento errá­tico del Sr. Huésped. Hasta el punto de que se ha lle­gado a dudar de su es­ta­bi­lidad men­tal.

En se­gundo lu­gar, están los agentes de la SENAIN, la Secretaría Nacional de Inteligencia de Ecuador. El CNI de allí, va­mos. Han so­me­tido a un con­trol ab­so­luto al Sr. Huésped, con uti­li­za­ción de mi­cró­fonos es­con­didos que se ac­ti­vaban en cuanto so­naba el te­lé­fono. Y con fotos que re­velan la vida co­ti­diana de un re­cluso vo­lun­ta­rio: ver la tele, tra­bajar en el or­de­na­dor, hacer boxeo para man­te­nerse en forma.

Un alijo de do­cu­mentos ‘secretos’ de la SENAIN sobre esa vi­gi­lancia de la in­te­li­gencia ecua­to­riana ha lle­gado a manos de la par­la­men­taria Cynthia Viteri. Y parte de ex­pe­diente se ha fil­trado al portal di­gital Focusecuador. El len­guaje de los do­cu­mentos es tan pre­vi­si­ble­mente abu­rrido como se puede es­perar de la bu­ro­cra­cia: ‘Siendo apro­xi­ma­da­mente las 20:30 ho­ras, el Sr. Huésped aban­dona su ha­bi­ta­ción, di­ri­gién­dose por el pa­sillo en di­rec­ción a la Sala de Juntas…’.

Los pe­rio­distas de Focusecuador tiran de oficio y hacen un re­lato mucho más in­tere­sante sobre el Sr. Huésped: ‘Vive en un cuarto de 19 me­tros cua­drados con un baño ex­te­rior y un área pe­queña adap­tada para co­cina. A los pocos meses de estar asi­lado, la SENAIN puso en marcha el Operativo Hotel, di­rec­cio­nando a vi­gilar a Assange. Herramientas de video y au­dio, pro­to­colos de se­gu­ridad ex­trema y otros pa­rá­me­tros de vi­gi­lancia su­gieren una falta de con­fianza de Ecuador hacia su pro­te­gido. ¿Qué hay de­trás de este nuevo epi­sodio de es­pio­na­je?’.

Tras esta pri­mera en­trega de las fil­tra­ciones hace unos días, Focusecuador ha dado res­puesta al menos par­cial a su propia pre­gunta. Entre otras co­sas, la SENAIN ha ela­bo­rado toda una serie de planes para es­ca­mo­tear a Assange y sa­carlo de la em­ba­jada, pre­su­mi­ble­mente para tras­la­darlo a Ecuador. Uno de los do­cu­mentos lo cer­ti­fica: ‘Escenarios de la po­sible sa­lida de Assange’. Palabras clave: ‘inmunidad di­plo­má­ti­ca’, ‘salida dis­cre­ta’, carro di­plo­má­ti­co’, ‘valija di­plo­má­ti­ca’.

Problema: la po­licía bri­tá­nica no es tonta, como sabe cual­quier lector de no­vela negra o amante de las pe­lí­culas de James Bond. Es la ter­cera pieza del en­tra­mado. Uno de esos planes de es­cape de Assange pre­pa­rados por la SENAIN pre­veía es­ca­mo­tearlo en una va­lija di­plo­má­tica, que goza de in­mu­nidad y en con­di­ciones nor­males no puede ser re­gis­trada.

¿Cómo se po­dría eje­cutar el ope­ra­tivo? Así: ‘Assange po­dría salir dis­fra­zado, tratar de atra­vesar los te­chos hacia el he­li­puerto cer­cano o per­derse entre la gente en la tienda Harrods’.

Pero los ‘bobbies’ y agentes de Scotland Yard ya lo te­nían pre­visto, como pu­dieron com­probar los es­pías ecua­to­rianos al fo­to­gra­fiar a dis­tancia un papel en manos de un po­licía lon­di­nense con las ór­denes de arriba: ‘Assange debe ser de­te­nido bajo cual­quier cir­cuns­tan­cia. Si sale con in­mu­nidad di­plo­má­tica, en una va­lija o en un vehículo di­plo­má­tico, hay que de­te­ner­lo’.

Otro de los planes para salvar al aus­tra­liano pro­ponía ‘nombrar a Assange su re­pre­sen­tante ante las Naciones Unidas’. No era nada se­guro, porque ‘este nom­bra­miento puede ser re­vo­cado por la Asamblea General de la ONU’. Pero el do­cu­mento aporta la so­lu­ción: la re­vo­ca­ción ‘tomaría tiempo y puede ser apro­ve­chado para que Assange pueda re­fu­giarse en te­rri­torio ecua­to­riano para ser pro­te­gi­do’.

Ni caso. Muchos pla­nes, pero el tiempo ha pa­sado y nada de nada. Ha lle­gado antes la pres­crip­ción de al­gunos de los de­litos de los que se acusa en Suecia a Assange. Quito y Estocolmo están en con­tacto para llegar a un acuerdo sobre el resto de cargos que afronta el Sr. Huésped. Esa sa­lida sería más ai­rosa.

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