Las
incertidumbres solo están permitiendo una débil recuperación del
mercado, cuyo final de año se muestra incierto. Incluso para España,
pese a que los analistas coinciden en que será la economía que más
crezca de los grandes países de la eurozona. La Comisión Europea prevé
un mayor crecimiento para España que el enviado por el Gobierno a
Bruselas, pero alerta de que durante la segunda parte del año se
moderará el crecimiento.
También
Moody´s echa un jarro de agua fría a las expectativas de creación
de empleo previstas por el Gobierno de Mariano Rajoy. A todo ello hay
que añadir la advertencia del Banco Central Europeo quien estima que
el impacto negativo de China en la economía mundial puede ser mayor
de lo previsto inicialmente.
El Ejecutivo comunitario se ha
anticipado al informe definitivo sobre España que el FMI hará
público este viernes alertando de una ralentización del
crecimiento en lo que queda de año.También se ha adelantado a las
matizaciones que sobre la futura evolución económica española
tiene previsto realizar el Gobernador del Banco de España, Luis María
Linde, el próximo martes en el Congreso de los Diputados.
Contrastan
estas advertencias con el optimismo mostrado por el presidente
del Gobierno con sus interlocutores el pasado martes en su visita
al Balneario de Mondariz. En la comida que mantuvo con el equipo
directivo de esta empresa situada en una aldea pontevedresa de
algo menos de 700 habitantes, el presidente se mostró dispuesto a
dar la batalla para superar los resultados que prevén el consenso
de los sondeos. Y confía en conseguirlo. Al menos así se lo
transmitió a las personas de confianza que le acompañaban en este
viaje al pueblo balneario por excelencia, entre las que se
encontraban Ana Pastor y Alberto Núñez-Feijoo.
¿Cómo se
explica, si no, que haya dedicado una jornada completa de sus
vacaciones a tratar de conseguir los votos de una población tan
pequeña, pese a que cumplía así una promesa de visitar un complejo
termal modélico en España, que año tras año suele conseguir la
mención de honor de los centros balnearios de nuestro país.
Uno
de los mejores reflejos de las incertidumbres que todavía
persisten lo ha mostrado este jueves la bolsa española al cerrar con
una ligera subida, tras las importantes caídas de los dos días
anteriores por la devaluación china, y pese a que en los compases
iniciales el mercado abría con ímpetu.
El Ibex acababa de
nuevo por debajo de los 11.000 puntos. En concreto cerraba en
10.947,90 tras recuperar 67,80 puntos, el 0,62 % en la sesión del
jueves. En lo que va de año todavía acumula una subida del 6,50 %.
Como consecuencia de los recortes ninguno de los grandes valores
supera los 100.000 millones de capitalización bursátil.
De
China además de la devaluación del yuan el martes de un 1,86% y el
miércoles de otro 1,62 %, este jueves ha vuelto a devaluarlo por
tercera jornada consecutiva en un 1,1% por lo que suma un recorte
del 4,6 % respecto al dólar y muy similar frente al euro. Bien es
cierto que según Zhang Xiaohui, asistente del gobernador del Banco
Popular de China, el banco central chino ha dado por concluido el
ajuste.
Con el nuevo recorte han llegado también otras
sorpresas negativas desde China. La producción industrial ha
moderado en julio su ritmo de expansión hasta el 6,0 % interanual
frente al 6,8 % anterior y el 6,6% estimado. En cuanto a las ventas
minoristas han crecido a un ritmo del 10,5% interanual, también
peor de lo esperado y por debajo del mes anterior.
Antes de
conocer estos datos, el consejo de Gobierno del Banco Central Europeo
advertía en su última reunión de política monetaria su
preocupación sobre los efectos que podría tener la crisis china en
una economía globalizada y en concreto en los países de la
eurozona.
Según las actas de su última reunión de política
monetaria del BCE, la situación de China, dada su importancia en
el comercio global, podría tener un impacto adverso mayor de lo
esperado en la economía de la zona del euro.
Además, el BCE
considera que este riesgo podría agravarse por efectos negativos
colaterales por las subidas de los tipos de interés en EEUU, cuyo
inicio ha situado su presidenta, Yanet Yellen para el mes de
septiembre. El crecimiento de las economías emergentes estaría
entre los más afectados.
Pese a las ventajas que muchos
economistas atribuyen al efecto de la globalización, el
principal de ello la mejora de las condiciones de vida de los
ciudadanos de los países emergentes, hay que constatar también que
cualquier resfriado en un coloso como China hace más real que nunca
el dicho que de qué poco dura la alegría en la casa de los pobres.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario