Hay quienes se sorprenden y algunos hasta hacen como que se
escandalizan por el hecho continuado de que Podemos y Ciudadanos
coincidan en iniciativas parlamentarias o pacten cuotas de
representación en determinados órganos consultivos o de control como si
hacerlo fuera contra natura. No quieren reparar en la naturaleza de esas
coincidencias, que hasta ahora no alcanzan a cuestiones relacionadas
con las respectivas ideologías que se les suponen sino a las genéricas
sobre regeneracionismo político proclamadas en sus campañas, a
funcionalismo interno o a conveniencia mutua para ejercer un mayor
protagonismo en el control del Gobierno.
A quienes observan con aparente pasmo la dinámica del ‘tripartito’,
con el PSOE de pivote, se les olvida, tal vez intencionadamente, que
tanto Podemos como Ciudadanos son hijos naturales del PP, que son las
políticas de éste (la atroz gestión de la crisis, el recargo de los
recortes a las clases medias y bajas, el sometimiento a los poderes
económicos y financieros, la desnaturalización de las instituciones, la
práctica del despilfarro y la inmersión en la corrupción, entre otras
causas) las que animaron a la irrupción de esas dos fuerzas políticas:
una, por la izquierda a causa del debilitamiento del PSOE como oposición
por su contaminación de esas prácticas, y otra por el centro derecha en
respuesta al autismo social del PP y a su ranciedad ideológica que lo
alejaban de las demandas de modernidad en su espectro.
Hay, pues, entre Podemos y Ciudadanos más coincidencias en un primer
plano de la gestión política inmediata que diferencias que puedan
apreciarse si atendemos al fondo de armario de los modelos social y
económico a que aspiran. En realidad, ambos contribuirían
involuntariamente a favorecer al PP, y de paso también al PSOE, si en
vez de resistirse a sus demandas, puramente regenerativas, los populares
asumieran muchas de ellas entendiéndolas como pistas de por dónde se
encaminan ciertas inquietudes de este tiempo. El PP, ya que al menos en
Murcia quiere vender indicios de cambio, debería hacer éste real
adelantándose a iniciativas que pueda prever de su oposición en vez de
sufrir en la resistencia y en la salvaguarda de la calamitosa gestión
anterior. La única manera que tiene el PP para escapar a medio plazo de
esta pinza (insisto: creada por él) sería ponerse en vanguardia de la
regeneración política y romper la burbuja donde se retroalimenta. Pero
para eso les haría falta perder el miedo al miedo.
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