Hace unos meses y cuando todavía no se había recuperado de una caída
de unas escaleras mecánicas en unos grandes almacenes (afortunadamente
no en China, sino en Madrid) y durante un almuerzo, Pedro Arriola, el
sociólogo de cabecera de Mariano Rajoy, le confesaba a este cronista que
su jubilación estaba cercana y que tenia intención de irse a vivir a
Málaga, la ciudad de donde su esposa, Celia Villalobos, es diputada y
que pretende seguir siéndolo como candidata numero uno en las próximas
elecciones generales. El cronista entonces, cuando empezaban a despuntar
los nuevos partidos emergentes que Arriola había calificado de frikis
hasta el punto de convencer al presidente del Gobierno de que no se
preocupara y que el bipartidismo resistiría, no lo creyó, a menos que
hubiese perdido la confianza de su “cliente” como suele referirse cuando
habla de Rajoy para el que viene trabajando desde hace años.
Este domingo, ese excelente periodista que es Fernando Garea confirma, en el periódico El País, que,
efectivamente, Arriola se jubila el mes que viene al cumplir los 68
años y que, a partir de ahora, la campaña electoral de las catalanas y
las generales las llevará el diplomático Jorge Moragas, jefe de Gabinete
del presidente del Gobierno, el hombre que lleva su agenda de despacho y
personal y uno de sus colaboradores más cercanos. Sin un papel concreto
de la secretaria general Dolores de Cospedal serán los recién nombrados
vicesecretarios (Casado, Martínez Maillo, Andrea Levy y Maroto) los que
asistirán a Moragas en esos dos retos electorales en los que el PP se
juega, dramáticamente, su futuro.
Hasta ahora, a menos que haya perdido la confianza de Rajoy, Arriola,
probablemente el asesor externo del presidente más criticado dentro del
partido por su influencia y cercanía con el Jefe, es el hombre que ha
venido marcando las estrategias en cada momento político, los mensajes
que hay que lanzar y contra quien hay que lanzarlos y, aunque ha
cometido errores en las estrategias y en los mensajes, (el ultimo de
ningunear y atacar a Ciudadanos que, en un momento determinado, puede
ser un aliado valioso, como se ha demostrado en Madrid) es el mejor
analista de encuestas que tiene el partido. Él encarga pocas pero
analizando las tripas de todas las que se publican es el que hace, sin
duda, los análisis más certeros de cómo puede evolucionar el voto.
Por eso, sorprende que desde septiembre Pedro Arriola no vaya seguir
teniendo influencia alguna, aunque parece que su contrato de asesoría
(por el que el partido le paga anualmente 600.000 euros) termina a
finales de este año, después de que se realicen las elecciones generales
en la segunda semana del mes de diciembre. Rajoy, igual que Aznar,
valora mucho su trabajo, tiene tanta confianza en él, como la tenía el
expresidente hasta el punto que fue uno de los que se encargaron de
contactar secretamente con ETA para las negociaciones que se
desarrollaron en Suiza, y ha influido en decisiones políticas ajenas a
la demoscopia, como fue convencer al presidente del Gobierno que su
mejor ministro de Educación podría ser José Ignacio Wert, sociólogo y
compañero de profesión.
Dentro del partido y en personas cercanas a Cospedal se le achaca
parte de la responsabilidad del fracaso electoral de las autonómicas y
municipales del pasado mes de mayo, cuando la realidad es que por
presiones de importantes dirigentes del partido fue apartado de la
campaña electoral del 24-M. Alejado de la campaña y en contra de un
supuesto protagonismo de la agencia de publicidad SCPF (Segarra, Cuesta,
Puig, Fernández de Castro), a través de Moragas, siempre que le
preguntaron adelantó que los resultados de mayo iban a provocar una
pérdida de poder importantísima en Autonomías y Ayuntamientos. Pero
tanto él, como su esposa, quisieron dejar claro que la campaña de las
autonómicas fueron ajenas al hasta entonces asesor áulico e intocable de
Rajoy. Por eso, a estas alturas habrá que preguntarse si Arriola se va o
le van…en diferido, pero le van…en aras de la regeneración…
El ultimo pronostico de Arriola es que si el PP, consigue movilizar
al electorado popular que se ha refugiado en la abstención, no solo
Rajoy será el más votado, sino que si logra 140 escaños (ahora tiene
186) tiene posibilidades de gobernar…
(*) Periodista
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