sábado, 4 de julio de 2015

Los Indignados llegan al poder pero la fragmentación arruga el independentismo catalán / A.R. Mendizabal

¿Es a favor o en contra el siguiente párrafo? Ahí va: ‘Aida del Valle vive en una manzana de pisos nuevos propiedad del banco malo español, la Sareb, con ventanas que dan a una pequeña plaza de Barcelona. Antigua maestra de 34 años, recibe una prestación por desempleo de 300 euros al mes y no paga alquiler, ni agua, ni luz. Está ahí gracias a un grupo activista que okupó el edificio aún sin acabar. Una de las fundadoras del grupo es Ada Colau, que tomó posesión como alcaldesa de Barcelona el pasado 13 de junio’.

De esta forma tan des­crip­tiva co­mienza un ar­tículo sobre España el nú­mero de este fin de se­mana de la re­vista The Economist . Con cierto re­traso sobre el ho­rario pre­visto, ana­liza el re­sul­tado de las elec­ciones mu­ni­ci­pales y au­to­nó­micas bajo el tí­tulo de ‘Los Indignados en el po­der: los par­tidos de iz­quierdas se hacen con las ciu­da­des’.

Por un lado, sí es a favor cuando hace la sem­blanza de Colau como una de las can­di­datas ‘que han in­yec­tado un nuevo vigor a la iz­quierda es­paño­la’. Ella y Manuela Carmena, la nueva al­cal­desa de Madrid que ‘ha ha­blado con los di­rec­tivos de Banco Santander y BBVA sobre los miles de pisos va­cíos que han eje­cu­tado’ estos años.

Pero por otro, The Economist tam­bién cons­tata que ‘si la po­lí­tica es­pañola está in­cli­nán­dose a la iz­quierda, tam­bién se está frag­men­tan­do’. Y como prueba de ello no sólo co­menta el con­sa­bido cua­tri­par­ti­dismo con la irrup­ción de Podemos y Ciudadanos a la es­cena, sino que se adentra en los ve­ri­cuetos cada vez más ines­cru­ta­bles del mundo del so­be­ra­nismo ca­ta­lán, con arit­mé­tica tam­bién cada vez más di­fí­cil: los 41 con­ce­jales del Ayuntamiento de Barcelona per­te­necen ahora a siete gru­pos’.

Más aún, tras la se­pa­ra­ción de Unió y Convergència y otros po­si­cio­na­mien­tos: ‘Los ca­ta­lanes se di­viden ahora en se­pa­ra­tis­tas, an­ti­se­pa­ra­tistas y fe­de­ra­listas de una ter­cera vía que creen que de todas formas la re­gión debe poder votar sobre la in­de­pen­den­cia. Y en cada uno de estos tres campos com­piten por los votos al menos dos par­ti­dos’. Sólo que la apa­ri­ción con fuerza de Podemos ha ser­vido para ‘un cambio del in­terés pú­blico, de la se­ce­sión a cues­tiones so­ciales como po­breza y vi­vien­da’.

Hay otra pre­gunta estos días en los mer­cados in­ter­na­cio­nales en re­la­ción con el drama de Grecia: ‘¿Puede en­filar tam­bién España el ca­mino de sa­li­da?’. Es el tí­tulo de un ar­tículo de Mark Mulligan en Financial Review en el que sondea las op­ciones en este mo­mento de la Historia, con la lle­gada de los po­pu­lismos y el desafío griego al euro.

Escribe Mulligan: ‘Esta nueva oleada de poder iz­quier­dista y he­te­ro­doxo en España preo­cupa en la Unión Europea, según los ob­ser­va­do­res. Si fi­nal­mente Grecia llega a salir de la eu­ro­zona, otros países como España po­drían ver que es una al­ter­na­tiva via­ble, co­menta Charles Jamieson, de Jamieson Coote Bonds.’

Pero mien­tras llegan los es­ca­lo­fríos del Grexit y demás a pesar de los ca­lores del ve­rano, no hay mal (en Grecia y en Túnez) que por bien no venga (a España). El sector tu­rís­tico griego ya está re­gis­trando can­ce­la­ciones de re­servas de los grandes países emi­so­res, como Alemania, Francia y Reino Unido. Dentro del país, in­cluso están ce­rrando res­tau­ran­tes, in­ca­paces de ob­tener su­mi­nis­tros de ali­mentos porque no hay di­nero ni me­ca­nismo para pa­gar­los. Hasta los barcos de pesca se están que­dando ama­rrados por falta de ga­so­lina. Y lo de Túnez, con dos aten­tados te­rro­ristas este año con de­cenas de víc­timas mor­ta­les, ha aca­bado con su in­dus­tria tu­rís­tica al menos para dos años.

Los grandes ope­ra­dores y agen­cias de viaje están ex­pe­ri­men­tando cómo las va­ca­ciones pre­vistas este ve­rano para esos dos países se están reorien­tando a otros des­ti­nos: España, Portugal, Sicilia, Croacia, Bulgaria… Lo ex­presa Bloomberg con un ti­tular de re­por­taje que pa­rece un slogan de cam­paña pu­bli­ci­ta­ria: ‘Olvídate de Grecia, nos vamos a España’.

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