lunes, 6 de julio de 2015

La victoria de Tsipras agrava el futuro de la Unión / José Hervás *

Los ciudadanos griegos han dado un rotundo respaldo a la política de negociación del gobierno del primer ministro griego Alexis Tsipras frente a las propuestas de los organismos internacionales para alcanzar un tercer rescate. El líder de la coalición Siriza ha salido fortalecido de este embate político frente a su propio partido y ante la oposición, cuyo líder, Andonis Samarás, ha tenido que dimitir como consecuencia de los resultados, dado que había empeñado su futuro en el sí.

Pero aunque Tsipras ha creado un gra­ví­simo pro­blema a sus acree­dores in­ter­na­cio­na­les, que ten­drán que cam­biar parte de su es­tra­tegia ne­go­cia­dora, ya que el fondo de la oferta no lo po­drán cam­biar, sobre todo ha agu­di­zado el pro­blema eco­nó­mico del pueblo griego.

Los re­sul­tados han le­van­tando todas las alar­mas. La can­ci­ller ale­mana Angela Merkel y el pre­si­dente fran­cés, François Hollande con­si­guieron que el pre­si­dente del Consejo Europeo con­vo­cara una Cumbre Extraordinaria para el martes ante lo in­cierto del fu­turo.

Por su parte, el pre­si­dente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, por su parte, ha man­te­nido du­rante toda la noche con­sultas te­le­fó­nicas con los prin­ci­pales lí­deres eu­ro­peos, man­tendrá una reunión de ur­gencia con los pre­si­dentes de las ins­ti­tu­ciones co­mu­ni­ta­rias y del FMI este mismo lunes y ha pe­dido com­pa­recer de ur­gencia ante el Parlamento Europeo, mañana mar­tes, ante lo ex­tra­or­di­nario de la si­tua­ción.

La co­ti­za­ción del euro se vio afec­tada este do­mingo in­me­dia­ta­mente des­pués de co­no­cerse los re­sul­tados con un im­por­tante re­corte res­pecto de su co­ti­za­ción frente al dólar del pa­sado vier­nes, lo que puede ser un an­ti­cipo de la vo­la­ti­lidad que van a su­frir los mer­cados los pró­ximos días como con­se­cuencia de la in­cer­ti­dumbre ge­ne­rada.

El edi­to­rial del New York Times de la pa­sada se­mana en el que ana­li­zaba la si­tua­ción pro­vo­cada por la ac­titud griega ca­li­fi­caba la si­tua­ción como de una de las más ex­cep­cio­nales de los 60 años de his­toria de las ins­ti­tu­ciones co­mu­ni­ta­rias.

El pre­si­dente del Gobierno, Mariano Rajoy, que ha vuelto a con­vocar a los miem­bros de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos para ana­lizar los re­sul­ta­dos, tam­bién ha vuelto a ad­mitir que lo que está su­ce­diendo en Grecia, “puede, sin duda, afectar a España y a otros países de la Unión Europea”. Eso sí, ha re­pe­tido el mantra que reitera cuando habla de cri­sis: A España le va a afectar mucho menos que si no se hu­bieran lle­vado a cabo las re­formas es­truc­tu­rales desa­rro­lladas du­rante la pre­sente le­gis­la­tu­ra”.

Dejando aparte las de­cla­ra­ciones de ma­nual que se re­piten ante si­tua­ciones com­ple­jas, como la que viven en la ac­tua­lidad las ins­ti­tu­ciones co­mu­ni­ta­rias y los pro­pios ciu­da­danos eu­ro­peos, por el ca­llejón sin sa­lida al que ha lle­vado Grecia a toda Europa, lo que apa­rece con más cla­ridad es que Europa no tiene li­de­razgo. Quienes la di­rigen han ad­mi­tido pre­siones inad­mi­si­bles de los di­ri­gentes de un país que de forma sis­te­má­tica ha rehu­sado cum­plir con las normas que ha apro­bado que res­pe­taría para ser miembro de la Unión Europea y de la eu­ro­zona.

Sin duda que la an­gustia que sufre una parte del pueblo y en es­pe­cial los más des­fa­vo­re­cidos y las clases pa­sivas tiene que ser te­nida en cuenta. El pre­si­dente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, se ha visto en la obli­ga­ción de pro­meter ayuda hu­ma­ni­taria ante la si­tua­ción lí­mite que sufre una parte im­por­tante de la po­bla­ción. Pero tam­bién tienen que re­cor­darle a los ac­tuales lí­deres griegos que si quieren se­guir en Europa tienen que ad­mitir que los pue­blos de los otros 18 países tam­bién han in­tro­du­cido me­didas de aus­te­ridad para no vivir a ex­pensas de los es­fuerzos de sus ve­ci­nos.

El 30 % de la po­bla­ción griega vive por de­bajo del ín­dice de po­breza. Pero los res­pon­sa­bles de la misma no son las ins­ti­tu­ciones co­mu­ni­ta­rias. Los lí­deres griegos del pa­sado han te­nido una res­pon­sa­bi­lidad di­recta sobre lo que está ocu­rriendo en Grecia en la ac­tua­li­dad. Los lí­deres ac­tuales de­berán saber que su ac­titud no solo com­pro­mete el fu­turo del Euro, com­pro­mete sobre todo el fu­turo del pueblo griego.

(*) Periodista

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