martes, 11 de agosto de 2015

Recuperar La Condomina / José Ignacio Tornel *

 La cesión del estadio municipal La Condomina en beneficio de una empresa privada para su uso y explotación encierra una decisión política llena de significado. Quizá por eso se gestiona este asunto en agosto. Fue el Partido Popular quien anunció como promesa electoral y propaganda de gobierno la reconversión del estadio de fútbol en centro deportivo y de ocio, destinado a satisfacer la demanda de 70.000 vecinos de los distritos Este y Centro Este, según datos de la propaganda oficial. El proyecto aportaba a la zona el centro deportivo de referencia del que hasta hoy carece, afectando muy positivamente a barrios como Vistabella, La Paz, La Fama, San Juan, Santa Eulalia o San Lorenzo-Universidad. 

En 2010 la crisis económico-financiera ya esquilmaba nuestro municipio, por lo que aludir a ella como causa de paralización de este proyecto suena raro. Más bien, parece que lo que se interpuso entre la promesa electoral del PP y el apoyo ciudadano recibido fue el negocio deportivo de la Fundación San Antonio, una empresa familiar acostumbrada a disfrutar de bienes públicos para su provecho particular. El Convenio marco 2013-2019 para uso de instalaciones deportivas municipales por la UCAM es buena prueba de ello, teniendo en cuenta que se trata de un acuerdo sin concurso público; es decir, sin igualdad de oportunidades para otras instituciones que también promocionan el deporte.

Este asunto, en el que el fútbol sigue sustituyendo al circo romano, delata dos evidencias políticas muy claras en la gestión del equipo de gobierno municipal sobre La Condomina. Por un lado, el desprecio al disfrute de recursos deportivos y de ocio por parte de los 70.000 potenciales beneficiarios, de pronto olvidados por el Ayuntamiento. No es casualidad que se trate de familias de condición humilde en buena medida, familias trabajadoras, sin recursos particulares para recurrir a centros deportivos privados. Parece que este derecho no pesa mucho a la hora de poner los bienes públicos a su servicio. Hay que servir antes al señorito que al trabajador, porque el señorito nos da de comer, aunque esté demostrado que sucede al revés.

La segunda evidencia es la falta de modelo de ciudad del PP en la Glorieta. Una actuación en La Condomina es una oportunidad magnífica para abrir los barrios colindantes al resto de la ciudad, fundamentalmente La Paz y La Fama, para hacer atractivas zonas necesitadas de impulso como Santa Eulalia y San Juan. No se trata solo de construir un pabellón sino de una actuación urbanística plural al servicio de los vecinos de toda la ciudad. Si el alcalde de Murcia repasa el proyecto de Javier Peña, ganador del Concurso internacional de ideas promovido por el COAMU para la rehabilitación de La Paz, encontrará algunas pinceladas interesantes. No en vano, como consejero de Obras Públicas le concedió un accésit en los Premios de Arquitectura y Urbanismo de la Región de Murcia.

En conclusión, es necesario intervenir sobre una instalación y un espacio urbano municipal en aras de mejorar su estado y ponerlo al servicio de los vecinos, de la ciudad. Hay mimbres para diseñar un plan de actuación factible, si existiera voluntad política, no solo promesas.

(*) Concejal de Cambiemos Murcia 

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