YECLA.- El gran tamaño de la piedra que cayó el pasado viernes no se olvidará en muchos años.
Fue algo similar a la que se registró en la pedanía yeclana de Raspay en
octubre de 2013, que dejó pérdidas importantes en viviendas y en la
agricultura de la zona. La brutal tormenta de pedrisco se llevó por
delante más de 2.000 hectáreas de cultivos, además de los daños en
infraestructuras y en casas de campo, se revela hoy en 'La Verdad'.
La superficie de viñedos machacados por el pedrisco alcanzaría las
1.500 hectáreas, de las que unas 700 corresponderían al término yeclano y
las 800 restantes a Jumilla, lo que se traduciría en más de dos
millones de kilos de uva perdidos. En olivos son 350 hectáreas afectadas
y en almendros otras 300, en ambos términos. También hay unas 60
hectáreas arrasadas de melones por el pedrisco y algunas parcelas de
frutales, aunque son las menos. Este es el triste balance que ofrece el
responsable de Coag-IR en el Altiplano, Pedro García, que vuelve a
lamentar «estas inclemencias meteorológicas que tanto dañan a la
agricultura y la pena de ver que todavía hay muchos agricultores que no
tienen aseguradas sus cosechas, por lo que lo han perdido todo en un
instante».
Se trata de una primera estimación de los daños, que aún se pueden
ver incrementados en los próximos días. Una valoración realizada por los
técnicos del sindicato agrario Coag, tras visitar una gran extensión de
los parajes afectados en los términos municipales de Yecla y Jumilla y
sobre la información que les llega de los agricultores perjudicados.
En viñedos hay zonas tan dañadas que ya no se tiene que pensar en la
próxima vendimia, porque hay fincas totalmente arrasadas. De igual
manera, algunos agricultores descartan recolectar aceitunas o almendras,
porque sus cosechas se encuentran en el suelo.
Las piedra caídas eran similares a pelotas de golf, incluso del
tamaño de mandarinas, por lo que el impacto con todo lo que se
estrellaban fue tan brutal que rompieron techumbres de casas de campo y
los cristales de numerosos vehículos. De nuevo, los caminos rurales se
vieron también afectados por el arrastre de la gran cantidad de agua que
descargó la tormenta y que aún se agravó mucho más por la nueva tromba
de agua que se registró, poco después de las diez de la noche del pasado
viernes. Entre las dos tormentas se llegaron a recoger 50 litros por
metro cuadrado. El único beneficio importante será la recarga de los
acuíferos.
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