Albert Rivera, el líder de Ciudadanos y candidato de su partido a la
presidencia del Gobierno español en las próximas elecciones generales ha
propuesto un ‘pacto a tres’ entre PP, PSOE y Ciudadanos para que,
después de los citados comicios, se logre una estabilidad política que
permita llevar a cabo importantes reformas y consolidar la salida de la
crisis económica y social en la que se encuentra inmerso nuestro país.
La iniciativa de Rivera no es nueva –la hemos subrayado reiteradas
veces en estas páginas- pero tiene sentido porque la legislatura que se
acerca de 2016 a 2020 va a necesitar importantes acuerdos entre los
llamados partidos constitucionalistas. Y ahí incluido el relativo a la
reforma de la Constitución que sin duda será necesaria. Y no solo para
incluir en ella los derechos de la mujer a la sucesión al trono sino
porque urge una ‘reforma democrática’ que garantice la separación de los
poderes del Estado –la gran carencia de nuestro modelo político- así
como la revisión del modelo autonómico y otras cuestiones de alto calado
como la ley electoral y el funcionamiento del Senado.
Necesidad esta última cuya reforma ya empieza a aceptar el PP y que
puede entroncar con una revisión del modelo autonómico, sobre el que el
PSOE propone una fórmula federal, y los nacionalistas reconocer a las
hoy llamadas ‘nacionalidades’ en la Carta Magma española como
‘naciones’. Que es lo que se decía en el texto de la última reforma del
Estatuto de Cataluña y que luego fue suprimido por el Tribunal
Constitucional.
El pacto a tres que propone Rivera, bajo el título de los nuevos
‘pactos de la Moncloa del siglo XXI’, tiene un cierto aroma
constituyente dado que en la iniciativa esbozada por el líder de
Ciudadanos se incluyen las reformas constitucionales, además de acuerdos
de corte económico y social sin duda imprescindibles para salir de la
crisis y que fueron la base de los primeros ‘pactos de la Moncloa’, al
inicio de la Transición.
Naturalmente, falta por ver y conocer el Parlamento que saldrá de los
comicios generales del otoño, pero está claro que Ciudadanos, PP y PSOE
están ‘condenados’ a entenderse por el bien del país. Sobre todo porque
la incipiente recuperación de la economía española y el empelo puede
sufrir una peligrosa involución si España entra en una zona de clara
inestabilidad política. Lo que podría empeorar si de las elecciones
catalanas del 27 de septiembre que Artur Mas convocará esta semana se
deriva una mayoría secesionista y un intento de proclamación de la
independencia como lo propones los dirigentes de Convergencia y ERC.
Está claro que el ‘pacto a tres’ de legislatura del que habla Rivera
va a ser necesario por el bien del país, y a los líderes de estos tres
partidos les tocará negociar primero la formación del Gobierno y a
partir de ahí hablar de todo lo demás y ahí incluida la reforma
constitucional y unos acuerdos de índole económica y social.
Puede que para algunos sea demasiado prematuro plantear semejante
acuerdo tripartito, porque todos dirán que esperan ganar con amplia
mayoría las elecciones generales del otoño, pero la nueva propuesta de
Rivera es realista, sensata y puede que, incluso, imprescindible. De ahí
que sea bienvenida y puede que tenida en cuenta por los españoles a la
hora de votar porque, por encima del discurso partidario e ideológico,
se refiere al interés nacional.
(*) Periodista
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