Ya veremos si el insuficiente y 'garrista', José María Albarracín Gil, no tiene que arrepentirse a corto o medio plazo de haber metido a Mendoza en el comité ejecutivo de la CROEM, hasta que pueda derrocarlo incluso, ahora que el presidente de la UCAM maneja a distancia a la nueva presidencia de la Comunidad Autónoma, cuyo titular también ha tenido dos grandes aciertos en las últimas 24 horas:
Primera, no esconder para nada a su familia ante el gran público regional y compartir con ellos el gran dia de jurar su nuevo cargo, aspecto que le honra a Pedro Antonio en muchos planos. Y, a la vez, tenerlos de nuevo ahora en un bajo perfil público a todos, manteniendo su hogar y residencia en Puerto Lumbreras aunque él tenga que viajar a diario a Murcia. Ni esposa ni hijas salen así de su ambiente habitual. Sabia decisión personal en quien ya demuestra no ser un necio. Sólo al César lo que es del César cuando no se sabe bien ni duración ni condiciones finales del mandato, asumido e iniciado, porque la Fiscalía del TSJ no cierra este año por vacaciones ante el exceso de trabajo. Septiembre puede ser más que un infierno para algunos pollos de esta granja.
Segundo, sacar al más que ambicioso ex alcalde pródigo de La Unión, Francisco Bernabé, de la Asamblea Regional para que deje de ser diputado (y por tanto presidenciable en caso de emergencia) a cambio de seguir de consejero de Fomento e Infraestructuras ahora que si parece más cierta la regeneración de Portmán y, consecuentemente, el eventual negocio turístico-inmobiliario en la zona para las empresas inmobiliarias de Alfonso García, 'pan de higo', su gran mentor ante el PP y Valcárcel.
Sin dejar de ser un guiñol para poder continuar así con las fantasmagorías de los anteriores ejecutivos de Valcárcel, este nuevo gobierno regional murciano puede terminar derivando entre disparates de mayor calado ante sus muchos bajos perfiles pero, sobre todo, el político más elemental y de sentido común.
Con un presidente bastante trepa y voluntarista, incluso a sabiendas de sus enormes limitaciones presupuestarias y que no está en su mano poder cumplir las promesas populistas que esgrime en busca de mayor legitimidad social, el balance de los 100 primeros días puede resultar un gran desastre si, además, la Fiscalía Superior hace públicas en agosto sus graves y motivadas acusaciones contra Pedro Antonio y la Abogacía del Estado presenta en septiembre sus alegatos. En esas condiciones, el horizonte posible del nuevo gobierno no estaría más allá del 31 de octubre y, resistiendo enrocado su presidente, hasta Navidad posiblemente.
Aunque ayer en la Asamblea Regional lo citó expresamente como referente político, el distanciamiento de Valcárcel hace muchas semanas que lo viene practicando Pedro Antonio. Si se cumple el vaticinio de un experimentado político murciano pasado por un par de grandes partidos, aquí también veremos todos aquello de apuñalar al padre y cree que antes de Navidad las relaciones entre ambos serán virtualmente inexistentes si Ramón Luis intenta lo mismo que con el expresidente Alberto Garre, hasta acabar en un fuerte deterioro las relaciones personales y políticas entre ambos, como era manejar en la sombra.
Si significativas fueron ayer ciertas presencias en el llamado 'Patio de los Ayuntamientos' de la Asamblea Regional, las ausencias y los no invitados llamaron mucho más la atención de los observadores. ¿Dónde estaban Joaquín Bascuñana, Antonio Sánchez Carrillo, Miguel Ángel Cámara, Francisco Marqués, Antonio Cerdá, Juan Carlos Ruíz, Patricio Valverde, Francisco Martínez Ruíz, Carlos Valcárcel, José Pablo Ruíz Abellán, José Antonio Ruíz Vivo, Francisco Martínez Asensio, Cristina Gutiérrez-Cortines, Pío Pérez Laserna, Juan Bernal, Pedro Alberto Cruz, Fernando de la Cierva, Inmaculada García, Lourdes Méndez, María de Pedro Reverte, Benito Mercader, Manuel Campos, Constantino Sotoca o Juan Ramón Medina Precioso?
Y, ¿por qué no fueron el fiscal superior del TSJ, Manuel López Bernal; el ex presidente de la Asamblea Regional, Francisco Celdrán; el presidente de la Fundación 'Caja Murcia' y no ejecutivo de BMN recién reelegido, Carlos Egea Krauel; el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz o el intrigante e influyente diputado a Cortes, Vicente Martínez-Pujalte? Tampoco fue el obispo de Cartagena y murciano de Espinardo, monseñor Lorca Planes por, o pese, a la impronta política de Mendoza en todo el proceso.
Desde luego, yo tampoco me reconocí en la sociedad murciana allí presente pero admito que la Región de Murcia aunque todavía casi todos sepamos, más o menos, quienes somos unos y otros, ya no es lo que era porque la capital ha cedido protagonismo público a algunos grandes, y no tan grandes, municipios y hoy existe una sociedad regional emergente más jóven, universitaria y proveniente de fuera de la centralidad habitual de la comarca de la Huerta de Murcia y su área metropolitana con los mismos derechos a representarnos a todos.
