No es la
primera vez, y sobre todo en los últimos tiempos, que desde el Banco de
España se alienta a un nuevo proceso de concentración en el sector
financiero nacional. El gobernador, Luis María Linde, ha retomado el
mensaje que su mano derecha, Fernando Restoy, ya lanzaba hace un par de
meses: la baja rentabilidad en una coyuntura de bajos tipos de interés
invita a nuevas fusiones o integraciones. Eso sí, la rentabilidad (ROE)
no está reñida con el tamaño de los bancos, ya que uno de los pequeños,
como se considera a Bankinter, es líder en esta variable.
Eso
sí, el gobernador del Banco de España no despeja el futuro de las
dos entidades nacionalizadas, Bankia y BMN, cuya
privatización pone en duda hasta el Fondo Monetario Internacional
(FMI).
Todo el sector financiero español parece haber asumido
una inevitable nueva ronda de fusiones o integraciones, pese al
intenso ajuste que ya se ha vivido en los últimos años, sobre todo en
lo que a las antiguas cajas de ahorros se refiere. Eso sí,
prácticamente nadie se resigna a convertirse en pieza de algún
otro grupo de mayor tamaño y, en todo caso, se revisten como
potenciales cazadores.
Los tiempos parecen ser
determinantes y mientras que algunos prevén el nuevo baile de
fusiones en el horizonte más próximo, otros pronostican que los
posibles movimientos corporativos no están tan cercanos, como
es el caso del consejero delegado del Banco Sabadell, Jaime
Guardiola, que en los últimos años ha tenido que digerir diversas
adquisiciones de tamaños muy distintos (desde la compleja CAM al
pequeño Banco Gallego, antes de afrontar su expansión
internacional).
El consejero delegado del Sabadell parece
coincidir con el gobernador del Banco de España, Luis María Linde,
que no descarta nuevas operaciones corporativas "en los próximos
años" ante la baja rentabilidad de algunas entidades. Eso sí,
Linde prefiere hablar de "riesgo estructural de la banca
española".
El mensaje del gobernador encaja al completo con
lo que ya había manifestado el subgobernador, Fernando Restoy,
hace tan sólo un par de meses. Eso sí, los continuos mensajes
lanzados desde el Banco de España parecen encaminados a
incentivar al sector a que se acometan nuevas operaciones de
integración.
Las piezas a abatir se presume que sean aquellos
pequeños bancos creados de la integración de antiguas cajas de
ahorros, ya que por su limitado negocio a determinados
territorios sufren una menor rentabilidad en la actual
coyuntura. La mayoría de ellos no ofrecen de manera oficial su ROE,
aunque BMN, una de las entidades nacionalizadas, sí ha
indicado que su ROTE al cierre de junio superaba ligeramente el
4%.
Bien es cierto que el tamaño no está reñido con la
rentabilidad. De hecho, Bankinter se sitúa a la cabeza del sector
con un ROE del 10,58% a pesar de que el tamaño de la entidad sea muy
inferior a los grandes grupos o algunos de los que se les considera
como medianos. El Popular, por ejemplo, tan sólo tiene una
rentabilidad del 2,94%, la más baja entre los siete bancos que
cotizan en el Ibex 35, mientras que Caixabank cuenta con un ROE del
3,9%. En cambio, Bankia logra empatar con grandes como el BBVA al
tener una rentabilidad del 9,8%.
Complejo futuro
Mientras
que el Banco de España y sus máximos responsables insisten en la
necesidad de nuevas operaciones de integración, el silencio se
extiende sobre el futuro a medio plazo de las dos entidades que
están bajo el control del Estado. Bankia y BMN deberían ser
privatizadas antes de finales de 2017, pero los nubarrones se
ciernen sobre ese proceso y ya no sólo por parte de algunos
analistas.
El propio Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba
de poner en cuestión la posibilidad de que se puedan privatizar
estas dos entidades, donde el Estado tiene más del 60% mediante el
Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), cada vez más en
manos del Ministerio de Economía que del Banco de España, desde que
tomara hace unas semanas las riendas Jaime Ponce.
Tal vez por
ello, el gobernador del Banco de España guarda un escrupuloso
silencio sobre el proceso de privatización de Bankia y BMN. Esta
última entidad, presidida por Carlos Egea, tenía previsto
acelerar su proceso de privatización con su salida a bolsa, algo
que ahora se antoja algo más que complejo con la volatilidad de los
mercados.
Los gestores de Bankia son conscientes de esas
dificultades en bolsa. Desde que el FROB se desprendiera de un 7,5%
de su participación en la entidad a finales de febrero de 2014,
los intentos para una nueva venta de los títulos en manos del Estado
han sido aplazados desde entonces ante el bajo precio de sus
acciones.
Se podrá asumir, como hace la mayoría del sector
financiero español, que sea necesaria una nueva ronda de
fusiones. Sin embargo, algunos expertos consideran que es
necesario despejar de una vez el papel que tendrán en el nuevo
escenario bancario entidades nacionalizadas como Bankia y BMN.
El futuro de ambas puede ser determinante ante los movimientos que
se puedan producir en la banca española, sostienen las mismas
fuentes.
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