MADRID.- Rajoy va a
acabar la legislatura casi en blanco en lo que se refiere a proyectos en
infraestructuras de aguas. Ni el Plan Hidrológico Nacional ni la Ley
del ciclo integral del agua urbana acaban de materializarse. Hasta hace
unas semanas, el BOE no había publicado aún el primer anuncio de
licitación de aguas, lo que supone que hasta noviembre no habrá
adjudicaciones. La Asociación Española de Empresas de Tecnologías del
Agua (Asagua) estima que se necesitarían unos 15.000 millones de euros
para estar al día en este frente, según publica hoy el digital www.capitalmadrid.com
Asagua
ha alzado la voz ante lo que considera una dejación de todo lo que
se refiere a política de aguas en los años de mandato que lleva
Rajoy y su Ejecutivo. La caída de las licitaciones, la escasa
inversión que sigue habiendo en infraestructuras, la ausencia
de una normativa sectorial y la deuda que mantienen las
administraciones públicas, son los cuatro problemas que el sector
reclama como más urgentes de solventar.
Otra de las demandas de Asagua es la participación en el proceso de aprobación de la normativa referida a la Ley del ciclo integral del agua urbana y la Ley de Contratos del Sector Público. “Las asociaciones deben participar y exponer sus opiniones y criterios. No pedimos que se atiendan nuestras propuestas, pedimos que se nos deje proponerlas”, subrayan.
Antolín Ardanza, portavoz de Asagua, recuerda que “en materia de depuración y restauración ambiental no cumplimos con Europa”, lo que significa que España corre el peligro de enfrentarse a sanciones millonarias. Y es que el sector considera que se han perdido tres años, por lo que ya se está movilizando de cara a las próximas elecciones generales, ya que la actual legislatura se da por perdida.
Marco estable y seguro
Desde hace tiempo, la Asociación sigue reclamando el desarrollo de una ley sectorial en la que se establezca un marco estable y seguro, que anime a la inversión privada. Igualmente, pide un régimen económico financiero de la utilización del dominio público hidráulico donde se incluya un canon de control de vertidos, tarifas por tramos de consumo para el suministro, un canon de regulación y tarifa de utilización del agua, que permita generar ingresos suficientes para cubrir el mantenimiento y la conservación de las infraestructuras existentes y la ejecución de otras nuevas.
Respecto a las competencias en materia de aguas, piensa que deberían trasladarse de los ayuntamientos a otros niveles administrativos, lo que conllevaría a la creación de un regulador único. En este sentido, recuerda que la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local fue una oportunidad perdida, ya que las competencias en materia de abastecimiento, saneamiento y depuración continúan residenciadas en las entidades locales.
Según Aldanza, en los tres últimos ejercicios el presupuesto para obras de agua se ha visto reducido a la mitad, dándose situaciones en las que no se hace la obra, simplemente se abandona porque, lo contrario, lleva al contratista a perder dinero.
Asagua pide cambiar los Pliegos de Cláusulas Administrativas para frenar el ritmo de las bajas que se producen en las licitaciones. Denuncia, por ejemplo, que en los pliegos actuales, cuando se valora más de un criterio, el conseguir la mejor oferta técnica no supone ser el adjudicatario, “con el mal resultado para los intereses públicos, derivado del hecho de que la adjudicataria sea una oferta técnica mediocre”.
Cláusulas administrativas
En palabras de su portavoz, el origen de las “desorbitadas bajas” en las licitaciones está en los pliegos de cláusulas administrativas particulares y otros factores como la denominada “situación del mercado”, referida a la decisión del Ejecutivo de cargar al máximo el ajuste fiscal en la inversión. Esta situación ha provocado un daño irreversible al sector, que ya no solo afecta a las empresas sino que se acusa en el medioambiente y en la falta de conservación que incide sobre las condiciones medioambientales de las aguas, situación propiciada por el recorte en la licitación pública del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Por otro lado, sorprende que, a pesar de que el presupuesto de la Dirección General del Agua ha aumentado y que hay dinero disponible del Plan Crece, el BOE no haya publicado hasta hace unas semanas el primer anuncio de licitación, lo que supone que no habrá adjudicaciones hasta el próximo mes de noviembre, cuando ya está acabando el ejercicio. Este dinero que podría ser destinado a proyectos de agua se destinará a otros departamentos. Pese a las exigencias europeas, la licitación sigue siendo muy baja pese España está obligada a cumplir con los planes de mejora de la calidad de las aguas y de riesgo de inundaciones.
