jueves, 6 de agosto de 2015

El dólar sube, el oro cede y el desempleo sigue débil / Luis Alcaide *

La Reserva Federal ha amagado con subir el tipo de interés del dólar como respuesta a una recuperación de la economía interna, amagos que no pasan a mayores. El dólar está fuerte, la inflación norteamericana no muestra señales de sacar la cabeza y en el horizonte político más cercano hay unas elecciones presidenciales. En definitiva, pocos motivos para encarecer el precio del dinero y comprometer la marcha de la recuperación.
El FMI acon­seja re­trasar la subida de tipos mientas el euro se apro­xima cada vez más a la pa­ri­dad, uno a uno, con el dó­lar, en tanto que el mer­cado la­boral es­ta­dou­ni­dense to­davía muestra signos de de­bi­lidad y el cre­ci­miento sa­la­rial no acaba de con­fir­marse. Una señal de­ter­mi­nante de que to­davía existe una nu­me­rosa re­serva de tra­ba­ja­dores a la es­pera de que la eco­nomía re­cu­pere una senda de cre­ci­miento más ele­vada.
La pre­si­denta de la Reserva Federal for­maba parte del con­sejo de go­ber­na­dores en 1994, cuando se de­cidió una subida del precio del dólar que pro­vocó una fuerte caída de las co­ti­za­ciones de los bonos y las obli­ga­cio­nes, además de un so­nado des­ba­ra­juste en los mer­cados de di­vi­sas, en es­pe­cial en los países en vías de desa­rro­llo.
La señora Yellen está pres­tando gran aten­ción a la evo­lu­ción de las mag­ni­tudes eco­nó­micas antes de hacer caso a los dic­tá­menes de la or­to­doxia mo­ne­ta­ria.
Los mer­cados han en­ten­dido la idea y si­guen más atentos la evo­lu­ción de la eco­nomía que los men­sajes de las au­to­ri­dades en­crip­tados en los co­mu­ni­cados de la Reserva Federal. Menos vo­la­ti­lidad y más con­fianza, en con­se­cuen­cia, lo que debe fa­vo­recer el in­cre­mento del em­pleo vía un mayor avance de la pro­duc­ción.

Grecia y su efec­to

Los acon­te­ci­mientos de Grecia apenas han re­per­cu­tido en los mer­cados fi­nan­cie­ros, a la vez que el oro, tra­di­cional re­fugio en mo­mentos de in­cer­ti­dumbre está de­pre­cián­dose frente al dó­lar. En el mes de julio la co­ti­za­ción de la onza caía hasta los 1.088 dó­la­res. Un nivel que se vio por úl­tima vez en marzo de 2010.
Ni Grecia ni sus vai­venes ni el des­plome de la bolsa china han pa­sado fac­tura. El precio del oro ha se­guido ca­yendo. Ni los in­ver­sores par­ti­cu­lares ni los bancos cen­trales han mos­trado el más mí­nimo ape­tito para cu­brirse de las in­cer­ti­dum­bres bus­cando re­fugio en el metal ama­ri­llo. En el corto plazo tam­bién ha in­fluido que las com­pras de oro del Banco Central de China han es­tado muy por de­bajo de las pre­vi­siones de los ex­pertos y del propio mer­cado.
Un precio es­table o in­cluso a la baja del oro es todo una buena re­fe­rencia para es­ti­mular el cre­ci­miento de la eco­nomía a través de po­lí­ticas mo­ne­ta­rias ex­pan­sivas en el ancho te­rri­torio de la OCDE.
Las de­bi­li­dades de la eco­nomía real sub­sisten y son par­ti­cu­lar­mente do­lo­rosas en el mer­cado de tra­bajo. No hay in­fla­ción en el ho­ri­zonte pero si to­davía un nú­mero de des­em­pleados o de tra­ba­ja­dores con bajos sa­la­rios en los Estados Unidos y por su­puesto en mucho s países de la UE.
La eco­nomía del mundo desa­rro­llado avanza len­ta­mente y por de­bajo del po­ten­cial “el es­tan­ca­miento de los sa­la­rios de la clase media es un sín­toma de la mayor y más pro­lon­gada crisis eco­nó­mica” ha dicho Hillary Clinton en la pre­sen­ta­ción de su cam­paña elec­to­ral.
Todos los días la prensa y los me­dios de co­mu­ni­ca­ción dan cuenta de esa la­ce­rante emi­gra­ción de quienes en los países en vías de desa­rrollo no en­cuen­tran un puesto de tra­bajo. La po­lí­tica mo­ne­taria tendrá que ser ex­pan­siva y otras po­lí­ticas de­berán no solo tomar el re­levo si no im­pulsar la ca­rrera del cre­ci­miento de la eco­nomía real.

(*) Economista del Estado

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