sábado, 18 de julio de 2015

Por qué ganó 'Mister no’ frente al 'independiente De Guindos' / José Hervás *

Diplomáticos españoles que han intervenido en las negociaciones para la elección del presidente del Eurogrupo, que ha recaído de nuevo en el ministro de finanzas holandés Jeroen Dijssembloem, consideran que se trata más de un éxito personal de Dijssembloem que de un fracaso de De Guindos. La crisis griega y la solución encontrada fue decisiva.

Y lo ex­plican in­ter­pre­tando que ha sido la in­de­pen­dencia que ha de­mos­trado el mi­nistro de Economía es­pañol en sus in­ter­ven­ciones para al­canzar el acuerdo con Grecia, una de las ra­zones prin­ci­pales por las que De Guindos no ha ga­nado.

De forma re­su­mida, Wolfgang Schäuble ha com­pen­sado al la­bo­rista ho­lan­dés, que en todo mo­mento ha de­fen­dido las po­si­ciones ger­manas sin ale­jarse ni un cen­tí­metro del ca­mino mar­cado por el res­pon­sable alemán de Finanzas mien­tras el res­pon­sable de Economía es­pañol ex­hibía sus pro­pias ideas.

Luis de Guindos in­cluso llegó a an­ti­cipar a prin­ci­pios del pa­sado mes de marzo la ne­ce­sidad de un tercer res­cate para Grecia, justo cuando Schaüble más in­sistía en que no ha­bría más di­nero para los he­le­nos. Se con­virtió en un can­di­dato no fiable para el mi­nistro alemán en una si­tua­ción de tantas in­cer­ti­dum­bres.

El mi­nistro de Exteriores, José Manuel García-Margallo y la de Agricultura, Isabel García Tejerina, han aña­dido a las ex­pli­ca­ciones pri­vadas de los di­plo­má­ticos su in­ter­pre­ta­ción de que una de las ra­zones por las que se ha ele­gido a Dijssembloem es porque el caso griego re­quiere de mayor con­ti­nui­dad. La con­ti­nuidad de los puntos de vista de Alemania, y la de los países que si­guen prác­ti­ca­mente a pies jun­ti­llas sus pro­pues­tas.

Entre ellos Dijssembloem, quien ha apa­re­cido como el por­tavoz de las pro­puestas de Alemania du­rante todo el tiempo que ha du­rado el pro­ceso de ne­go­cia­ción entre las ins­ti­tu­ciones co­mu­ni­ta­rias y el nuevo go­bierno griego de Tziriza. El des­precio con el que se vio tra­tado por Iannis Varoufakis tras la pri­mera en­tre­vista que man­tu­vieron en Atenas, le hizo re­afir­marse en las exi­gen­cias ale­ma­nas.

Aunque es cierto que en al­guna oca­sión el mi­nistro ho­landés ha mo­de­rado el agre­sivo len­guaje de su pa­drino Schaüble, que to­davía este jueves man­te­nía, dis­tan­cián­dose de lo ex­pre­sado pú­bli­ca­mente por su jefa Angela Merkel, en que lo mejor para Europa es que Grecia aban­done de forma tem­poral el euro.

Pese a que Dijssembloem se des­plazó a Atenas a los cuatro días de ce­le­brarse las úl­timas elec­ciones le­gis­la­tivas griegas que dieron la vic­toria a Alexis Tsipras para fa­ci­litar la ne­go­cia­ción de su deuda y ver la forma de que pu­dieran con­se­guir un tercer res­cate, el des­precio por parte de un chu­lesco mi­nistro de Hacienda, Iannis Varoufakis, que casi se negó a darle la mano, está claro que no lo ol­vidó du­rante los meses pos­te­rio­res.

Dijssembloem ha sido el por­tavoz de la ne­ga­tiva del Eurogrupo a aceptar las pro­puestas pro­ce­dentes de Bruselas. Ni una pa­labra de con­ci­lia­ción con las pro­pues­tas. Frente a las in­ter­ven­ciones en­traña­bles de su pre­de­ce­sor, el hoy pre­si­dente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el res­pon­sable de fi­nanzas ho­landés se ha ga­nado el ape­la­tivo de ‘Mister No’.

Unas veces las pro­puestas no eran su­fi­cien­tes, otras los griegos se­guían ha­ciendo de­ma­siadas con­ce­sio­nes. Ha lle­gado a in­sistir hasta la sa­ciedad en que se les es­taba aca­bando el tiempo. Nunca ha com­pren­dido o no ha que­rido ha­cerlo, que Grecia no tenía ca­pa­cidad de res­ponder porque las es­truc­turas de una Administración eficaz no exis­ten.

Frente a la re­la­ja­ción del go­bierno griego, Dijssembloem, en cam­bio, ha apli­cado en su propio país el pro­grama más es­tricto de aus­te­ridad para re­con­ducir los des­equi­li­brios de las cuentas pú­blicas ho­lan­de­sas.

Son las ra­zones que han lle­vado a im­poner las tesis de Schaüble para la re­elec­ción de Dijssembloem al frente del Eurogrupo, in­cluso por en­cima del com­pro­miso que había ad­qui­rido Angela Merkel con Mariano Rajoy de apoyar a Luis de Guindos. La ad­mi­nis­tra­ción es­pañola confía ahora en una com­pen­sa­ción mayor como han co­men­tado desde el pre­si­dente a va­rios de sus mi­nis­tros. Aunque pa­rece que to­davía habrá que es­pe­rar. Tanto que po­dría ser que quien re­coja la co­secha sea un fu­turo go­bierno en el que no es­tu­viera el PP.

(*) Periodista

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