martes, 11 de agosto de 2015

¿No se puede? / José Daniel Espejo *

Cuando digo por ahí que estoy colaborando con Ahora en Común, ese llamamiento por la confluencia de todas las fuerzas políticas y sociales del cambio, me encuentro con gente que cree que me paso el día escribiéndole cartas a Pablo Iglesias, para convencerlo de que se vuelva a ajuntar con el resto de la pandilla.

Yo no tengo nada en contra de que las cúpulas de todos los partidos reformadores aparquen sus (creo que ridículas) diferencias y empiecen a trabajar para construir una única candidatura de cambio. Me emocionaría ver a Teresa Rodríguez y a Beiras compartiendo espacio con, no sé, Íñigo Errejón, Juantxo López de Uralde o Mónica Oltra, a Garzón con Ada Colau, a Kichi con Rosa Martínez, etcétera etcétera. Un acuerdo así podría, es obvio, ganar las elecciones de noviembre. Pero nuestra tarea no es esa. Nuestro objetivo no es cocinar ninguna sopa de despachos. 

Nuestros interlocutores no están en las alturas. Hace un par de días le preguntaron a Manuela Carmena a quién apoyaría en las próximas generales, y tuvo que responder que ella, de política, «no sabía». Dentro de su ayuntamiento, que es probablemente el buque insignia de la confluencia en el país, hay concejales a favor y en contra de Ahora en Común, y como resultado, la regidora de la capital no puede manifestar su posición. Ese silencio, que parte del respeto a la diversidad interna de Ahora Madrid, es muy loable, pero, como apunta Hugo Martínez Abarca (eldiario.es, 5/VIII), sin la participación activa de espacios como ése no habrá cambio posible para nadie, en las próximas elecciones. 

Cuando hablamos de división no nos referimos a la que separa artificialmente a la dirección de Podemos de la dirección de IU, nos referimos ante todo a la que mantiene en silencio, y probablemente atravesando conflictos internos, a los movimientos sociales de tu barrio, de tu pueblo o tu ciudad, a los espacios de resistencia de siempre, a las redes de activistas más próximas a ti. Sin su participación y la tuya no hay nada que hacer. Y exactamente de eso va Ahora en Común: de volver a vernos como compañeras. Hasta entonces, vecinas, no se puede. Pero sí, claro que sí, se puede.

(*) Licenciado en Filología Hispánica

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