Respecto a la Ley de Contratos del Sector Público, en trámite parlamentario y que anuncia nuevos sistemas de contratación, subraya que no será fácil poner en práctica debido a los problemas que va a acarrear, como por ejemplo, el contrato de asociación para la innovación, sustentado por el sistema conocido como Compra Pública Innovadora (CPI). En opinión de Asagua, la regulación de la modificación de los contratos va más allá de la Directiva europea y, al amparo de la Ley de Desindexación, recorta el actual sistema de revisión de precios. Tampoco aborda el procedimiento para tramitar las emergencias y consagra a la empresa Tragsa como medio propio de las Administraciones Públicas.
Otra de las demandas de Asagua es la participación en el proceso de aprobación de la normativa referida a la Ley del ciclo integral del agua urbana y la Ley de Contratos del Sector Público. “Las asociaciones deben participar y exponer sus opiniones y criterios. No pedimos que se atiendan nuestras propuestas, pedimos que se nos deje proponerlas”, subrayan.
Antolín Ardanza, portavoz de Asagua, recuerda que “en materia de depuración y restauración ambiental no cumplimos con Europa”, lo que significa que España corre el peligro de enfrentarse a sanciones millonarias. Y es que el sector considera que se han perdido tres años, por lo que ya se está movilizando de cara a las próximas elecciones generales, ya que la actual legislatura se da por perdida.
Marco estable y seguro
Desde hace tiempo, la Asociación sigue reclamando el desarrollo de una ley sectorial en la que se establezca un marco estable y seguro, que anime a la inversión privada. Igualmente, pide un régimen económico financiero de la utilización del dominio público hidráulico donde se incluya un canon de control de vertidos, tarifas por tramos de consumo para el suministro, un canon de regulación y tarifa de utilización del agua, que permita generar ingresos suficientes para cubrir el mantenimiento y la conservación de las infraestructuras existentes y la ejecución de otras nuevas.
Respecto a las competencias en materia de aguas, piensa que deberían trasladarse de los ayuntamientos a otros niveles administrativos, lo que conllevaría a la creación de un regulador único. En este sentido, recuerda que la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local fue una oportunidad perdida, ya que las competencias en materia de abastecimiento, saneamiento y depuración continúan residenciadas en las entidades locales.
Según Aldanza, en los tres últimos ejercicios el presupuesto para obras de agua se ha visto reducido a la mitad, dándose situaciones en las que no se hace la obra, simplemente se abandona porque, lo contrario, lleva al contratista a perder dinero.
Asagua pide cambiar los Pliegos de Cláusulas Administrativas para frenar el ritmo de las bajas que se producen en las licitaciones. Denuncia, por ejemplo, que en los pliegos actuales, cuando se valora más de un criterio, el conseguir la mejor oferta técnica no supone ser el adjudicatario, “con el mal resultado para los intereses públicos, derivado del hecho de que la adjudicataria sea una oferta técnica mediocre”.
Cláusulas administrativas
En palabras de su portavoz, el origen de las “desorbitadas bajas” en las licitaciones está en los pliegos de cláusulas administrativas particulares y otros factores como la denominada “situación del mercado”, referida a la decisión del Ejecutivo de cargar al máximo el ajuste fiscal en la inversión. Esta situación ha provocado un daño irreversible al sector, que ya no solo afecta a las empresas sino que se acusa en el medioambiente y en la falta de conservación que incide sobre las condiciones medioambientales de las aguas, situación propiciada por el recorte en la licitación pública del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Por otro lado, sorprende que, a pesar de que el presupuesto de la Dirección General del Agua ha aumentado y que hay dinero disponible del Plan Crece, el BOE no haya publicado hasta hace unas semanas el primer anuncio de licitación, lo que supone que no habrá adjudicaciones hasta el próximo mes de noviembre, cuando ya está acabando el ejercicio. Este dinero que podría ser destinado a proyectos de agua se destinará a otros departamentos. Pese a las exigencias europeas, la licitación sigue siendo muy baja pese España está obligada a cumplir con los planes de mejora de la calidad de las aguas y de riesgo de inundaciones.
Respecto a la Ley de Contratos del Sector Público, en trámite parlamentario y que anuncia nuevos sistemas de contratación, subraya que no será fácil poner en práctica debido a los problemas que va a acarrear, como por ejemplo, el contrato de asociación para la innovación, sustentado por el sistema conocido como Compra Pública Innovadora (CPI). En opinión de Asagua, la regulación de la modificación de los contratos va más allá de la Directiva europea y, al amparo de la Ley de Desindexación, recorta el actual sistema de revisión de precios. Tampoco aborda el procedimiento para tramitar las emergencias y consagra a la empresa Tragsa como medio propio de las Administraciones Públicas.
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