MURCIA.- El servicio de Cirugía Cardiovascular del hospital clínico universitario Virgen de la Arrixaca, que dirige el doctor Sergio Cánovas, realizó el primer implante de un dispositivo de asistencia ventricular de larga duración, un corazón artificial, a un paciente de 71 años que ya no podía optar a un trasplante. El enfermo, que fue intervenido hace tres semanas, se encuentra en buen estado de salud y su recuperación es buena.
Este tipo de
dispositivo se ha implantado sólo en siete hospitales en España, en la
clínica universitaria de Navarra, el hospital La Fe de Valencia, el
hospital clínico universitario de La Coruña, en Salamanca, en el hospital de
Beltvitge de Barcelona y en el hospital Ramón y Cajal de Madrid. En
total se ha realizado el implante de 16 dispositivos, contando con el
último realizado en Murcia.
Esta técnica, cuyo desarrollo comenzó
en Murcia con esta primera intervención, está indicada para pacientes
con insuficiencia cardiaca terminal, sin otras patologías graves, que ya
no son candidatos a un trasplante.
El doctor Sergio Cánovas explicó
que "al ser España un país con una alta tasa de donación de órganos,
esta técnica está recomendada para pacientes con insuficiencia cardiaca
terminal que ya no son candidatos a trasplante cardiaco por superar la
edad límite". En este caso el paciente tiene 71 años y la edad límite
son 70 años.
Este tipo de cirugía se pudo realizar gracias a la estrecha colaboración entre los distintos miembros del equipo formado por enfermeras, intensivistas, anestesistas, cardiólogos y cirujanos cardiovasculares. Asimismo, se debe destacar la participación de los servicios de Cuidados Intensivos y Cardiología en el seguimiento estrecho del dispositivo a corto y largo plazo, y en especial de los doctores Rubén Jara e Iris Garrido respectivamente.
Este tipo de cirugía se pudo realizar gracias a la estrecha colaboración entre los distintos miembros del equipo formado por enfermeras, intensivistas, anestesistas, cardiólogos y cirujanos cardiovasculares. Asimismo, se debe destacar la participación de los servicios de Cuidados Intensivos y Cardiología en el seguimiento estrecho del dispositivo a corto y largo plazo, y en especial de los doctores Rubén Jara e Iris Garrido respectivamente.
La intervención se realiza bajo anestesia
general y con circulación extracorpórea. El procedimiento completo
puede durar aproximadamente unas cinco horas. El paciente puede ser
extubado en las primeras 24 horas y requiere de unos días de
observación/ajuste de medicación en UCI y después en planta de
hospitalización.
El paciente tras la intervención requiere
anticoagulación y antiagregación, así como de un cuidado muy meticuloso
de la línea de alimentación eléctrica del dispositivo. La esperanza de
vida depende de que no aparezcan complicaciones, no obstante, a nivel
global se habla de un 99 por ciento de supervivencia a los 30 días, del
94 por ciento a los 180 días y de una supervivencia después de un año
del 86 por ciento. El doctor Cánovas explicó que "estos pacientes sin el
dispositivo morirían más del 60 por ciento durante el primer año desde
la indicación".
En países con listas de espera muy largas para el
trasplante, como Alemania o Reino Unido, cuando un paciente es candidato
a trasplante se implanta uno de estos dispositivos hasta que llega el
momento del implante del corazón.
En principio, la mejor opción es
un corazón humano para la insuficiencia cardiaca terminal, no obstante,
cuando los pacientes por una u otra razón no son candidatos a
trasplante cardiaco es cuando la asistencia ventricular se convierte en
una terapia alternativa válida y fiable. De hecho, hay un paciente con
un dispositivo implantado hace ocho años que se encuentra en perfectas
condiciones.
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