MURCIA.- La Policía Nacional ha detenido al patrón de una de las últimas pateras de inmigrantes llegadas a las costas de la Región de Murcia, que formaba parte de una organización criminal originaria de Argelia, donde captaban a los inmigrantes que pagaban grandes cantidades de dinero para viajar en la embarcación.
A pesar de intentar camuflarse entre los inmigrantes como otra víctima del tráfico ilegal de personas fue finalmente descubierto por los
agentes, según explican fuentes policiales en comunicado de prensa,
quienes señalan, a su vez, que en la patera viajaban seis menores de
edad.
Los hechos tuvieron lugar el pasado 11 de julio, cuando se
detectó la llegada de una embarcación, transportando 16 ciudadanos de
nacionalidad argelina, una vez en el puerto de Cartagena, ocho de los
pasajeros de la patera manifestaron a los agentes su minoría de edad,
por lo que fueron trasladados al Hospital Nuestra Señora del Rossell,
donde los servicios médicos en primera instancia y posteriormente el
médico forense, certificaron que únicamente seis de ellos, eran menores
de 18 años.
Iniciadas las primeras investigaciones por el Grupo
III de la UCRIF de la Jefatura Superior de Policía de la Región de
Murcia y la Brigada Local de Extranjería y Fronteras de la Comisaría de
Cartagena, se pudo averiguar que un miembro importante de la
organización criminal viajaba oculto entre el resto de pasajeros, y que
previamente a su rescate se había deshecho de cualquier instrumento y
documentación que le involucrase en el delito.
Una vez, los
investigadores lograron reunir los indicios necesarios, procedieron a su
detención, siendo puesto a disposición judicial que ordenó su ingreso
inmediato en prisión.
Los funcionarios policiales pudieron
constatar que este individuo cobraba unos mil euros por el traslado de
los inmigrantes desde la costa de Chlef y Mostaghanem (Argelia), hasta
aguas territoriales, aleccionando dónde debía sentarse cada integrante,
quién tenía que echar gasolina al depósito del motor, así como
instrucciones sobre cómo debían comportarse si el estado de la mar
empeoraba o qué debían decir si eran interceptados por las Autoridades
Españolas.
Según apuntan las mismas fuentes, se da la
circunstancia que alguno de los pasajeros procedían de zonas interiores
de aquel país, por lo que no sabían nadar y la organización criminal no
les proporcionaba ningún tipo de material de seguridad o chalecos
salvavidas.
Los agentes de la Brigada de Extranjería y Fronteras
lograron identificar a otros dos argelinos implicados en el gobierno de
otra segunda embarcación, llegada ese mismo día a costas de la Región,
quienes fueron inmediatamente expulsados de territorio nacional a
finales de julio.
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