miércoles, 26 de agosto de 2015

Los magos de La Paz / José Alberto Pardo *

No he podido resistirme. Lo juro. Fue leerlo y no poder resistirme Y casi me da la risa. Por eso me colé de nuevo en este blog. Porque leer para creer. Porque la Policía no aprende. Y tiene problemas con la paz. Perdón, con La Paz, así, en mayúsculas, ese barrio murciano que no está muy lejos de La Fama. Bueno, me presento por si alguien no me recuerda: Soy Cayo, Cayetano Cuerva, trabajo de ordenanza y me crié en la paz, perdón, con mayúsculas, en el barrio de La Paz.

Leo sobre otra gran operación contra la droga alrededor de un bloque. Y lo estoy viendo: un furgón detrás de otro, y venga a bajar policías, unos a cara descubierta, los menos; otros con cascos, los más. Y varios de ellos con sierras y el ‘marro’ en la mano, siempre las mismas mazas.

En las viviendas todavía quedan muchos durmiendo la siesta. Pero siempre hay alguien asomado a la ventana. Las alarmas suenan sin necesidad de sirenas. Como si viajaran por tuberías. Un, dos, tres…, nada por aquí, nada por allá,… ¿Alguien dijo droga? No, señor policía,  aquí nunca hubo droga. Como en un truco de magia.

Y el policía, claro, pues se mosquea. Si no puede entrar en la casa, con rejas y puerta reforzada. Me imagino a los de dentro: “Anda, que ya nos han jodío el material otra vez”. Y el material vuela, o navega por las tuberías donde suenan las alarmas, se desintegra.

Y la Policía, eso sí, detiene a muchos, a muchos… Esta vez han sido unos treinta… hace cuatro meses llegaron a cuarenta… espectaculares fotos, impresionante despliegue… pero, ay, que no hay, que de droga ni el olor. Toca vuelta a casa, eso sí, con los furgones bien llenos, de los mismos que estarán en la calle mañana.

Pero es que no hay nada nuevo. No había nacido yo cuando, me contaron, se montó la primera gran operación contra la droga en el barrio. He visto las fotos y son de la prensa en blanco y negro. Y reconozco a un fiscal, al que ahora es el jefe, al López Bernal, que antes se ocupaba de este tipo de cosas. Y en las fotos se ven las mismas mazas, y los retretes, por donde escapaba el caballo, arrancados y en la calle. Un colega me contaba que parecía Navidad, que ese día nevó desde las ventanas de La Paz.

Pero lo de siempre. Fue la primera vez. La venta era tan obvia que hasta los yonquis formaban cola. Pero nada, la droga requisada, bien escasa. Años después, muchos, se celebró el juicio. Hubo que mudarse de sede. No cabían tantos detenidos en el Tribunal de Justicia. Fue en Alfonso X, en un edificio de usos múltiples. Y allí, tras la sentencia, me contaron, nadie pisó la cárcel.

Y la historia se repite cada cierto tiempo. Y muchos de los vecinos de ese barrio en cuestión creen que el asunto es de traca. Doy fe. No muy lejos de La Paz, en un bloque de La Fama, les despertó otra redada cuando no había salido ni el sol. A una secretaria judicial casi le tiemblan las piernas aún al recordar qué cerca le pasó aquella televisión que lanzaron desde una ventana. Y vaya motín que montaron, los secretarios judiciales, exigiendo a la Policía mayor protección en esos impresionantes despliegues contra la droga en La Paz, o en La Fama.

Pero nada, una vez más, la Policía se vuelve con las manos vacías. Habrá que hacérselo mirar. En La Paz no paran de reír, y las carcajadas llegan a La Fama. Y es que yo sé de alguno que, cuando va a esos barrios, así, caminando, sin sirenas ni furgones, con las manos vacías, vuelve mucho más cargado que todos los miembros del operativo especial desplegado esta semana. Nada por aquí, nada por allá.


(*) Periodista



No hay comentarios: