miércoles, 1 de julio de 2015

Pedro Antonio y lo que se avecina / Antonio Balsalobre

Mal empieza la presidencia para Pedro Antonio Sánchez. Teniendo que ir a declarar el próximo 14 de julio a los juzgados de Lorca. ¡Vaya foto para inaugurar una legislatura que quiere ser la de la 'regeneración'! Ese día, con permiso de la crisis griega, el recién estrenado presidente abrirá los telediarios nacionales y no precisamente para bien. Una imagen poco edificante para la región y más que embarazosa para Ciudadanos

A decir verdad, y sin entrar a juzgar a nadie, que ya lo hará la Justicia a su debido tiempo, por poco que miremos hacia atrás, la trayectoria de Sánchez ha sido últimamente un cúmulo de despropósitos. Con su empecinamiento en querer liderar a toda costa el PP, ha sometido y está sometiendo a su partido y a la región a unas tensiones que unos y otros nos podríamos haber ahorrado.

El primer tour de force llegó cuando el año pasado Valcárcel decidió huir a Estrasburgo y nombrar a un Pedro Antonio imputado como sucesor. Tras semanas de luchas intestinas en el PP, de caos político y desconcierto institucional, el partido acató finalmente la imposición de Valcárcel: designar al veterano Alberto Garre como presidente interino oficial durante los doce meses que faltaban para las autonómicas y colocar como presidente 'real' en la sombra a su delfín en calidad de consejero de Cultura. 

Del balance de ese año de interinidad, mejor no hablar. Las urnas han dado cuenta de él, como del resto de la legislatura. El PP ha perdido, además de la mayoría absoluta, decenas de miles de votos en la región. Bastará decir que el ninguneo a que fue sometido Garre por parte de los suyos paralizó tanto a un Ejecutivo regional cautivo como a una mayoría popular en la Asamblea sumisa e inoperante. Si algo positivo se puede destacar de ese periodo es la dignidad con que el pachequero llevó su víacrucis.

La segunda vuelta de tuerca viene en mayo de este año cuando, a pesar de las voces internas y externas que lo desaconsejaban, Valcárcel vuelve a imponer, forzando al límite la situación, a Pedro Antonio como candidato a la presidencia. El partido dijo amén, como era su costumbre, y ahí empezó el nuevo calvario. Porque eso, y no otra cosa, va a ser para él y para los suyos lo que dure su presidencia. 

Pedro Antonio lleva demasiado tiempo caminando sobre la cuerda floja, con el abismo judicial bajo sus pies, como para que sus compañeros de partido no se hayan plantado desde un primer momento y hayan forzado su sustitución. No creo que sea porque falte gente limpia de 'polvo y paja' en el PP. Garre, por ejemplo, que ya estaba en el puesto y quería tomar posesión. El resultado electoral no hubiera sido, desde luego, peor; y las negociaciones con Ciudadanos, probablemente más fluidas.

La obsesión de Valcárcel por controlar el partido e imponer a su candidato ha arramblado con cualquier atisbo de cordura que pudiera quedar en el PP. No se entiende si no que sigan calladas voces disidentes que nunca han aceptado que se mantuviera en sus puestos, contra viento y marea y hasta límites insoportables, a imputados del calibre del delegado del Gobierno, del consejero de Agricultura, del alcalde de Murcia, de la alcaldesa de Cartagena o del propio Sánchez, consejero de Educación.

Cuando llegue lo que ha de llegar, no se podrá decir que al PP le ha pillado la tormenta por sorpresa en medio del campo. La tormenta judicial, mediática, institucional está ya aquí, antes de la salida, en el acto mismo de investidura, y por su bien y el de la región alguien tendría que haber parado a Sánchez. 

Alguien tendría que haber puesto los medios para evitar el bochornoso espectáculo que se avecina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y en Puerto Lumbreras con redoble de campañas por orden eclesiástica. Y en dependencias municipales "Casa del Cura" el pp de celebración con cohetes y tracas. Pero los 2.5 millones euros que faltan del teatro auditorio , donde están?