viernes, 10 de julio de 2015

La Unión Europea y el amigo americano / Ramón Vilaró *

La crisis griega, en probable vías de solución, ha logrado que los temas de la Unión Europea hagan hervir en la red, abran telediarios y tengan titulares en primera página de los diarios. Bruselas vuelve a ser centro del mundo, al menos informativo, como en anteriores crisis. En mi experiencia de veterano routier en asuntos europeos, recuerdo que la integración europea sólo ha ido avanzando de crisis en crisis. Y, siempre también, bajo la atenta mirada del “amigo” americano.

El Mercado Común de los seis Estados fun­da­dores fue fruto, en buena parte, de la apli­ca­ción de la ayuda del Plan Marshall sobre el que re­cons­ti­tuyó Europa tras la II Guerra Mundial. Después, de crisis en cri­sis, fue cre­ciendo bajo di­fe­rentes nom­bres hasta la ac­tual Unión Europea de los 28 Estados miem­bros.

El ba­lance de unas jor­nadas como miembro del Team Europa, en la sede de la Comisión Europea, sirvió para po­nernos al día de hacia dónde va, o donde quiere ir, la Unión Europea. Desde las po­lí­ticas de Energía y Medio Ambiente – que di­rige el co­mi­sario Miguel Arias Cañete – hasta la aso­cia­ción para el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, en sus si­glas en in­glés), o la Política Exterior de la UE.

La crisis con Grecia ha im­pli­cado la pre­sión es­ta­dou­ni­dense, desde el pre­si­dente Barack Obama, con lla­madas te­le­fó­nicas a Angela Merkel y Alexis Tsipras, hasta de­cla­ra­ciones de quien as­pira a su­ce­derle, Hillary Clinton. Washington no se puede per­mitir una caída de Grecia bajo la in­fluencia de Rusia, en un mo­mento en que Vladimir Putin se ha ane­xado Crimea, sus tri­bu­nales ponen en duda la va­lidez ju­rí­dica de los países Bálticos –  ayer miem­bros de la UE y la OTAN, esta úl­tima tam­bién con sede en Bruselas y ul­ti­mando una es­pec­ta­cular nueva sede – o la ame­naza de ce­rrojo de su­mi­nistro de gas na­tural a Ucrania y otros países del Este eu­ro­peo, miem­bros de la UE. Sin ol­vi­dar, na­tu­ral­mente, la po­si­ción geo­es­tra­té­gica de Grecia, cuyo puerto del Pireo está en vías de ser com­prado por China. La crisis Grecia va más allá del euro.

Pero, en un mo­mento en que Estados Unidos está ul­ti­mando su acuerdo co­mer­cial Transpacífico, los ne­go­cia­dores co­mu­ni­ta­rios – en una sala blin­dada, sin ven­tanas y sin poder en­trar mó­vi­les, para evitar el es­pio­naje – avanzan en la ela­bo­ra­ción del acuerdo co­mer­cial Transatlántico, cuyos prin­ci­pales ejes, desde la au­to­ridad de ar­bi­traje en casos de li­ti­gios, a la pro­tec­ción de los prin­ci­pios y de­re­chos la­bo­rales ad­qui­ri­dos, fueron apro­bados ayer en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo. Un acuerdo que cu­brirá un área co­mer­cial de casi 900 mi­llones de ha­bi­tan­tes, desde Hawai hasta Lituania, ge­ne­rará el 60 % del PIB mun­dial y que Bruselas y Washington es­peran con­cluir a pri­meros del pró­ximo año 2016.

El Parlamento Europeo fue tam­bién el foro para ex­presar las po­si­ciones po­lí­ticas del go­bierno griego, por parte del primer mi­nistro Tsipras, mien­tras co­locan sobre la mesa del Eurogrupo la de­manda del un tercer Plan de Rescate para Grecia, aflo­jando en re­formas en pen­sio­nes, pero sin tocar el gasto mi­li­tar. Un sec­tor, el mi­li­tar, al que tam­poco es inocente el “amigo” ame­ri­cano, siempre im­pli­cado en los asuntos eu­ro­peos. Más aún cuando Rusia man­tiene la pre­sión sobre Ukrania, o li­dera, en el con­junto de los BRICS, la crea­ción de un Banco de Desarrollo, con un fondo ini­cial de 100.000 mi­llones de dó­la­res, para so­cavar el mo­no­polio del FMI. Por todo ello Estados Unidos sigue muy atento el desa­rrollo de la crisis de la Unión Europea, hoy cen­trada en el pro­blema con Grecia, por su im­pacto más allá del euro.

(*) Periodista

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