Por contra sí asisteron, hasta completar el medio millar de invitados, el ex presidente y mentor del protagonista de la tarde, Ramón Luis Valcárcel; el presidente saliente, Alberto Garre con todo su gobierno; el presidente del TSJ, Miguel Pascual del Riquelme; el presidente del Consejo Jurídico Consultivo, Antonio Gómez Fayrén; el presidente de la Audiencia Provincial, Andrés Pacheco Guevara; el presidente de la CROEM, José María Albarracín Gil; el ex secretario general de la CROEM, Clemente García García; el empresario Tomás Fuertes Fernández; el presidente de la UCAM, José Luis Mendoza Pérez; el presidente del Colegio de Abogados de Murcia, Francisco Martínez Escribano; el presidente del Colegio de Economistas de la Región, Ramón Madrid Nicolás; los diputados a Cortes por Murcia, Pilar Barreiro Álvarez y Andrés Ayala Sánchez; el alcalde de Cartagena, José López Martínez; el alcalde de Murcia, José Ballesta Germán; el alcalde de Lorca, Francisco Jódar Alonso; el presidente de la Autoridad Portuaria de Cartagena, Antonio Sevilla Recio; el delegado territorial de 'Cajamar', Bartolomé Viudez Zurano'; el economista del Estado, Eugenio Galdón Brugarolas, el secretario de la Delegación del Gobierno, Fernando Mateo Asensio o el senador por Murcia, José Joaquín Peñarrubia Agius. También los rectores de la UMU y la UPCT y el Almirante de Acción Marítima, Salvador María Delgado Moreno.
Hay que decir que si la sociedad de aquí no estaba ampliamente representada sí lo estaba significativamente porque muchos de los asistentes tenían que hacerlo por exigencia del protocolo porque Pedro Antonio Sánchez es ya la máxima autoridad del Estado en la Región de Murcia y no es cosa de empezar a ningunearlo pensado en una eventual y cantada transitoriedad hasta que le pueda imputar el TSJ a instancias de la instrucción de la jueza de Lorca tras oir la acusación del fiscal superior en persona aunque a la espera del alegato de la Abogacía del Estado.
Ahora se explican mejor ostensibles presencias ayer en el acto de la Asamblea o por qué el nuevo alcalde de Cartagena, José López, se entregó hace 48 horas incondicionalmente a Mendoza después de haber conocido hoy la composición del nuevo gobierno autonómico donde se ven varias interesadas manos por detrás, como la de la Federación Regional de la Construcción en los casos de Bernabé y Hernández Albarracín; la de Mendoza en los de Encarna Guillén, Adela Martínez-Cachá, Dolores Pagán y Noelia Arroyo. La de Bartolomé Viudez también en el caso de Pagán. La de Tomás Fuertes igualmente en el caso de Hernández Albarracín. O la de Alfonso García con Bernabé.
No se aprecia influencia del consejo asesor conformado por Pedro Antonio poco antes de la campaña electoral, pese a la cualificada presencia de Galdón, pero intuyo que muchos potenciales apoyos permanecen agazapados en espera de la evolución de los acontecimientos o de su mayor oportunidad. De momento, gana Mendoza por goleada y quizá por capacidad financiera después de haber hecho posible a su costa haber podido llegar hasta aquí por pura capacidad de reacción la misma noche electoral. Luego hemos sabido que Mendoza no repara en gastos, si el fín justifica los medios, al ser señalado como supuesto sobornador.
Queda claro que, de momento, están fuera de juego Gómez Fayrén, José María Albarracín, Clemente García, Carlos Egea, Francisco Celdrán, Jaime García-Legaz y Vicente Martínez-Pujalte. Por no hablar de Miguel Ángel Cámara, ya en su despacho de la Facultad de Ciencias Químicas y a un paso del que tiene el catedrático y su ex concejal de Urbanismo, Ginés Navarro. Y hasta no sé si el registrador Francisco Riquelme, gran confidente del propio Mariano Rajoy en Murcia por ser su regente en el Registro de Santa Pola y tener acceso directo a La Moncloa a cualquier hora.
Si Cámara lo tiene complicado, el abogado Carlos Valcárcel, el hermano listo de Ramón Luis, se ha puesto de moda estos días por su conexión profesional con José Luis Olivas, ex presidente de 'Bancaja' y Banco de Valencia, del que era su hombre de confianza en Murcia. Olivas, acusado de una supuesta malversación de fondos, puede ahora arrastrar a terceros como consecuencia de los resultados de la investigación de la Policía Judicial. Existen indicios de que el abogado murciano podría aparecer en autos y complicarle, aún más, la existencia a su hermano pequeño y sospechoso de haber hecho muchas y de todos los tamaños y colores aunque parece que todo lo enviado por el magistrado Manuel Abadía se ha ralentizado en el Tribunal Supremo. Valcárcel presume en privado de estar allí protegido por un amigo de juventud y en el CGPJ por otro amigo pero ya de mayor.
el fiscal superior del
TSJ, Manuel López Bernal; el ex presidente de la Asamblea Regional,
Francisco Celdrán Vidal; el diputado nacional Vicente Martínez-Pujalte
López; el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz Ponce o
el presidente de la Fundación 'Caja Murcia', Carlos Egea Krauel.
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