Este fin de semana el presidente del Gobierno Mariano Rajoy, ha
iniciado sus vacaciones y se ha instalado en el Coto de Doñana, entre
las provincias de Cádiz y Huelva, desde donde, tras pasar por Mallorca
para despachar con el Jefe del Estado, irá a una casa rural de
Ribadumia, municipio de Pontevedra en la que permanecerá hasta el
Consejo de Ministros que se celebrara en Madrid el 28 de Agosto.
En el
Palacio de Domina está todo preparado para la reacción oficial que se
producirá tras la convocatoria de las elecciones autonómicas catalanas,
en el caso de que el decreto de convocatoria contenga algún elemento que
obligue a la intervención del Tribunal Constitucional, que también está
alertado desde hace días, para el caso de que se insista en que se
convocan unas “elecciones plebiscitarias”.
Antes de su marcha a Doñana, el Presidente del Gobierno ha dado una
conferencia de prensa con la que ha querido cerrar el curso político,
conferencia de prensa que probablemente, según la oposición, será la
última como Presidente del Gobierno. En ella, Rajoy que se ha
desenvuelto con habilidad para evitar las preguntas más comprometidas
relacionadas con la corrupción (“el pasado, pasado está” ha dicho) ha
aprovechado para presentar las líneas generales de los Presupuestos
Generales del Estado para 2016, unos Presupuestos que ha querido dejar
atados y bien atados, ante las elecciones generales del mes de diciembre
y que, en todo caso, tendrá que reformar el gobierno que salga elegido,
en el caso de que no sea el de Mariano Rajoy.
Los Presupuestos que comenzarán a debatirse en el Parlamento a partir
del día 4 de este mes, tienen un notable carácter social, en tanto, por
primera vez, desde la congelación salarial del Gobierno Zapatero, los
funcionarios se verán beneficiados de una subida del 1%, y los
pensionistas, un escaso 0,25%, al tiempo que el 53% del gasto, será
dedicado a “gasto social”, entendiendo como tal, las prestaciones por
desempleo, ayudas familiares, dependencia, pensiones… una cifra que
comparada con los presupuestos últimos baja un 1%, y un 5% respecto a
2011, si se creen las cifras que da el PSOE.
De todas formas, la comparecencia presidencial giró, sobre todo, en
torno a los datos de esa recuperación económica que responde a una
realidad, según vienen a confirmar todos los datos proporcionados por
Institutos, agencias de calificación, servicios de estudios y todo tipo
de organismos internacionales. El Presidente calculó que se producirá el
mayor crecimiento de los países de la eurozona y de los de la OCDE, con
una tasa del 3,3 por ciento, que anunciarían, según él, el final de la
crisis y el comienzo de un largo periodo de prosperidad para el país.
Salvo que (y ahí vino el nuevo mensaje electoral) tras las elecciones
generales, se vuelvan a repetir los pactos de izquierda que se hicieron
tras las elecciones autonómicas y municipales del pasado 24 de mayo. En
ese caso de inestabilidad política, según Rajoy, la recuperación correrá
peligro
Para evitar preguntas incómodas, que de todas formas tendría que
contestar, el señor Presidente del Gobierno ocultó en esa conferencia de
prensa de fin de curso, con la ayuda de la portavoz del Gobierno Soraya
Sáenz de Santamaría que el Consejo de Ministros acababa de nombrar
embajador de España ante la OCDE, al exministro José Ignacio Wert, que
dejó su cargo antes de finalizar la legislatura, para contraer
matrimonio con la secretaria de Estado de su Ministerio, Montserrat
Gomendio, recién nombrada… directora general adjunta en… la OCDE. Todo
un desatino que muchos ministros creían haber parado y que, aprovechando
el inicio de las vacaciones, y con disimulo, se ha impuesto en un acto
que va en contra de ese sentido común, tan pregonado y defendido por el
Presidente del Gobierno.
(*) Periodista
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